Jugada que despierta sospechas
Las autoridades confirmaron que fue una devaluación para corregir el tipo de cambio con mayor información del mercado. Sin embargo, algunos especialistas manifiestan que buscan abaratar sus productos para dar un impulso a las exportaciones.
El juego del yuan
La República Popular China modificó la paridad cambiaria del renminbi o yuan (moneda del pueblo) al devaluarla en poco más del 4 por ciento. Fue la mayor variación del tipo de cambio desde que el gigante asiático estableció en 1994 su sistema de flotación de la moneda. Desde entonces China escaló rápidamente de ser la octava a la segunda potencia económica mundial, a un paso de desplazar del trono a Estados Unidos. El sorpresivo movimiento cambiario derivó en las tradicionales advertencias sobre su impacto negativo en la economía argentina. En realidad, para la mayoría de los economistas que circula por los grandes medios cualquier acontecimiento local o internacional siempre es malo para las perspectivas argentinas.
China real
Puntos más, puntos menos, la Bolsa china subió el 150 por ciento en un año y cayó 30 puntos en un mes, volatilizando 2,5 billones de dólares. El movimiento, impactante como siempre que se habla de números chinos, motivó algunas reflexiones predecibles. Para los pensadores de izquierda se trata de una nueva señal, ahora sí, de la crisis capitalista global ya expresada en Grecia y que sólo llegará a su fin con un cambio de sistema. Para los de la derecha, de un nuevo caso del exceso de incentivos públicos. Antes que buscar el justo medio, acercarse a la realidad implica mirar la economía real, mejor dicho ir de lo real a lo financiero y no al revés.
Santiago de Chile: la plaza financiera del yuan en América Latina
Durante su visita a Brasil, Colombia, Perú y Chile, el primer ministro Li Keqiang, abonó la influencia de China en América Latina a través del cumplimiento de 2 metas fundamentales: la transformación del mapa económico de la región para apuntalar el protagonismo de Asía-Pacífico, y el impulso del yuan en territorio sudamericano a través de Santiago de Chile como plataforma.
Rumbo al este
Se estima que hoy viven en Asia Pacífico unos 500 millones de habitantes de clase media, y que en 2030 esa cifra se habrá multiplicado por seis, hasta 3200 millones. China lidera el fenómeno, pero India tendrá un porcentaje relativo mayor de aumento (además, pasará a ser el país más poblado del mundo, desplazando a los chinos al segundo lugar) y la escena se replica en Indonesia, Vietnam, Filipinas, aun en Corea del Sur y otros países del área. Incluso en Japón, que ya completó bastante su mutación demográfica.
China, Asia oriental y el mundo del siglo XXI*
Situadas en las antípodas de América latina, y del Cono Sur en particular, China y Asia oriental atraen con mucha razón una atención creciente de los observadores de temas internacionales del mundo entero. Esto se debe a la vez a su importancia económica y geopolítica en auge rapidísimo durante las últimas décadas y a las múltiples lecciones que estos países ofrecen, especialmente sus combinaciones en general exitosas de fuerte acción estatal y mercados dinámicos, sin contar la fascinación secular de Occidente con las brillantes civilizaciones del Extremo Oriente. Para América latina y el Caribe, como para Asia oriental y buena parte de África y del resto del mundo, China se fue afirmando en años recientes como un socio comercial de primerísima categoría, en muchos casos, como en los de Brasil y Chile, como primer mercado de exportación.
La construcción de una relación desarrollista
Los acuerdos recientes con China complementan el marco regulatorio de la relación bilateral. Los resultados para nuestro país de las crecientes relaciones con esa nación dependen, esencialmente, de nuestras propias decisiones. Argentina tiene y tendrá la China que se merece, en virtud de la eficacia o insuficiencia de sus políticas para impulsar el desarrollo, la cohesión social, mantener los equilibrios macroeconómicos y, en definitiva, fortalecer su soberanía.
Sombras chinescas
La oposición del Grupo Techint a los acuerdos con China firmados por el gobierno de CFK, activada públicamente cuando filtró a la prensa un superficial informe técnico de la UIA el mismo día de la rúbrica de los convenios en Beijing, está motivada por intereses vinculados con su propio negocio y con una decisión política sobre cómo quiere que sea el manejo de la economía del país. Para los principales ejecutivos del grupo con sede en Luxemburgo no es como lo ha estado haciendo el kirchnerismo y sí como se ha comprometido gran parte de los referentes económicos de líderes de la oposición si son gobierno a partir de 2016, en su ordenado desfile en cuanto evento corporativo se presente. La movida de Techint en la UIA tomó por sorpresa a un sector de los empresarios, unos de viaje en China festejando los acuerdos y otros de vacaciones. Rápida fue la reacción de ese grupo que, si bien reconocen y respetan –en otros ámbitos se lo denominaría temor– el peso relativo del conglomerado de la familia Rocca, también tienen interés especial en los negocios que se les abren en el inmenso mercado asiático, como también con las inversiones chinas en el país.
“Lo que hizo la UIA fue una operación”
Juan Carlos Lascurain es ex titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), actual integrante del comité ejecutivo de la entidad y dirigente metalúrgico. La semana pasada se enfrentó públicamente con la conducción actual de la UIA luego de que desde la entidad se filtrara un informe que criticaba los acuerdos con China pese a que el texto todavía no había sido debatido por el comité ejecutivo. En esta entrevista con Página/12, Lascurain afirma que los acuerdos con China pueden beneficiar la industria argentina, sostiene que la filtración del paper interno obedeció a una operación política de la UIA, cuenta el debate que se produjo en la reunión de comité ejecutivo posterior a ese hecho, revela por qué dijo que a la cámara empresaria la manejan sólo cuatro o cinco personas y le apunta a Techint por utilizar ese espacio para llevar adelante su pelea con el Gobierno.
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Alianza sino-argentina: fase superior de la reindustrialización nacional
El pasado 11 de febrero, el empresariado nucleado en la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA) fue convocado al Ministerio de Planificación Federal, en un encuentro de trabajo de más de dos horas de duración y que contó con la participación de cerca de un centenar de industriales metalúrgicos, el ministro Arq. Julio de Vido, el ministro de Economía, Dr. Axel Kicillof, la secretaria de Energía, Ing. Mariana Matranga, el secretario de Obras Públicas, Ing. José López, el secretario de Coordinación y Control de Gestión, Lic. Roberto Baratta, el Presidente de Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA), Ing. José Luis Antúnez, la Presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Lic. Norma Boero, y el vicepresidente de ADIMRA, Juan Carlos Lascurain. El encuentro de trabajo, primero de una larga serie, se diseñó con el objetivo de informar a los industriales del sector acerca de la potencialidad de las obras energéticas recientemente acordadas con la República Popular China e invitarlos a participar en las mismas. A propósito, algunas reflexiones.
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