Inflación, modelos en puja

El tema de la inflación ha tomado nuevamente relevancia, mucho se está escribiendo, y resulta conveniente realizar algunas observaciones. Una de ellas es que llama la atención la vuelta de las teorías monetaristas, que dado el devastador impacto que causaron en nuestra economía, como su responsabilidad en la gestación de la actual crisis internacional, deberían estar perimidas. Pero siguen tan en boga como siempre.

Más allá de los DNU

El generalizado debate de los últimos tiempos acerca del pago de deuda pública con reservas del BCRA desbordó el objeto central de la polémica e instaló temas que van más allá de los DNU. Nuevamente se discute sobre la legitimidad de la deuda externa como si no hubiera generalizado consenso acerca de quiénes la contrajeron para luego determinar a sus beneficiados y perjudicados.

Ideas y realidad ¿Cómo salir del dilema del péndulo?

A fines del 2008, la reina Isabel II de Inglaterra hizo, en la Escuela de Economía de Londres, la siguiente pregunta, de la cual pocos economistas –ciertamente muy pocos en nuestro medio– se hicieron eco: “¿Por qué ningún economista previó [forecast] la crisis?”. En un artículo publicado en el último número de Finanzas y Desarrollo –la revista de divulgación del FMI–, William White dice al respecto: “Quizás la razón más importante fue que, en el ir hacia la crisis, muchos estaban haciendo grandes sumas de dinero”. El huevo de la serpiente.

Nadie defiende lo que no conoce

Existe la creencia generalizada de que la función principal y casi excluyente de los economistas heterodoxos es oponerse a la visión neoliberal y que, por lo tanto, propugnar por un Estado intervencionista, por la integración latinoamericana, el proteccionismo, el aumento de salario para los trabajadores y el fortalecimiento del mercado interno debe ser la misión principal de dichos economistas. Sin embargo, la tarea para los economistas heterodoxos es más difícil, debido a que el peor legado de la ortodoxia fue la privatización de la ciencia económica. Gran parte de los economistas heterodoxos contribuyó con el proceso de privatización de la ciencia económica. Al utilizar las mismas herramientas y metodologías para demostrar las ideas contrarias, contribuyen con la visión de la economía como una ciencia oculta.

Especialistas en errar

En estas semanas en que la tradición obliga a consultar a los economistas de la city sobre los pronósticos 2010, Cash prefirió evaluar lo que afirmaron para este año y su resultado. Ese elenco, cuya especialidad es el error en sus estimaciones, tropieza una y otra vez con la misma piedra. La concepción ortodoxa de la economía junto a la tarea de actuar como instrumento de presión con sus opiniones a favor del establishment los precipita a equivocarse. De todos modos, son afortunados: en cualquier otra profesión ya estarían buscando trabajo en otra actividad.

3,83

La cotización del dólar en el último día hábil de 2009 fue 3,83 pesos por unidad. Ese valor no tiene mucha relevancia si solamente se lo observa como el final del recorrido de una de las variables del menú de inversiones financieras. El año que acaba de concluir tuvo como vedette a las acciones y los bonos y el dólar ocupó los últimos lugares del ranking como la peor opción especulativa. Ese tipo de análisis es importante para el mundo de la city. Pero la paridad 3,83 pesos/dólar expresa mucho más que otro fin de año tranquilo en el microcentro, y de la definición de ganadores y perdedores en el universo de las finanzas. Ese precio 3,83 en las pizarras de las casas de cambio y de los bancos es la exteriorización más contundente de que los economistas del establishment se equivocaron. Otra vez.

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"La prueba histórica de un fraude intelectual" (El cometido por Cavallo)

En una columna, publicada bajo el mismo título del presente texto, el responsable tanto de la adopción, como de la mayor parte de la gestión y la caída final del "régimen de convertibilidad" argentino (1991-2001) Domingo Cavallo señaló que "los ideólogos del Plan Fénix impulsaron el abandono de la convertibilidad y promovieron la pesificación de los depósitos y contratos en dólares con fuerte devaluación del peso". Se trata de un burdo intento - uno más - del ex ministro de descargar sus propias responsabilidades históricas sobre terceros.