Nacional y popular

La historia económica argentina presenta claros y dignos ejemplos de gobiernos nacionales y populares: la presidencia de Hipólito Yrigoyen, de Perón, de Illia, de Alfonsín en la gestión de Bernardo Grinspun, y el gobierno de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner, y lo fueron básicamente porque defendieron el mercado interno, el trabajo y la producción nacional.

Todos ellos tuvieron como prioridad incrementar la capacidad adquisitiva del salario para aumentar el consumo, con ello crece el PBI (aumenta la oferta para satisfacer ese consumo).

Encuentro de Líderes Mundiales para la Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer, en la ONU

Muy buenos días a todos y a todas.
Señores Jefes y Jefas de Estado; señor presidente de la República Popular China, Xi Jinping: nuestro reconocimiento y agradecimiento a su país y a su persona, si en cuya decisión y voluntad hubiera sido más que difícil realizar este Encuentro de Mujeres.
En principio, hemos sostenido históricamente que tres son los elementos o los ejes para lograr realmente la igualdad de género. La autonomía económica, la autonomía política y personal y la autonomía social.
Ahora bien, el desarrollo de estos tres ejes solamente puede darse en una sociedad, en un país en donde haya un proceso de inclusión social global con desarrollo y crecimiento económico. Soñar con la igualdad de género en un país inequitativo, en un país con grandes brechas sociales, es simplemente retórica o ilusión.
Por eso en la República Argentina, hemos desarrollado un fuerte proceso de inclusión social que ha traído aparejado también obviamente la mayor oportunidad de igualdad para la mujer; programas y políticas activas como la Asignación Universal por Hijo, la Asignación Universal por Embarazo, la promoción cada vez más intensa por la educación pública y gratuita desde el nivel inicial hasta la universidad, ha permitido paulatinamente junto a leyes de identidad de género de protección de la mujer, un fuerte descenso en la brecha de desigualdad.
Sin embargo, aún en las sociedades más desarrolladas sigue habiendo una desigualdad de género que es el acceso a los sistemas de decisión política de un país.
Por ejemplo, en mi país la matrícula académica universitaria es muy importante la presencia femenina. El día viernes, en un acto antes de venir aquí, en la Facultad de Odontología de la Ciudad de Buenos Aires, la matrícula de mujeres odontólogas de universidad gratuita es del 85 por ciento.
También supera la participación en el Parlamento, lo establecido por las leyes. Una mujer es Presidenta reelecta de mi país, pero sin embargo la discriminación aún permanece, porque por fuera de la discriminación política, económica y social persiste fuertemente en todas las sociedades una discriminación cultural hacia la mujer.
Es más, aún aquellas que ocupamos un alto grado en la primera magistratura del país, muchas veces las críticas que sufrimos no son críticas políticas, sino son críticas sexistas porque aún ocupando las más altas magistraturas, hacen diferencia.
Por ello, creo que además del desarrollo económico la necesidad de tener protección es necesario romper fronteras culturales que han considerado a la mujer durante siglos un ser inferior o menos inteligente que los hombres.
Por eso creo que las políticas también deben estar destinadas a la cultura, a que precisamente empoderar a la mujer, no sea solamente una cuestión de obligación por firmar convenciones o adherir a tratados internacionales, sino que sea la profunda convicción en el corazón de los hombres y aún de las propias mujeres que muchas veces nos discriminamos entre nosotras mismas muy injustamente.
Por eso, señor Presidente, señores y señores presidentas, quiero hacer un firme llamado a los corazones y a las mentes para derrumbar tabúes y prejuicios respecto de nosotras y que las críticas que recibamos sean exactamente del mismo tenor que reciben ustedes los hombres, que no tengan que ver con nuestro sexo, que no tengan que ver con nuestro género. Ese es, finalmente, el gran llamado que queremos hacer.
Hemos alcanzado en Argentina un alto grado de igualdad. Igualdad que debe extenderse también a los jóvenes y a todos los sectores de la sociedad. Porque no solamente encontramos discriminación en las mujeres, la encontramos también en los ancianos, en los pobres, cualquiera sea su sexo.
Por eso, esa debe ser la lucha. Y las mujeres debemos encararla con mayor fuerza, porque es por nuestros hijos y por nuestros nietos.
Y en cuanto, finalmente para terminar, señor Presidente, señor Secretario General, Primer Ministro de Dinamarca: no se sienta mortificado por el error que tuvo al dirigirse al Secretario General de Naciones Unidas, tal vez haya sido una premonición de quién debe ser Secretario General de Naciones Unidas para la próxima temporada y dar muestras aquí en Naciones Unidas, que también la discriminación ha terminado.
Muchas gracias a todos y a todas. (APLAUSOS)

70ª Asamblea General de las Naciones Unidas

Muchas gracias; señor presidente de la Asamblea; señores miembros de esta honorable Asamblea: permítanme, en primer lugar, agradecer un hecho que fue muy relevante y que tuvo lugar, en este mismo ámbito, hace pocos días, para ser más exactos el 10 de septiembre de este año, cuando la Asamblea, por 136 votos positivos, decidió aprobar los principios rectores, los principios básicos para la reestructuración de las deudas externas de los países.

Este ha sido un triunfo muy importante, se han consagrado nueve principios, los tengo aquí anotados para no olvidarme de ninguno de ellos, que son los deben regir el tratamiento y la resolución, cuando se decide renegociar, por parte de un país, su deuda externa:

Hablan de desarrollo y la UIA se atrinchera

En menos de una semana, entre el lunes y el jueves último, se registraron cinco acontecimientos en los que se manifestaron distintas posturas respecto a un mismo tema: cómo continuar la actual etapa de crecimiento inclusivo abordando la respuesta a los condicionamientos, principalmente externos, que parecerían impedir un salto hacia el desarrollo de los sectores productivos. Una cuestión que estuvo poco menos que ausente durante tantos años emerge de golpe con un fervor inusitado. Y no es que otros hechos que suelen desviar la atención y el eje de las discusiones, como el valor del dólar o la inestabilidad financiera, hayan abandonado el escenario en estos días. Para nada. Sin embargo, la cuestión de la estructura del aparato productivo mereció un espacio destacado en las presentaciones de sus respectivas propuestas económicas por parte de Daniel Scioli y de Sergio Massa, el lunes; en la jornada de debate promovida por la Fundación ProTejer, el jueves; en la propuesta presentada por la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios, el mismo jueves; y en un sentido menos explícito pero evidente, en la designación y asunción de Adrián Kaufmann Brea, de Arcor, como nuevo presidente de la Unión Industrial Argentina, que tuvo lugar el martes pasado.

La aparición de Kaufmann al frente de la UIA, en esta etapa, es más que sugerente. Es un representante muy activo de uno de los grupos concentrados más influyentes del país, Arcor, que fue el sostén económico de la Fundación Mediterránea desde sus inicios y, por tanto, principal responsable de la llegada de Domingo Cavallo y su equipo al comando de la economía desde la década de los 90 hasta 2001 (otros que ocuparon la cartera de Economía en el medio, simplemente administraron el programa monetario, la convertibilidad, que él había instalado). Arcor, a través de Silvio Pagani, es además uno de los principales animadores del lobby corporativo AEA (Asociación de Empresarios Argentinos), a la par de Techint y el Grupo Clarín.

El ascenso de Kaufmann fue presentado como un acuerdo natural entre las dos agrupaciones conformadas en la UIA, Industriales y Celeste y Blanca, por el cual, cada dos años, se turnan para ocupar la silla principal. Kaufmann, de Industriales, reemplaza a Héctor Méndez, de Celeste y Blanca. Todo normal, salvo que esta lista de “unidad” no contará, esta vez, con ningún representante de las entidades fabriles de la provincia de Buenos Aires. Días antes de que se oficializara la candidatura “por acuerdo” de Kaufmann, las tres entidades industriales bonaerenses (Adiba, Uipba y la Federación Económica de la provincia) hicieron llegar, en conjunto, la propuesta de dirigentes para ocupar los lugares previstos en los órganos directivos, en respuesta a la invitación que habían recibido para participar de la lista. Varios de ellos tienen reconocida vinculación con el sciolismo, como el caso de Osvaldo Rial. Y recibieron como respuesta la “objeción” de los organizadores del acuerdo a algunos de los nombres propuestos. La reacción de las organizaciones bonaerenses fue unánime: ninguna participará de la lista de conducción. “Una vez más, las grandes corporaciones quieren imponer su voluntad, coartando la representación de la industria”, sostuvieron en un comunicado conjunto las tres entidades.

Por primera vez en su historia, la UIA no tendrá representantes de la provincia con mayor presencia industrial del país, en sus cuerpos de conducción. Justo cuando su gobernador disputa con altas chances por ser el nuevo presidente del país a partir de diciembre. Los cargos principales quedaron, entonces, en manos del director corporativo de Arcor, del titular de la cámara de la industria de la alimentación (Copal, en la que también domina Arcor), Daniel Funes de Rioja como vice primero, y Luis Betnaza, de Techint, como vice segundo. Es, además, la primera vez en muchas décadas en la que el núcleo de cuatro o cinco empresas que controlan la UIA colocan directamente en el sillón principal a uno de los suyos, y no apoyan a otros dirigentes de sectores con más participación de la mediana empresa, como el metalúrgico, el textil o el de plásticos. Aunque fuera por una cuestión de imagen.

La historia de Kaufmann y sus primeras palabras como presidente de la UIA no dejan dudas de la posición que busca ocupar, tanto en la condena al gobierno saliente como la búsqueda de condicionar al entrante. Emitió en su discurso de presentación un juicio durísimo para la conclusión del ciclo de las presidencias de Néstor y Cristina (“se necesitarán medidas urgentes para sacar a la industria del estancamiento, después de cuatro años en los que el sector no repunta ni crea puestos de trabajo”). Y le ofreció “esta casa” a quien asuma la presidencia para ir a discutir cómo se instrumentarían esas medidas: reducción de impuestos, baja en los costos de la energía para el sector, aunque se cuidó de no pedir abiertamente una devaluación.

Un lenguaje diametralmente opuesto fue el que se escuchó, 48 horas después, en el encuentro promovido por la Fundación Pro Tejer, que contó con la presencia de Scioli, de varios referentes económicos de su espacio, pero también de economistas en representación de Cambiemos y el Frente Renovador. “En estos años hemos podido trabajar, influir y diseñar políticas públicas sectoriales en resguardo de las características propias”, señaló Jorge Sorabilla, titular de Pro Tejer. “La nuestra es una cadena de valor estratégica, una tonelada de fibra de algodón cuyo valor como materia prima es de 1300 dólares, cuando se exporta como prenda textil con diseño y marca nacional vale 55 mil dólares, difícilmente exista un producto industrial en el país que genere tanto valor agregado”, agregó el dirigente empresario, en una postura que exhibe al sector muy alineado en los ejes de la propuesta económica “para el desarrollo” que dio a conocer el sciolismo en las últimas semanas y que el lunes el candidato defendió desde el escenario del Teatro Opera.

Apyme, por su parte, hizo público un documento, el jueves, sumándose a la propuesta de “profundizar el debate sobre las políticas que permitan continuar y fortalecer un proyecto de desarrollo nacional soberano e inclusivo”. Sostiene, en consecuencia, la necesidad de definir “una serie de ejes programáticos para abordar las materias pendientes, con una mayor equidad distributiva y una inserción internacional autónoma respecto de los poderes financieros globales”.

Desde que se presentaron los Lineamientos para el Desarrollo, a fines de agosto, el discurso de Scioli adoptó un sesgo claramente industrialista. Quienes transitan junto al gobernador bonaerense aseguran que “siempre lo tuvo”, pero lo indiscutible es que ahora encontró, como argumento, el planteo de que tras la etapa del crecimiento con inclusión, viene la del desarrollo productivo. En este tema, sus diseñadores de política (Miguel Peirano, entre ellos) le han encontrado un campo de ideas y propuestas en las que las políticas a desarrollar atenderían cuestiones que dejó pendiente el proceso kirchnerista hasta aquí. Un análisis reciente del economista y periodista de Página/12 Claudio Scaletta, publicado en Le Monde Diplomatique (“Los nudos de la economía”, nota de tapa de la edición de este mes) describe cómo se logró, a partir de 2003, un proceso largo de crecimiento expansivo con inclusión, en base a una demanda efectiva que arrastraba a la oferta, pero también cómo este proceso terminó enfrentándose a la restricción de divisas. Entre otras razones, porque la pauta de consumo incluyó electrodomésticos, rodados, artículos electrónicos y otros bienes de sectores con fuerte incidencia de la importación (tanto en insumos como en productos finales). Señala Scaletta que tampoco se resolvieron, en esa etapa, cuestiones de la estructura del aparato productivo, que le dieran mayor autonomía a la producción local respecto del abastecimiento externo, o bien que el desarrollo de la producción sustitutiva en esos eslabones intermedios acompañara el crecimiento de la demanda final.

Sobre esos puntos parecería atacar la propuesta de Scioli. El lunes pasado, en un discurso de 40 minutos, dejó delineados algunos aspectos centrales de su plan de desarrollo.

- La firme convicción de que es el Estado nacional, a través de la planificación, el que debe asumir de actor principal en la definición de las estrategias y acciones para garantizar el desarrollo económico y productivo.

- Continuar la reindustrialización, identificando cuellos de botella en cada sector promoviendo la sustitución de importaciones y la innovación científica y tecnológica.

- Seguir promoviendo la inversión para agregar valor en origen de los productos, como forma de reducir además la inequidad regional.

- Apostar a la potencialidad de Vaca Muerta (hidrocarburos, Neuquén), la producción agrícola y la puesta en valor de la minería, para verlos como “palancas para el desarrollo y no como condena a la reprimarización” de la economía.

No es extraño, entonces, que haya sectores de la industria mediana que reciban con entusiasmo –como mínimo, con expectativas– ese planteo. Y se sientan convocados a participar en su discusión. Otros, en cambio, parecen llamados a ponerse en guardia. La actitud de la UIA ha sido la de colocar a un “pesado” al frente de la organización, como intentando imponerle “respeto” tanto al nuevo gobierno como a sus pares, las otras centrales empresarias de fuerte peso que deberían reconocer en el representante de Arcor a un “primus inter pares”.

“Esconde algo”

El ex ministro de Economía Roberto Lavagna afirmó que la propuesta del PRO de eliminar el cepo al dolar es “irresponsable” y “esconde una devaluación”, al tiempo que rechazó que el ajuste sea viable para la economía. “La idea de que puede levantarse el cepo en un día, si no es falsa, esta escondiendo algo: una gran devaluación o un gran endeudamiento”, aseguró el ex ministro de Economía de Néstor Kirchner y actual asesor económico del Frente Renovador.

La aristocracia del dinero y las elecciones en Tucumán

La Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Tucumán, mediante un fallo por unanimidad revocó el dictado por la Cámara Contencioso Administrativo de dicha provincia, la que había sostenido la nulidad de los comicios provinciales realizados el 23 de agosto. Con la sentencia de la Corte provincial el pueblo tucumano recuperó su soberanía y derechos políticos, y se preserva la supremacía de la Constitución Nacional y la Constitución de la Provincia de Tucumán.

Sin embargo, dado que aún se puede recurrir a la Corte Suprema de la Nación la que en tal caso tendría la palabra final, no podemos dejar de observar la trama del fallo revocado que en forma arbitraria sin sustento normativo aplicable al caso, adoptó tal decisión invocando en esencia prácticas “clientelares” y “fraude estructural”. Presupone que el pueblo de Tucumán carece de discernimiento y se encuentra en situación de “desamparo”. Ciertamente fue un golpe contra la democracia y la voluntad popular de todos los tucumanos que fueron a votar. Casi podemos individualizarlo como una de las facetas de lo que se conoce como “golpe blando”, operativo de un plan desestabilizador con derivaciones que exceden el ámbito provincial. Su argumento es que el contexto político-social de Tucumán contamina la esencia del sufragio. ”Qué significa, que los pobres son idiotas, no saben votar, que hay que prohibir el voto de los pobres o de los provincianos”? Como señaló Cristina, “eso es una Argentina predemocrática”. La lógica estricta que nutre al fallo de la Cámara Contencioso Administrativo es proclive al voto calificado.

El mercado no puede marcar el rumbo

Pragmático, hiperactivo y leal a aquellas primeras ideas aprendidas en su época de estudiante en la Facultad de Ciencias Económicas, el secretario de Política Económica y Planificación del Desarrollo de la Nación, Emmanuel Álvarez Agis, responde a cada pregunta con una mixtura de teoría y realidad que difícilmente se ajuste a los cánones que se enseñan en los claustros. Ingresó a la Facultad en plena crisis de 2001 y recuerda que su primer acercamiento a la política fue «tirar piedras» bajo la consigna «que se vayan todos». La necesidad de comprender lo condujo a los subsuelos de Económicas, donde un grupo de estudiantes próximos a graduarse, entre ellos el actual ministro de Economía, Axel Kicillof, analizaba teorías alternativas al Consenso de Washington. «En los 90 elegían la carrera porque querían ser Domingo Cavallo (el entonces titular de Economía) y en 2001 lo hacíamos para putear a Cavallo», recuerda.

Por un país justo, igualitario, desarrollado, inclusivo y soberano

En una nueva conmemoración del Día de la Industria Nacional ratificamos nuestro compromiso con la construcción de un proyecto de desarrollo autónomo, profundamente democrático y con justicia distributiva. Los ejes son claros y continúan estando en pugna inclusive previo a Manuel Belgrano: “Fomentar la agricultura, animar la industria y proteger el comercio son los tres importantes objetos que deben ocupar la atención”, y a eso nos hemos dedicado estos últimos 12 años!

¿Lastres de la década? El discurso económico en disputa

“El kirchnerismo, conceptualmente, nos ha hecho retroceder 30 años. Hoy se ha vuelto a discutir los controles de cambio, la inflación, si tener déficit es bueno o malo El Gobierno dejará un déficit fiscal difícil de manejar, una deuda importante, una economía estancada o ligeramente recesiva y un tipo de cambio atrasado. En indicadores de pobreza o indigencia estamos igual que a mediados de las décadas de 1980 y 1990” (diario La Nación, 24 de mayo de 2015).

Lo cierto es que “las grandes transformaciones estructurales” promovidas por el modelo de acumulación basado en la valorización fi nanciera hicieron estallar un conjunto de “bombas de tiempo” durante la crisis de la convertibilidad. Y éste es un dato objetivo, tan peligroso que puso en riesgo a la soberanía de la Nación. No faltó quien, por entonces y pese a ser parte responsable de lo ocurrido, recomendara poner la gestión integral de la Argentina en manos de una consultoría internacional integrada por expertos de los organismos multilaterales de crédito y con plenos poderes para hacer y deshacer en materia económica y social. Por cierto, tal “asesoramiento” se pagaría tomando más deuda externa. Afortunadamente primó el sentido común y, por un pelo, tal dislate fue descartado.

Por qué no se logra el desarrollo

El desarrollo económico se puede definir como la capacidad de una sociedad para crear riqueza a fin de promover y mantener la prosperidad o bienestar económico y social; si se lo hace además valorando y preservando al medio ambiente, hablamos de desarrollo sustentable. La pregunta que nos hacemos es por qué eso no sucede en nuestro país.

En el marco del sistema de acumulación capitalista, con todas sus injusticias y arbitrariedades, John Maynard Keynes sostenía que “el rendimiento de la producción aumenta más rápido que los medios de absorber la mano de obra disponible”. Esto se agrava por la desigualdad de ingresos y el predominio de las finanzas sobre la economía. Por ende, la doble tarea de la demanda es superar ese escollo y, al mismo tiempo, prepararse para nuevas funciones que la producción y el conocimiento exigen.