La continuidad y el cambio

Ya comenzaron los escarceos acerca de las polarizaciones que se producirán en las elecciones de 2015. El tema que predomina en la discusión es el de la continuidad o el cambio: es lo primero que preguntan las prematuras encuestas. Pero nadie aclara qué significa cada término, ni en abstracto, ni menos aún cómo repercutirá en el modo de vida de cada uno. Por eso, para considerar con seriedad el tema, primero hay que definir cartesianamente qué significan el cambio o la continuidad en la Argentina de hoy.

Una mirada actual al ferrocarril de cargas en la Argentina

El transporte ferroviario de cargas en la Argentina desde la óptica de las políticas de Estado, es el tema que ocupa –y preocupa- en particular a esta presentación. La propuesta se focaliza en analizar el rol que le cabe a este medio de transporte como impulsor del desarrollo productivo nacional, en especial para las economías regionales extra pampeanas. Las políticas adoptadas en estos años señalan una tendencia creciente a ganar presencia - por parte del sector público- en el modelo de gestión ferroviaria, pese a sostener la operatoria privada como responsable de la prestación de los servicios. Se identifican distorsiones entre propuesta y acción al tratar de responder al interrogante de hacia dónde se dirige la restructuración del ferrocarril de cargas en la Argentina.

El rol del Estado

Durante los casi doce años de desarrollo del proyecto kirchnerista se incrementó fuertemente el tamaño del mercado interno con dos objetivos convergentes: inclusión social y potenciación del desarrollo de la industria nacional. También se desarrolló, desde el lado estatal, un fuerte apoyo al sistema de ciencia y técnica (C&T), invirtiendo en el crecimiento científico y desarrollando instrumentos para promocionar la transformación de conocimiento científico en tecnología y en valor agregado de la producción nacional. El sector agroexportador aumentó su producción y los precios internacionales de los commodities agrícolas se mantuvieron en niveles altos.

La tristeza popular y el desastre nacional

Lo que pasó antes del 1º de julio de 1974 no era ninguna maravilla, pero lo que vino después fue una tragedia. La muerte de Juan Domingo Perón marcó una cuenta regresiva que terminaría el 24 de marzo de 1976, con el golpe militar más cruento de la historia argentina.

Endiosado a veces por el abrazo con Ricardo Balbín y otras por su vuelta a la Argentina como hecho en sí mismo dentro de una marcha casi celestial, ¿el último Perón es una continuidad del que gobernó entre 1946 y 1955 y lideró un movimiento desde el exilio entre los 18 años que van de 1955 a 1973? Y si no fue una continuidad, ¿acaso podía serlo? La verdad es que su figura terminó surcando la historia entre la extensión de la ciudadanía a grandes masas de argentinos en la segunda mitad de los ‘40 y la tremenda crisis de 1974, entre el Plan Quinquenal y el Pacto Social, por un lado, junto al avance de los derechos sociales y políticos y por otro lado el comienzo del fin.

Informe Macroeconómico y de Política Monetaria

A continuación presentamos partes del informe macroeconómico y de política monetaria publicado por el Banco Central de la República Argentina.

Durante las décadas de los ochenta y los noventa las reformas implementadas en los sistemas previsionales de América latina se orientaron principalmente a reducir los riesgos fiscales. Sin embargo, la crisis financiera internacional de 2008 puso en evidencia que los sistemas contributivos tradicionales, en los que las remuneraciones están ligadas a los aportes realizados en el mercado de trabajo, tienden a exacerbar las desigualdades sociales y aumentan el número de pobres entre los adultos mayores en tanto que, paradójicamente, elevan los costos fiscales.

Fallo de la corte de EUA: discurso de la Presidenta de la Nación

Me dirijo, hoy, a todos los argentinos, con motivo de lo que ya es de público y notorio conocimiento, que es el fallo de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos, convalidando el fallo del juez Griesa, de primera instancia, contrario no sólo a los intereses de nuestro país, la República Argentina, sino también del 92 por ciento de los acreedores que creyeron en la Argentina y reestructuraron su deuda.

Una de piratas

Recientemente la embajadora de Australia, entrevistada por un periodista de La Nación, expresó: “si las reglas fueran más claras, llegarían mas inversiones”. Dijo que si el gobierno eliminara la restricción a las importaciones y al giro de dividendos, lograría un mayor nivel de inversión. Poco después, en uno de los puntos del documento del Foro de Convergencia Empresarial se reclama la previsibilidad, estabilidad y formalidad de las reglas de juego para promover la inversión privada en todas las actividades económicas.

Esos pronunciamientos pueden leerse según un documento de APYME como “terminar con las regulaciones estatales en la economía, dejar que medren la especulación, la fuga de divisas y el flujo de capitales internacionales sin control alguno”.

El desafío de estos tiempos

Luego de la crisis que provocó la devaluación experimentada en el mes de febrero, la economía argentina está enfrentando un nuevo peligro. Resignar sus objetivos en materia de comercio exterior con el fin de asegurar la liquidación de las exportaciones primarias.

Pareciera ser que muchos analistas e impulsores de políticas públicas, ante la necesidad cruda diaria y la escasez de divisas sufridas a inicios del año, hubieran sufrido un shock de ultra realismo y abandonado el objetivo de promover las exportaciones de mayor valor agregado. Las importantes dificultades económicas experimentadas, como el fuerte alza del nivel de precios, la caída de las reservas, la devaluación y el aumento de las tasas de interés, han torcido la mirada de muchos respecto de los objetivos que se deben mantener en la economía y en el comercio exterior.

Argentina, la peor de todas

El llamado Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) informó que, según sus cálculos, hay 11 millones de pobres en la Argentina, el 26,9 por ciento de la población. Casi simultáneamente, la agencia Standard and Poor’s ubica a nuestro país en el último lugar de una lista de naciones latinoamericanas organizada según la “seguridad” que ofrecen a los inversores. Chile, para S&P, es el más confiable y Argentina, la peor de todas.

Para la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación

Don Arturo Jauretche decía que la economía es sencilla, que la vuelven compleja oscuros intereses que se defienden a costa de la población. Esto es, en nuestro país, y lo demuestran los gobiernos populares de Yrigoyen, Perón, Illia, el primer año del gobierno de Alfonsín, y ahora los Kirchner, la economía crece si crece el consumo. Y el consumo se incrementa si se incrementan los salarios, y esto se debe a que en torno del 75% de lo que producimos va al mercado interno, por lo que es el mercado interno el primer y principal estímulo de la producción, que se producen y se ofrecen bienes y servicios para satisfacer las necesidades de nuestra población.