La guerra de agresión de Israel contra Irán es todo menos sorprendente. De hecho, predije todo esto en 2012, cuando expliqué por qué Israel, específicamente bajo el gobierno de Netanyahu, se ve obligado a atacar a Irán.¹ Desde entonces ha sido un tema recurrente en los llamamientos de Netanyahu a los Estados Unidos para que de luz verde a que Israel haga el trabajo. Ha pronunciado repetidamente discursos sobre "armas de destrucción masiva", alegando que Irán se está preparando para lanzar un ataque nuclear contra Israel.

Mucho tiempo

La razón por la que esta guerra ha tardado tanto en estallar es que a las anteriores administraciones estadounidenses les preocupaba autorizar que Israel iniciara un conflicto que podría terminar en una guerra más grande que involucrase a los propios Estados Unidos. Estados Unidos todavía recuerda la amarga experiencia de conflictos anteriores en los que se vió envuelto, y que no terminaron muy bien para Estados Unidos, aunque mucho peor para las personas atacadas (en Afganistán, Irak, Libia, etc.). Sin embargo, el actual presidente está menos inhibido. Donald Trump tenía la reputación de ser un "amante de la paz", prefiriendo la guerra económica a la guerra caliente; pero es notoriamente volátil. No hay duda de que él personalmente dio luz verde al último ataque de Israel, que no es una sorpresa.

Creo que es útil explicar el trasfondo de esto, porque no es solo un acto casual por parte de Israel; así que veamos la motivación y el razonamiento detrás de ello. Es una consecuencia, un efecto secundario, del objetivo estratégico primordial de Israel: completar el proyecto sionista de colonización de toda la Tierra de Israel, que incluye, por supuesto, el área entre el Mar Mediterráneo y el río Jordán como mínimo.

De hecho, el área realmente codiciada está mal definida, pero en última instancia está arraigada en la promesa divina de Jehová a Abraham en el libro del Génesis.² Completar el proyecto sionista de colonización implica, exige y requiere expansión territorial (es decir, anexar partes adicionales de la "tierra prometida") y la limpieza étnica de todo este territorio. El proyecto sionista tiene como objetivo establecer un estado-nación judío en esa tierra, lo que significa que debe estar habitada por una gran mayoría estable de judíos, mientras que los habitantes palestinos o no judíos son exógenos a todos los efectos, y deben ser eliminados de una forma u otra.

Otra condición previa para completar el proyecto sionista es asegurar la hegemonía regional. Israel debe ser una superpotencia regional, con un monopolio nuclear absoluto. Israel no solo debe ser el único estado regional en posesión de armas nucleares: debe ser el único estado de la región que tenga el potencial de desarrollar bombas nucleares. Es decir, Israel tiene como objetivo el monopolio no solo de las armas nucleares, sino también de la capacidad nuclear, que no es en absoluto lo mismo, porque hay varios estados en el mundo que tienen capacidad nuclear, pero que, por una razón u otra, no están en posesión de armas nucleares. Estos objetivos - expansión territorial, limpieza étnica y garantía de hegemonía regional - están interconectados. Uno sigue a otro y, de hecho, uno implica al otro.

Una de las razones por las que la finalización del proyecto sionista requiere que Israel sea un hegemón local en el nivel más elemental es que la colonización provoca la oposición de otros estados. Obviamente, existe una oposición regional a la expansión del estado de Israel. Por lo tanto, debido a que la colonización y la finalización del proyecto sionista implica la expansión territorial, provoca la oposición de los estados vecinos, a costa de los cuales Israel se está expandiendo, o que consideran la expansión de Israel como un peligro potencial para sí mismos. También provoca oposición y solidaridad por parte de la gente de la región circundante, es decir, la mayoría de la población del este árabe, que está motivada por la solidaridad con el pueblo palestino y que, por lo tanto, está presionando a sus gobiernos, a pesar de ellos, para que muestren cierta oposición. A este nivel tan elemental, Israel necesita ser militarmente superior a los estados circundantes.

Madre natural

En un nivel histórico más profundo, el proyecto sionista siempre ha necesitado patrocinio imperialista. No tenía una patria natural y, por lo tanto, necesitaba un sustituto. Comparese con un mafioso local que necesita venderse a un jefe de la mafia global, para quien Israel es la mejor opción como aliado regional. Por lo tanto, Israel necesita la protección del estado imperialista hegemónico dominante, actualmente los Estados Unidos, para que le otorgue el puesto de "sheriff" o adjunto en la región de Oriente Medio. Por lo tanto, hay un interés mutuo en promover a Israel como un poderoso aliado y ejecutor local: es decir, Israel tiene un valor particular para el imperialismo. Si bien Estados Unidos es un estado extremadamente poderoso, para asegurar sus intereses en la región debe confiar en un poderoso estado local, por lo que Israel tiene la necesidad implícita de mostrarse como el estado más poderoso y despiadado.

Las guerras locales provocadas por Israel son una excelente oportunidad para la expansión y la limpieza étnica con el fin de promover el objetivo estratégico de la finalización del proyecto sionista de colonización. Para ilustrar esto: The Guardian del 14 de junio publica el titular: "Los ataques contra Irán alivian la presión sobre Israel para poner fin al hambre en Gaza".³ En otras palabras, en las semanas anteriores al ataque de Israel a Irán, había habido una creciente aceptación (aunque demasiado poco, demasiado tarde) por parte de los gobiernos occidentales de la presión desde abajo para "hacer algo" sobre la limpieza étnica y el genocidio en Gaza. En el Reino Unido, Francia e incluso Alemania había una presión creciente para exigir que Israel detuviera el genocidio.

Pero ahora que Israel ha atacado a Irán en nombre de la "comunidad" imperialista occidental, la presión se ha aliviado. Sus ataques contra Irán alivian la presión sobre Israel para poner fin a la inanición de los habitantes de Gaza. Es un ejemplo de cómo una guerra regional, en este caso iniciada abiertamente por Israel, ayuda a promover el proyecto sionista de limpieza étnica.

Otro titular, esta vez de Haaretz: "Los residentes de Gaza dicen que las FDI han intensificado los ataques en la Franja desde que Israel lanzó la guerra contra Irán". El asedio genocida de Israel sobre Gaza no ha cesado, a pesar de que se está concentrando en su guerra con Irán. En absoluto, en realidad todo lo contrario. Dado que el ataque de Israel contra Irán es tolerado por los estados imperialistas occidentales, la presión sobre él se ha aliviado, al menos por el momento, y esto le permite perpetrar la limpieza étnica en la Franja de Gaza, y sin duda muy pronto en Cisjordania también, sin sufrir la presión diplomática por parte de las potencias occidentales.

Así que la guerra de Israel contra Irán sirve a dos de sus objetivos: afirmar la hegemonía regional; y servir como cortina de humo, detrás de la cual la limpieza étnica puede proceder de la forma más despiadada. Pero después, por supuesto, de que Keir Starmer sigue recordándonos que "Israel tiene derecho a defenderse".

^{Fuente: Sin Permiso - Junio 2025}