La centralidad del agua en la disputa global por recursos estratégicos

Las estrategias política, económica y militar de Estados Unidos en la región se desarrollan en el marco de una política de apropiación y dominio de recursos naturales considerados “vitales” para esta nación. Un objetivo central de esta estrategia de apropiación y dominio es el agua. En 1995 el entonces vice-presidente del Banco Mundial, Ismail Serageldin, observaba, en una entrevista publicada en el semanario Newsweek, que si muchas de las guerras del siglo XX fueron por petróleo, las del siglo XXI serán por agua2. Quizás esta sea una declaración poco apropiada para quien desempeñó un alto cargo de dirección de una de las instituciones más comprometidas con la privatización del agua dulce en el mundo.

El Día Mundial del Agua, 22 de marzo

Pareciera imposible que tuviéramos que dedicar “un día mundial” al agua, porque para la conciencia de la mayoría, el agua siempre ha sobrado. Otra cosa sería el agua potable de la que todavía carecen más de mil millones de personas, pero ese agua que vemos correr por los ríos, acumularse en las lagunas y que cae tan generosamente sobre el planeta cuando llueve, nos pareciera imposible que esté en peligro de extinción, como decimos de algunas especies de fauna. Otros dicen que siempre hay la misma agua en el planeta, pero que el cambio climático hace que unos años unas zonas estén de sequía y otros haya inundaciones salvajes, porque con nuestra manera de producir, vivir y consumir hemos desequilibrado el orden da la naturaleza. Sea por una cosa o por otra, el agua hay que cuidarla y mucho. De la totalidad del agua en el mundo solo el 1% es dulce.

Nuevo término para la enciclopedia de la indignación: Acaparamiento de tierras.

En tiempos de crisis, la agricultura y la alimentación se están consolidando como uno de los negocios más lucrativos… no para agricultores o consumidores sino para transnacionales e inversionistas. El motivo es sencillo: una familia puede dejar de pagar la hipoteca pero siempre tendrá que comer. Ya desde hace décadas que la cadena alimentaria (semillas, agroquímicos, distribución, etc.) estaba “oligopolizada” y en manos de unas pocas transnacionales que se están lucrando a toda costa.

Pero a principios de siglo, a raíz de la “burbuja de las punto.com”, el capital financiero empezó a moverse buscando inversiones seguras y aterrizó en el mercado de futuros (alimentación, petróleo, etc.). Si en el año 2000 los activos financieros en éste oscilaban los 5.000 millones de dólares, en 2011 treparon hasta los 450.000. Para ellos un gran negocio, ya que por ejemplo el grupo de inversión Goldman Sachs ganó más de 5.000 millones de dólares en 2009 especulando en materias primas, lo que supuso un tercio de sus beneficios netos. Pero, para el resto, una gran chanchada: Los precios de los alimentos se multiplicaron por 2,5 desde 2000, se oscila el umbral de los 1.000 millones de famélicos y en estos momentos en el Cuerno de África 12 millones de personas sufren una cruel hambruna.

¿Alguien sabe dónde encontrar otro Planeta Tierra?

Ya lo avanzaron las novelas y las películas de ciencia ficción. Repelentes extraterrestres con cuerpos desproporcionados que, gracias a un desarrollo tecnológico superior al del humano, invadían el planeta doblegando a los seres vivos con el único objetivo de expoliar los recursos y poder subsistir. La realidad, en verdad no dista tanto de la ficción, aunque los invasores no son precisamente grotescos siderales cobijados en grandes OVNI’s que viajan por constelaciones a la velocidad de la luz. De hecho, no hay ni que salir de la Tierra. Cierta élite de seres humanos, desde hace siglos invade y aplasta a otros más indefensos con el propósito “marciano” de robar sus recursos naturales y perpetuar su nivel de vida.

Es hora ya de hacer algo

En este momento la humanidad está enfrentando problemas serios y sin precedentes. Lo peor es que en gran parte las soluciones dependerán de los países más ricos y desarrollados, quienes llegarán a una situación que realmente no están en condiciones de enfrentar sin que se les derrumbe el mundo que han estado tratando de moldear en favor de sus intereses egoístas, y que inevitablemente conduce al desastre. No hablo ya de guerras, cuyos riesgos y consecuencias han transmitido personas sabias y brillantes, incluidas muchas norteamericanas. Me refiero a la crisis de los alimentos originada por hechos económicos y cambios climáticos que aparentemente son ya irreversibles como consecuencia de la acción del hombre, pero que de todas formas la mente humana está en el deber de enfrentar apresuradamente.

El año que vivimos en peligro

A prepararse para un año escabroso. Desde ahora los precios en aumento, las fuertes tormentas, las graves sequías e inundaciones y otros eventos inesperados pueden causar estragos en el tejido de la sociedad global, produciendo caos e inquietud política. En pocas palabras, los modelos de consumo global comienzan ahora a desafiar los límites de los recursos naturales del planeta. Las poblaciones siguen aumentando y de Brasil a India, de Turquía a China, y también aparecen nuevas potencias. Con ellas viene la avidez por una vida más semejante a la estadounidense. Al mismo tiempo el cambio climático, que en sí es un producto del uso desenfrenado de la energía, se agrega a la presión sobre suministros, y los especuladores apuestan a una tendencia progresivamente peor de la situación. Si se suman todos estos factores, el camino futuro aparece cada vez más escabroso.

Derrame de petróleo en el Golfo de México: Un agujero en el mundo

El desastre en aguas profundas producido por BP en su plataforma Deepwater Horizon no es sólo un accidente de trabajo, es una violenta herida infligida a la propia Tierra. En este informe, la autora muestra y deja al descubierto la arrogancia desde el corazón del capitalismo.

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Se muere el mar. El derrame de petróleo en el golfo de México

La imagen es desgarradora. Una fotografía satelital del Golfo de México, que muestra la gigantesca mancha que avanza a la deriva después del hundimiento de la plataforma petrolera Deepwater Horizon hace casi tres meses. Hay una angustiante atmósfera de amenaza en esa sombra iridiscente que cada día se ensancha más. A mil quinientos metros bajo la superficie del mar se intenta contener un tajo que estuvo despidiendo, por casi noventa días, unos sifonazos de 9,5 millones de litros de petróleo hirviendo, equivalentes a 60.000 barriles diarios. Penetrar los entretelones del caso no es tarea fácil.

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En busca de la “seguridad ecológica”. Diálogo con Gian Carlo Delgado Ramos*

En su paso por Buenos Aires, invitado por el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE)**, el investigador mexicano dialogó con Página/12 sobre la necesidad de instalar una política de seguridad ecológica, que asegure a las poblaciones el acceso a los recursos naturales que necesita, en contraposición a la actual “geopolitización” de los recursos, tendiente a garantizar –por la vía del mercado o del Pentágono– que el mercado de Estados Unidos cuente con los recursos naturales que demanda su mercado. “Son los patrones de consumo de los países más desarrollados los que presionan para que haya una mayor explotación de yacimientos”, advierte Delgado.