EE UU: Un acuerdo fiscal que va a encantar a los super-ricos

¿En qué medida afectan a los americanos más ricos las subidas de impuestos recientemente aplicadas? Apenas nada.

Casi todo el debate que ha convulsionado el Capitolio durante el mes de diciembre tenía que ver con el restablecimiento de la tasa impositiva marginal a los ingresos por trabajo, es decir, sobre sueldos y salarios. Pero, ya lo dijo Scott Fitzgerald, los ricos son distintos de ti y de mí, y una de las formas primordiales en que son distintos es que su renta no proviene de sueldos y salarios.

La deuda estudiantil es la nueva bomba de tiempo del sistema financiero

Una de las consecuencias de la financiarización de la economía desplegada desde los años 80 es el fuerte incremento de la deuda privada y sus silenciosos costos derivados de ese abusivo concepto que es la magia del interés compuesto, tema al cual dedicamos un largo post. El crecimiento exponencial de la deuda por la vía de los intereses ha llevado al mundo al actual colapso en cámara lenta que se sufre en todos los rincones del planeta. La deuda en mora de los créditos estudiantiles en EEUU llega a los 110 mil millones de dólares.

Gane quien gane

Sea Mitt Romney o sea Barack Obama, el tercero y último debate entre ambos candidatos a la presidencia de EE.UU. sobre política exterior ha mostrado que poca o ninguna diferencia hay entre los dos en esta materia: Washington continuará con su política de guerra destinada a dominar el mundo entero y con las políticas internas necesarias para ello.

El encuentro tuvo ciertos matices antibélicos: el presidente señaló que es hora de ocuparse de EE.UU. y no de otras naciones, el candidato republicano empleó la palabra paz o pacífico diez o doce veces, pero del dicho al lecho hay mucho trecho, como le oyeron decir a Casanova. Sucede que los dos leen las estadísticas que llegan a una clara conclusión: el pueblo estadounidense está cansado de las guerras que paga con la pérdida de seres queridos y además de su bolsillo.

¿Por qué debería la izquierda apoyar a Obama?

Mientras hojeaba el número de la revista The Nation en el que hacía público su apoyo a la campaña presidencial de Obama, busqué en vano por una referencia al viejo punto de vista de que ambos partidos son “las dos caras de la misma moneda”. Aunque a muchos fans de Obama les encanta citar el espíritu del movimiento Occupy, no quieren saber nada del porqué del escepticismo sobre la política electoral que muchos de los indignados americanos comparten. Ni tampoco había el menor rastro de posiciones tan venerables como las que piden votar Verde, votar Trabajadores Socialistas o no votar en absoluto.

No estoy seguro de apoyar ninguna de esas posiciones. Pero me gustaría que, por una vez, un aval desde la izquierda a un candidato demócrata a la presidencia viniese acompañado por una reflexión sobre algunas cuestiones estructurales graves que están en juego.

¿Crisis del sistema financiero o reconfiguración mundial del capital?

El objetivo de este trabajo es analizar el impacto de la crisis global en EEUU e intentar desentrañar las causas fundamentales de la crisis en este ámbito nacional, sin detenerse en los análisis unilaterales acerca del sistema financiero. De esta forma, se busca romper con la escisión entre sistema financiero y real, para analizarlo en su conjunto. Indagando sobre las determinaciones del dólar como dinero mundial y sus repercusiones en la estructura productiva de EEUU, con el propósito de desarrollar la hipótesis de que la crisis global está fundada en una relocalización general del capital.

La última crisis global que estalló a mitad del 2008 en EEUU tomo por sorpresa a la teoría económica mainstream, revelando su incapacidad a la hora de explicar y predecir la crisis. Al mismo tiempo se evidenciaron contradicciones dentro de la teoría predominante frente a las primeras medidas tomadas por los países más damnificados para frenar de forma inmediata la crisis. A pesar de estas contradicciones y deslegitimaciones dentro de la teoría predominante, los análisis más aceptados sobre la última crisis, que consideran a esta como una crisis financiera, provienen de esta teoría. Abundan explicaciones que hacen responsable de la crisis a la expansión desmesurada del crédito, a la imprudente calificación de riesgo a créditos otorgados y a la falta de regulación financiera y contracíclica.

Las agencias, los nuevos jueces globales

El hombre que tiene en sus manos el destino del crédito de Estados Unidos, y por ende el de la economía mundial, usa corbata con nudos pequeños, luce un espeso bigote y fuma una buena cantidad de cigarrillos por día. Más allá de eso, su vida es un misterio, al igual que su trabajo.

Puede que uno nunca haya oído hablar de David Beers, pero todos los ministros de Finanzas lo conocen. Con gran experiencia en Wall Street, es el máximo responsable de determinar las calificaciones de deuda de los países dentro de Standard & Poors.

Detrás de muchos de los últimos movimientos de los mercados de deuda soberana estuvieron los reportes de algunas de las agencias calificadoras. S&P es la mayor y la más influyente, seguida por Moody's y Fitch.

Golpe de Estado en el FMI

El interminable thriller geopolítico montado en torno del caso del destituido Director General del FMI, Dominique Strauss-Kahn, a partir del presunto intento de violación de una mucama del hotel Sofitel de Nueva York, continúa mostrando aristas dramáticas: ¿se trata solamente de un pervertido cebado en su impunidad?, ¿era ella “una prostituta”? ¿Hubo una conspiración?
Mientras los medios de comunicación hegemónicos mantienen la versión oficial sobre lo ocurrido en la suite del hotel cinco estrellas de Manhattan, un cúmulo de evidencias indica que el libidinoso Strauss-Khan cayó en una trampa.
Según informes de prensa, la mucama guineana, de 32 años de edad, empleada del hotel Sofitel, recibió la llamativa suma de 100.000 dólares que fueron depositados en su cuenta bancaria. The New York Times reconoce el pago, pero no analiza el origen de estos fondos. El Times sugiere que el dinero fue depositado en la cuenta de la mucama por su novio que está cumpliendo una condena por narcotráfico en una prisión de máxima seguridad.

Duro cruce entre Berlín y París por el rescate de la economía griega

Europa no tiene buenas opciones para sacar a Grecia del pozo de la deuda. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, adelantó ayer la opción de un canje. En una carta enviada a sus homólogos europeos, al Banco Central Europeo (BCE) y al FMI, aboga por una reestructuración a través de un canje de bonos, otro plan de rescate y más dureza en los planes de ajuste. Pero su propuesta chocó de frente contra Francia, la Unión Europea y las agencias de calificación.
París fue tajante en su negativa. La posición de Francia es “el rechazo a la reestructuración de la deuda griega. No nos desviamos” de esa línea, advirtió el portavoz del gobierno y ministro de Presupuesto francés, Francois Baroin. Una simple razón: La banca privada francesa es acreedora de 60 mil millones de euros de los 320 mil millones de euros de la deuda griega.

Sobre Estados Unidos

Que uno de los países más poderosos del mundo celebre como una fiesta nacional el asesinato de un terrorista y la masacre de su guardia personal es un abominable testimonio de la degradación de los principios éticos que fueron el fundamento de su nacimiento y desarrollo.
En su euforia, los estadounidenses olvidan que Osama bin Laden fue formado como terrorista por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para que combatiera de modo victorioso a los soviéticos que invadieron Afganistán (1978-1989).
Es verdad que con estos celebrados crímenes cierran la herida abierta por la brutal violación de su soberanía, al destruirse las Torres Gemelas. Pero ¿y qué decir de la soberanía de Pakistán, el fiel aliado, cuya soberanía fue violada por el operativo de exterminio?

¿En serio o en broma?
En una deplorable exhibición de espeso orgullo, propio de cowboy bravucón de películas de serie “B”, Barack Obama afirmó: “Cuando decimos que nunca olvidaremos, lo decimos en serio” (Eddie Murphy lo hubiese hecho mejor).
¿Debe interpretarse, entonces, que hablaba en broma cuando prometió al mundo que cerraría la inhumana prisión de Guantánamo al día siguiente de su juramento como presidente?
Sólo con incurable ingenuidad se podría aceptar que Bin Laden fue ultimado el 1º de mayo, exactamente ocho años después de que George W. Bush lanzara triunfalmente desde el portaaviones USS Abraham Lincoln el grito de “misión cumplida”.
La misión de buscar y destruir armas imaginarias no terminó, pese a lo cual los estadounidenses se retirarán del infierno iraquí a fines de este año, dejando una estela de, hasta ahora, 4.415 soldados muertos y 32 mil heridos, de los cuales miles regresan contaminados por las radiaciones de los explosivos de uranio empobrecido, que les dejarán crueles secuelas de discapacidades.
Por cierto, los civiles iraquíes desarmados muertos ascienden a 106 mil, una proporción razonable de 23 musulmanes muertos por cada occidental y cristiano armados.
Otra casualidad: el 1º de mayo de 1945 se anunció al mundo que Adolf Hitler se había suicidado el día antes... Los estadounidenses cuidan siempre hasta los menores detalles.
¿Cómo podría creerse que Bush y halcones asociados hablaban en serio cuando juraron ante el mundo que Irak poseía armas de destrucción masiva? ¿Hablaban en serio cuando Al Qaeda preparó en Afganistán los criminales atentados del 11-S, cuando es harto notorio que el adiestramiento de los terroristas se realizó en territorio de los Estados Unidos?
¿En 1964 hablaba en serio el general William Westmoreland cuando pidió, y obtuvo, un millón de soldados para poner de rodillas al Vietcong? El mismo pueblo que hoy festeja un crimen como sustituto de la justicia transmutó en ironía su lacerado orgullo cuando afirmó que “Westmoreland ganó tantas batallas que terminó perdiendo la Guerra de Vietnam”. Por hablar en serio.
¿Hablaba en serio el general David Petraeus cuando felicitó a sus soldados por lograr la pacificación de Irak? ¿O acaso olvidó que sus tropas no tuvieron nada que ver en la tregua entre chiítas y sunitas que detuvo la virtual guerra civil que desangraba al martirizado país: el clérigo chiíta Muqtada al Sader, principal referente iraquí de esa rama del islam, ordenó a sus cuadros de combate el alto el fuego, al tiempo que los sunitas rompían relaciones con Al Qaeda.
Al día siguiente de su arenga, el sueño de Petraeus fue turbado por el estallido de dos cargas explosivas. Aun en pleno sopor, Obama lo envió a pacificar Afganistán.
Tampoco en Latinoamérica. Por supuesto, la historia no se repite en forma mecánica, pero desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, cada vez que los Estados Unidos hablan en serio los hombres de buena voluntad del mundo entero se estremecen y esperan lo peor.
¿En 1954 hablaban en serio cuando acusaban al gobierno progresista de Jacobo Arbenz de estar conduciendo a Guatemala al comunismo porque exigía que el gigantesco imperio de la corporación estadounidense United Fruit pagara impuestos acordes con sus latifundios bananeros y sus gigantescas exportaciones a la Unión? ¿Hablaban en serio cuando denunciaban, como prueba del siniestro designio bolchevique de Arbenz, la compra de armas en Checoslovaquia, país gobernado por comunistas?
Hablemos en serio: esas armas fueron compradas realmente en Checoslovaquia y transportadas a Guatemala en un buque carguero sueco e introducidas con una falsificada declaración jurada de importación. ¿Necesitaba Arbenz, presidente del país, presentar en la aduana un falso manifiesto de carga? No. Simplemente porque Arbenz no había comprado una sola bala de ese cargamento.
Las armas fueron efectivamente compradas en Praga por... agentes de la CIA que fungieron como traficantes y las pagaron al contado. Y, lo que supera la imaginación literaria, el armamento había pertenecido a la Wehrmacht nazi, que lo entregó a los aliados cuando se rindió. Arbenz fue derrocado en junio de 1954.
La política exterior estadounidense parece inspirada en los delirantes escritos de Groucho Marx y de Woody Allen, de Ambrose Bierce y H. L. Mencken. El problema es que cuando los estadounidenses presumen de hablar en serio en política, sus ecos reales son destrucción y muerte, salvajes desconocimientos de las soberanías de los pueblos y de sus derechos humanos, de los que fueron precursores.
Lástima que su digno impulso humanitario comienza a desvanecerse en ominosa sincronía con su decadencia imperial.

Bin Laden, ese viejo socio

Mencionar simplemente el nombre Bin Laden ha supuesto en los últimos años, especialmente en Estados Unidos, algo similar a nombrar al Diablo. Se lo vivió como la verdadera encarnación universal del Mal. Era el primer “enemigo público número uno” del siglo XXI.
¿Pero siempre fue así, Bin Laden siempre representó eso en Estados Unidos?
Nada más lejos de la realidad. Cuando George W. Bush se vio obligado a felicitar a Barack Obama por matar a Osama Bin Laden, habrá recordado sin duda cuán ligada ha estado su familia con la del líder de Al-Qaeda.