Rumbo al iceberg

Milei lo expresó con toda claridad: la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario. Y como remataría el vocero Adorni: fin. Lo cierto es que todo ese mantra monetarista, confrontado con la realidad de la evolución de los precios locales, empezó a hacer agua.

Contra la dolarización

Durante su campaña, el presidente electo Javier Milei propuso insistir en la misma orientación, pero con un esquema que va más lejos que la Convertibilidad. En efecto, no solamente restringe la cantidad de pesos que puede emitir el Banco Central: directamente elimina los pesos en circulación y los reemplaza por dólares. Asimismo, no solamente limita las acciones que puede realizar el Banco Central: lisa y llanamente elimina al propio BCRA.

Lali y la antipatria

“Me gusta cuando callas porque estás como ausente”. Así comenzaban los aparentemente infames (digo aparentemente porque el sentido del famoso poema XV de Pablo Neruda era otro) versos que podrían sintetizar la situación actual de nuestros artistas populares en relación a nuestra crítica realidad.

Programa económico ¿de transición?

El nuevo gobierno libertario, en alianza con sectores del establishment económico que fueron parte del gobierno macrista, comenzó su mandato con un típico ajuste ortodoxo: fuerte ajuste fiscal y monetario, desregulación de las finanzas y paulatina apertura comercial, fuerte cambio de precios relativos en donde los salarios pierden en función de otras variables como las tarifas y el tipo de cambio, y un “combate” discursivo frente a una inflación creciente que en la práctica, y dado el paquete de medidas económicas tomadas hasta el momento, parece totalmente buscada.

El presidente troll

Milei no solo acuñó términos instalados en la jerga política argentina, como “la casta”, sino que maneja los códigos de la acción comunicativa contemporánea: su estilo es una mezcla de divulgador-evangelizador y troll. Insistir con el mercado desregulado y la bondad capitalista difícilmente movilice pasión de multitudes. En cambio, apelar a temas socio-culturales tiene mayor tracción comunicativa. Silvio Waisbord escribe sobre el elemento esencial en la comunicación de la reacción conservadora actual: el trollismo.