Nuevo rol de las Pymes

En un mundo finito no se puede crecer en forma infinita. Esta verdad no parecía peligrosa, durante mucho tiempo; la población crecía, el consumo crecía, el uso indiscriminado de los recursos naturales no era preocupante, la contaminación no existía en la agenda de nadie y el crecimiento era bienvenido porque producía progresos en el bienestar y en la prolongación de la vida de la gente.

Reseña de Salir del Fondo. La economía argentina en estado de emergencia y las alternativas ante la crisis

Salir del Fondo es un libro que con claridad y contundencia expone los principales lineamientos de la política económica implementada por Cambiemos y sus consecuencias socioeconómicas, hasta llegar a la situación que previsiblemente heredará un siguiente gobierno, sea del signo político que sea. La historia que Esteban Mercatante desglosa con detalle tiene pues un contexto innegable: la crisis económica que esas políticas públicas generaron (y a la cual no dan respuesta). También tiene dos protagonistas ineludibles: el Gobierno de Mauricio Macri y el Fondo Monetario Internacional. Finalmente, tiene una justificación subyacente: la ideología neoliberal que Macri y el FMI comparten, que fundamenta las políticas aplicadas, que explica el resultado de crisis, y que Mercatante critica tanto por sus fundamentos teóricos como por su aplicación práctica.

Chesnais sobre productividad, ¿PTF o enfoque marxista?

Por estos días leí el escrito de François Chesnais “De nuevo sobre el impasse económico histórico del capitalismo mundial”, publicado originariamente en http://alencontre.org/economie/, traducido al castellano y publicado por Viento Sur. Como bien dice Viento Sur, François Chesnais es economista y autor de una larga relación de obras y artículos sobre el capitalismo financiarizado. Agrego que ejerce una significativa influencia en buena parte de la izquierda argentina, y de otros países latinoamericanos.

El dilema de 2019

Tanto el derrocamiento de Perón en 1955 como el de Illia en 1966 lo propiciaron el capital financiero internacional y los sectores más reaccionarios de la oligarquía terrateniente asociada a empresas trasnacionales, fundamentalmente del petróleo y de los laboratorios medicinales, independientemente que para destituir a Perón se necesitó de la base política del radicalismo y de la iglesia católica y, para apoyar el golpe de Onganía, la complicidad de los sectores medios que se creyeron que se podía constituir un país “moderno”[1] y de la burocracia sindical encabezada por Augusto T. Vandor [2].