La rebelión ciudadana contra la austeridad

Los franceses se rebelan. Los griegos, también. Y ya era hora.

Ambos países celebraron anteayer elecciones que fueron en realidad referéndums sobre la actual estrategia económica europea. Y en ambos países los votantes la rechazaron. No está nada claro cuánto tiempo pasará antes de que los votos produzcan cambios concretos en la política, pero el tiempo se está acabando para la estrategia de recuperación por medio de la austeridad... y eso es bueno.

Fue divertido ver a los apóstoles de la ortodoxia tratando de describir al cauteloso François Hollande como una figura amenazante. Es "bastante peligroso", declaró The Economist.

Lo cierto es que la victoria de Hollande significa el final del "Merkozy", el eje franco-alemán que ha puesto en vigor el régimen de austeridad de los últimos dos años. El triunfo de Hollande sería un acontecimiento "peligroso" si esa estrategia estuviera funcionando. Pero no está funcionando ni tiene posibilidad de hacerlo, y es hora de pasar a otra cosa.

Al capitalismo no le sienta bien la democracia

El filósofo alemán Jürgen Habermas ha escrito en su último libro y repite en varias declaraciones públicas que en Europa se está desmantelando la democracia (Ver Georg Diez, A Philosopher's Mission to Save the EU). Un juicio muy fuerte del que se hacía eco compartiéndolo alguien nada sospechoso de radicalismo y que conoce bien el continente como el ex canciller alemán Helmut Schmidt (L'Allemagne dans et avec l'Europe, L'Economie politique n° 053 - janvier 2012).

No creo que se trate de palabras vacías sino de un proceso real, ya innegable aunque desearía que no llegue a ser imparable a corto y medio plazo.

Bastó con que el ex presidente Papandreu amagara con la convocatoria de un referéndum para que se le hiciese dimitir, o que Berlusconi sacara la cabeza frente a Bruselas para que igualmente saliera por la puerta chica de donde le habían puesto, para mayor o menor fortuna, los electores italianos.

Una oposición incapaz y vapuleada

Un empate técnico entre Eduardo Duhalde y Ricardo Alfonsín por un lejano segundo lugar mostraba anoche a una oposición vencida por el fuego amigo y por la vieja propensión social a votar con la economía como prioridad. La economía mueve las elecciones aquí y en cualquier país del mundo. El default de la oposición fue la noticia más relevante de las primeras elecciones primarias argentinas. No obstante, volvió a surgir una Argentina peronista. Entre Cristina Kirchner , Duhalde y Alberto Rodríguez Saá se llevaron casi el 70% de los votos, un porcentaje muy parecido al que el peronismo había juntado, también con fórmulas distintas, en el caótico 2003.

Sin embargo, sería arbitrario colocar a la Presidenta y a Duhalde en un mismo paquete político e ideológico, más allá del origen común en un mismo partido. De hecho, fueron Duhalde y Elisa Carrió los opositores más duros y confrontativos con el oficialismo durante la campaña electoral. Duhalde pudo ascender, al final de una noche larga y contradictoria, al chato podio de los opositores; Carrió no logró eso.