Crisis y colapso: desafío inédito

Una de las dificultades que afrontan los movimientos antisistémicos y quienes seguimos empeñados en construir un mundo nuevo consiste en que no logramos acertar en la definición de lo que está sucediendo ante nuestros ojos. A grandes rasgos, coexisten dos miradas no necesariamente contrapuestas, pero bien diferentes: quienes sostienen que estamos ante una crisis, mayor aún que las crisis cíclicas de la economía capitalistas, y los que tendemos a considerar que la humanidad está siendo llevada a una situación de colapso por el sistema.

Suiza, el anfitrión de la nueva guerra de divisas

La mañana del 15 de enero, el Banco Central Suizo anunció el retiro del piso del tipo de cambio frente al euro, fijado en 1.20 francos por divisa europea en el 2011, y decidió bajar la tasa de interés a los depósitos medio punto, de -0.25% hasta -0.75%, con el objetivo de mitigar el calentamiento de la economía, y con ello, desincentivar la entrada de capitales. Este repentino giro, se tomó como medida de prevención ante la acelerada depreciación de la moneda única frente el billete verde, lo que ocasionaba a su vez un debilitamiento en los últimos meses del franco suizo ante el dólar. Por otro lado, se estableció para proteger al país de una avalancha de dinero derivada de la incertidumbre por la relajación cuantitativa del Banco Central Europeo.

Crisis global

En febrero del 2014 escribí que se había ingresado en el décimo momento de la crisis. Que con el fin de las políticas monetarias expansivas los rendimientos de las tasas de interés iban a subir y con ello se iba a producir una reversión del triple arbitraje en curso.

Putin: un discurso histórico

Hay discursos que sintetizan una época. El que pronunciara Winston Churchill en el Westminster College, en Missouri, en marzo de 1946 es uno de ellos. Allí popularizó la expresión “cortina de hierro” para caracterizar a la política de la Unión Soviética en Europa y, según algunos historiadores, marcó con esa frase el inicio de la Guerra Fría. Antes, en abril de 1917, un breve discurso de Lenin al llegar de su exilio suizo a la Estación Finlandia de San Petersburgo anunciaba, ante la sorpresa de su entusiasta audiencia animada por los acordes de La Marsellesa, que la humanidad estaba pariendo una nueva etapa histórica, pronóstico que habría de confirmarse en Octubre con el triunfo de la Revolución Rusa.

El poder y lo urbano en un mundo desigual

Cerca de mil personas llegaron hasta el Teatro de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, donde se dictó la charla "El poder de lo urbano en un mundo desigual" por uno de los intelectuales más importantes de los últimos tiempos. Se trata de David Harvey, geógrafo social, quien se ha convertido en referente y lectura obligada de jóvenes y profesionales de las ciencias sociales con su visión renovada y crítica del neoliberalismo.

David Harvey, el intelectual “anticapitalista” que vino a remover las cabezas de los chilenos

Lo hizo el sábado en Valparaíso, en el Festival Puerto de Ideas, cuya fundación lo trajo a Chile. Y lo volvió hacer el lunes, en la Casa de la Ciudadanía Montecarmelo, invitado por la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, en el marco del Ciclo Universidad, Arte y Ciudadanía.

David Harvey reúne a estudiantes e intelectuales en masiva conferencia en Santiago

Cerca de mil personas llegaron hasta la explanada de la Casa de la Ciudadanía Montecarmelo para ver a uno de los intelectuales más importantes de los últimos tiempos. Se trata de David Harvey, geógrafo social, quien se ha convertido en referente y lectura obligada de jóvenes y profesionales de las ciencias sociales con su visión renovada y crítica del neoliberalismo.

El modelo Putin: de la normalización política a la crisis de Ucrania

Se suele considerar a Rusia como un país que ha sufrido la crisis económica mundial menos que otros. En verdad, en 2008 el país sobrevivió a una violenta depresión, en la cual la caída de la producción resultó más significativa que en la mayoría de las economías desarrolladas. Sin embargo, ya al año siguiente comenzó un periodo de crecimiento, aunque bastante limitado. A esta recomposición contribuyeron las moderadas medidas keynesianas, destinadas a estimular la demanda. Estas medidas, además, fueron dictadas o solo por la tendencia del gobierno a alejarse de la habitual ortodoxia neoliberal, sino por el temor a la insatisfacción de la población que se reveló a fines de 2011.

Lejos de Nueva York

Si no media deshonestidad, hasta los opositores más férreos reconocen que el estrafalario fallo de la justicia estadounidense intentó extorsionar al país en favor de los fondos buitre. Frente al apriete imperial, el gobierno ejerció soberanía y defendió el patrimonio público. En juego no estaba solamente el valor del pago de un fallo abiertamente injusto, sino la totalidad de la reestructuración de la deuda. La oposición se mostró errática y con reacciones lentas. Su única propuesta concreta fue subordinarse al juzgado neoyorquino y pagar sin chistar. Las mejores banderas y la legitimidad quedaron del lado del gobierno, que supo capitalizarlas y recrear su mística. La disputa frente al enemigo externo logró que las dificultades económicas, profundizadas por la devaluación de enero, pasen a segundo plano, y sumó un prodigio: que la imagen presidencial crezca en el marco de una economía que se frena.

El desarrollo ayer y hoy: idea y utopía

La crisis de la globalización ha actualizado la reivindicación por el desarrollo como un complejo proceso que involucra cambios sociales e institucionales, así como formas diversas de aprendizaje democrático. Puesta en los márgenes de la discusión académica y política internacional, la economía política del desarrollo puede volver por sus fueros en la medida que la academia y los propios comandos políticos de la economía se vean impelidos a reflexionar sobre el largo plazo. La economía política del desarrollo debe hermanarse con la política para reconfigurar el significado del interés general, alineándolos tras objetivos de libertad, justicia y democracia. Tales pueden ser las coordenadas cuyo fin consista en hacer de la globalización, que es apertura e interdependencia, un vector activo en el cultivo de la densidad nacional como elemento indispensable para pensar críticamente la realidad y, como lo enseñó y practicó Prebisch, darle a la historia un curso creador de futuro.