“Los buitres son la escoria del mercado”
“Argentina tiene mucho que enseñarle al resto del mundo en materia de resolución de crisis macroeconómicas y reestructuración de deudas soberanas. Es uno de los pocos países exitosos a la hora de reducir la desigualdad y la pobreza después de su crisis”, afirmó el economista estadounidense Joseph Stiglitz en una entrevista exclusiva con Página/12 donde también rechazó el fundamentalismo de libre mercado y las políticas de austeridad fiscal.
El dialogo comenzó con una conversación telefónica y se completó durante un intercambio por correo electrónico. En ambas instancias participó Martín Guzmán, el joven investigador y docente argentino que trabaja con Stiglitz en la Universidad de Columbia. “El esquema actual para resolver las crisis de deuda soberanas no funciona y permite la aparición de fondos buitre que son la escoria de los mercados financieros internacionales”, lanzó el ex economista jefe del Banco Mundial. A mediados de diciembre Stiglitz y Guzmán estarán en Argentina para participar de una serie de talleres y clases magistrales sobre deuda soberana, crisis macroeconómicas y políticas industriales (ver aparte). “Las consecuencias del fundamentalismo de mercado han sido devastadoras”, explicó el investigador al reivindicar el rol del Estado en los procesos de desarrollo económico.
–¿Por qué no existe un mecanismo internacional para resolver las situaciones de crisis de deuda soberana?
Joseph Stiglitz: –El esquema actual para resolver las crisis de deuda soberanas no funciona. Sin normas ni leyes, las soluciones que se promueven no son eficientes ni justas, sino el uso y abuso de poder del más fuerte. El ineficiente e injusto esquema vigente permite la aparición de fondos buitre que son la escoria de los mercados financieros internacionales. Los fondos buitre no suman nada a la sociedad global, solo restan. Los nueves principios aprobados por la Asamblea General de la ONU son un paso importante en un largo proceso de construcción de normas que debería culminar con la creación de un marco legal internacional para resolver las reestructuraciones de deuda soberana. La aprobación de los principios básicos para las reestructuraciones de deuda en la ONU fue una gran victoria. Todos los países emergentes apoyaron. La ausencia de un marco legal para resolver las reestructuraciones de deuda impone enormes riesgos.
–Por ejemplo, que el grupo de fondos buitre liderados por Elliott Management consigan que la Justicia de Estados Unidos bloquee el mecanismo de pago de la deuda argentina reestructurada en el exterior.
J. S.: –Argentina se cruzó con algunos problemas en el sistema legal estadounidense. Eso ni siquiera es economía, fue ausencia de economía. Intentamos persuadir al Tesoro y al FMI de que la posición de Estados Unidos en la disputa legal entre Argentina y los buitres era inadecuada. La ironía es que el Tesoro destaca la necesidad de extender la ley de quiebras para resolver la crisis de deuda de Puerto Rico, pero toma una posición distinta a nivel internacional. La razón de esta aparente esquizofrenia es sencilla: como principal potencia acreedora, quiere evitar cualquier restricción en el uso de sus poderes. No es un tema de Argentina o Grecia, sino que es un problema mucho más amplio, como se ve en el caso de Puerto Rico.
Martín Guzmán: –El fallo del juez Thomas Griesa se basa en una interpretación peculiar de una cláusula contractual tradicional, la llamada pari passu, que se supone que debería asegurar un tratamiento igualitario entre iguales. Para Griesa un tratamiento igualitario significa que los fondos buitre obtengan una rentabilidad superior al 1500 por ciento mientras que los otros acreedores acepten quitas del orden del 70 por ciento. Eso no parece ser muy igualitario. Menos aún cuando tenemos en cuenta que los fondos buitre, a diferencia de los otros acreedores, jamás le prestaron un dólar al país, sino que compraron esos bonos a precio de remate a otros acreedores cuando el país ya había declarado el default. Decir que eso es tratamiento igual es ridículo. La arquitectura financiera internacional está llena de huecos que impiden solucionar las crisis de deuda en tiempo y forma. Este problema hay que resolverlo a nivel global. Tanto es así que la misma comunidad financiera, a través de la Asociación Internacional de Mercado de Capitales, reaccionó rápidamente al fallo aclarando que esa no es la interpretación que se le debería dar a la cláusula en cualquier contrato de endeudamiento en el futuro. Mercados de deuda internacionales sanos beneficiarían a todos los países. Argentina, más allá de haber jugado un rol importante en el proceso de los principios aprobados por la ONU, deberá eventualmente y con paciencia buscar una solución al problema con los fondos buitre que sea conveniente para el país.
–¿Cómo explican que las políticas de ajuste fiscal y las “reformas estructurales del mercado de trabajo” sigan siendo promovidas para resolver las crisis de deuda externa que enfrentan algunos países?
J. S.: –El ajuste en recesión genera catástrofes sociales. La austeridad fiscal en momentos de recesión, cuando el sector privado también está reduciendo el gasto, solo agrava el escenario contractivo. La situación en Grecia ha sido un fracaso por una combinación de ideología e intereses particulares. La buena noticia es que incluso el FMI entiende que hay que hacer una mejor y mayor reestructuración en Grecia. Argentina tiene mucho que enseñarle al resto del mundo en materia de resolución de crisis macroeconómicas y reestructuración de deudas soberanas. La forma en que Argentina resolvió su crisis de 2001-2002 condujo al alto crecimiento que se observó hasta el año 2008. Argentina ha sido uno de los pocos países exitosos a la hora de reducir la desigualdad y la pobreza después de la crisis.
M. G.: –La austeridad fiscal en recesión nunca funciona. Cualquier teoría económica sensata afirma que eso no permite volver a crecer. La evidencia empírica es abrumadora. Si en lugar de resolver los problemas, ajustás las crisis empeoran. En ausencia de financiamiento para restaurar la sustentabilidad el camino a seguir es el que utilizó Argentina después de la crisis de 2001 con la reestructuración de su deuda en default. Eso le permitió volver a hacer políticas macroeconómicas en pos de la recuperación que son políticas expansivas.
–En Argentina existe un permanente debate sobre el rol del Estado en el proceso de desarrollo e industrialización donde un amplio grupo de políticos y economistas mediáticos creen que el “libre mercado” fomenta de la inversión y creación de empleo.
J. S.: –Las consecuencias del fundamentalismo de mercado han sido devastadoras. Creó economías más inestables, sociedades más desiguales y más divididas. El fundamentalismo de mercado está basado en un entendimiento incorrecto de la teoría económica y una inadecuada interpretación de la evidencia histórica. Casi todas las historias exitosas de desarrollo, como por ejemplo en los países de Asia del Este fueron casos en los que el Estado tuvo un rol muy importante. El Estado tuvo un rol fundamental en el desarrollo de Estados Unidos. Las grandes innovaciones tecnológicas surgieron del sector público y el sector privado las ha llevado al mercado. Aún cuando buena parte de la discusión se enfoca en el rol del Estado versus el mercado, esta formulación del problema es errónea.
–¿A qué se refiere?
J. S.: –Los mercados y el Estado pueden ser complementarios, actuando sobre los mismos sectores pero con diferentes roles. Pero esta dicotomía es también un exceso de simplificación en una segunda dimensión. Existe una gran cantidad de arreglos institucionales que importan para el desarrollo y las economías exitosas han demostrado una gran creatividad institucional. Una de las razones por las que el fundamentalismo de mercado es un enfoque erróneo es porque no tiene en cuenta que los mercados no funcionan en un vacío. Por el contrario, las reglas y regulaciones determinan cómo funcionan y cómo se reparten las rentas que su funcionamiento genera.
–¿Podría ofrecer algún ejemplo?
J. S.: –Durante el desarrollo de la crisis que estalló en 2008 en Estados Unidos fue posible ver claramente cómo las reglas y regulaciones permitieron a la industria financiera apropiarse de rentas a expensas de otros sectores de la sociedad, de una forma que fue perjudicial para el funcionamiento de la sociedad. Justamente, hoy en día el tema que está en el centro de la agenda es cómo reescribir las reglas de un modo que promuevan un crecimiento más inclusivo.
Página/12 - 21 de noviembre de 2015