La continuidad y el cambio
Ya comenzaron los escarceos acerca de las polarizaciones que se producirán en las elecciones de 2015. El tema que predomina en la discusión es el de la continuidad o el cambio: es lo primero que preguntan las prematuras encuestas. Pero nadie aclara qué significa cada término, ni en abstracto, ni menos aún cómo repercutirá en el modo de vida de cada uno. Por eso, para considerar con seriedad el tema, primero hay que definir cartesianamente qué significan el cambio o la continuidad en la Argentina de hoy.
El Triunfo de Michelle Bachelet
Más allá de las diferencias y tensiones que pudiera generar el triunfo más que previsible de Michelle Bachelet, lo cierto es que su candidatura y su futuro mandato concitan un amplio consenso dentro y fuera de Chile. Desde sectores empresariales nacionales e internacionales, hasta la izquierda tradicional, incluidos los comunistas, se ha respaldado un programa de gobierno que apunta a reformas de mediana intensidad en el ámbito educacional, tributario y constitucional.
Chile: esperando las elecciones
Las cifras del Centro de Estudios Públicos (CEP) son representativas del mayoritario sentir de la ciudadanía a favor de la recuperación del cobre, para terminar con los abusos a los consumidores, reducir las desigualdades regionales y de ingresos, y terminar con el lucro en la educación.
La reciente encuesta del CEP dice que Michelle Bachelet triunfará en las próximas elecciones presidenciales, y probablemente en la primera vuelta, el mismo 17 de noviembre. La encuesta también revela las demandas de la ciudadanía que desafiarán al nuevo gobierno. Más del 80% de las chilenas y chilenos desean que se nacionalice el cobre, que se reduzcan las brechas de ingresos y que los consumidores sean debidamente protegidos de los abusos. Por otra parte, arriba del 70% de la ciudadanía otorga prioridad a la gratuidad de la educación y a la descentralización del país. Son los desafíos del tiempo inmediato.
La derecha francesa en bancarrota
La derecha francesa ya no lee los diarios en papel. Cortó los abonos anuales y sólo los lee por Internet. La doble derrota presidencial y legislativa le dejó las cajas vacías y, como herencia del ex presidente Nicolas Sarkozy, una deuda considerable. La UMP (Unión por una Mayoría Popular) sufre de tres males: no tiene líder definido y salió herida de la guerra sin cuartel entre dos facciones (la del ex primer ministro François Fillon y la del actual presidente provisorio de la UMP, François Copé), se quedó sin plata y, encima, está al filo de la navaja por la posibilidad de que el Consejo Constitucional no valide las cuentas correspondientes a la campaña presidencial del año pasado, que concluyó con la victoria del socialista François Hollande. “Sentencia de muerte para el partido”, “fin de la derecha de gobierno”... las frases lúgubres se suceden ante la posibilidad de que la crisis financiera por la que atraviesa la UMP se agrave aún más.
La constitución escrita y la constitución real
Un debate constitucional excede largamente la discusión sobre la posibilidad de que se le permita a un presidente presentarse a elecciones.
Retomaré algunas de las categorías que utiliza Arturo Sampay, el jurista argentino que estuvo detrás de la reforma constitucional “peronista” de 1949, expuestas en un texto inconcluso publicado en 1978 en la revista Realidad Económica.
La rebelión ciudadana contra la austeridad
Los franceses se rebelan. Los griegos, también. Y ya era hora.
Ambos países celebraron anteayer elecciones que fueron en realidad referéndums sobre la actual estrategia económica europea. Y en ambos países los votantes la rechazaron. No está nada claro cuánto tiempo pasará antes de que los votos produzcan cambios concretos en la política, pero el tiempo se está acabando para la estrategia de recuperación por medio de la austeridad... y eso es bueno.
Fue divertido ver a los apóstoles de la ortodoxia tratando de describir al cauteloso François Hollande como una figura amenazante. Es "bastante peligroso", declaró The Economist.
Lo cierto es que la victoria de Hollande significa el final del "Merkozy", el eje franco-alemán que ha puesto en vigor el régimen de austeridad de los últimos dos años. El triunfo de Hollande sería un acontecimiento "peligroso" si esa estrategia estuviera funcionando. Pero no está funcionando ni tiene posibilidad de hacerlo, y es hora de pasar a otra cosa.
Al capitalismo no le sienta bien la democracia
El filósofo alemán Jürgen Habermas ha escrito en su último libro y repite en varias declaraciones públicas que en Europa se está desmantelando la democracia (Ver Georg Diez, A Philosopher's Mission to Save the EU). Un juicio muy fuerte del que se hacía eco compartiéndolo alguien nada sospechoso de radicalismo y que conoce bien el continente como el ex canciller alemán Helmut Schmidt (L'Allemagne dans et avec l'Europe, L'Economie politique n° 053 - janvier 2012).
No creo que se trate de palabras vacías sino de un proceso real, ya innegable aunque desearía que no llegue a ser imparable a corto y medio plazo.
Bastó con que el ex presidente Papandreu amagara con la convocatoria de un referéndum para que se le hiciese dimitir, o que Berlusconi sacara la cabeza frente a Bruselas para que igualmente saliera por la puerta chica de donde le habían puesto, para mayor o menor fortuna, los electores italianos.
Una oposición incapaz y vapuleada
Un empate técnico entre Eduardo Duhalde y Ricardo Alfonsín por un lejano segundo lugar mostraba anoche a una oposición vencida por el fuego amigo y por la vieja propensión social a votar con la economía como prioridad. La economía mueve las elecciones aquí y en cualquier país del mundo. El default de la oposición fue la noticia más relevante de las primeras elecciones primarias argentinas. No obstante, volvió a surgir una Argentina peronista. Entre Cristina Kirchner , Duhalde y Alberto Rodríguez Saá se llevaron casi el 70% de los votos, un porcentaje muy parecido al que el peronismo había juntado, también con fórmulas distintas, en el caótico 2003.
Sin embargo, sería arbitrario colocar a la Presidenta y a Duhalde en un mismo paquete político e ideológico, más allá del origen común en un mismo partido. De hecho, fueron Duhalde y Elisa Carrió los opositores más duros y confrontativos con el oficialismo durante la campaña electoral. Duhalde pudo ascender, al final de una noche larga y contradictoria, al chato podio de los opositores; Carrió no logró eso.
Un triunfo importante
Del aljibe al sillón
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