Avances de la década (y problemas del quinquenio)

Jorge Gaggero
Los desarrollos macroeconómicos impulsados durante 2002-2003, ratificados y profundizados luego por las tres administraciones elegidas por el voto ciudadano después del derrumbe de 2001 han sido -más allá de los errores- muy eficaces para asegurar una recuperación económica sostenida; una notable mejora del nivel, la calidad y la retribución del empleo; una gran disminución de los niveles de pobreza e indigencia; y, además, una mejora significativa en la distribución de los ingresos. En sólo tres años, se alcanzaron los niveles de actividad económica previos a la debacle y hacia el Bicentenario (2010) Argentina pudo mostrar una situación laboral más parecida a la predominante un cuarto de siglo atrás que a la heredada de la caída del 2001.

Sin embargo, completado el período de recuperación, el ritmo de crecimiento -que ha sido de tipo “asiático”, en promedio, durante 2003-2011- y la creación de empleos pasan a depender, en buena medida, del dinamismo y el perfil de la inversión. En el mejor de los escenarios parece muy difícil que se puedan mantener las tasas de crecimiento así como los progresos del empleo alcanzados en el pasado inmediato.

Artículo publicado en La Capital de Rosario

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