Las inversiones directas de China en América latina y el Caribe

Desde 2008 China se ha convertido en una de las principales fuentes de inversión directa en el mundo. EnAmérica Latina estos flujos comenzaron a ser significativos en 2010, año en que alcanzaron un monto estimado superior a los 15.000 millones de dólares. La irrupción de las empresas chinas en la región estan reciente que a inicios de 2011 muchos de sus principales proyectos todavía no se habían concretado, o habían comenzado a operar muy recientemente. La mayoría de las inversiones realizadas se han centrado en la extracción de recursos naturales, aunque a mediano plazo se espera que se produzca una diversificación hacia otros sectores, como el de las manufacturas o la construcción de infraestructura.

Los formuladores de políticas y los analistas de la inversión directa de China en el exterior se enfrentan permanentemente a la paradoja de la carencia de información sobre una dinámica que todos consideran de suma importancia. Así, las consideraciones sobre las oportunidades y desafíos que implicaría el aumento de esa corriente inversora tienden a formularse basándose en apreciaciones sin mayor fundamento empírico.

En el presente capítulo se trata de avanzar en la resolución de este problema, al menos para las inversiones dirigidas a América Latina y el Caribe. Para ello se ha recurrido a diversos tipos de fuentes de información, como entrevistas a ejecutivos de empresas chinas y autoridades gubernamentales latinoamericanas, y análisis de anuncios de inversiones en diferentes medios de difusión. Pese a sus conocidas limitaciones en materia de calidad y confiabilidad de datos, este camino permite superar la situación actual de análisis sin datos.

Un congreso por la integración

En el Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), que se realizó en Montevideo, las delegaciones se pronunciaron en solidaridad con el movimiento estudiantil chileno y respaldaron a Unasur, Mercosur y ALBA, donde quieren intervenir.

Más de cinco mil universitarios de la región participaron del Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), realizado en Montevideo, Uruguay. Dos declaraciones centrales acordaron: la defensa del movimiento estudiantil chileno, en solidaridad con su búsqueda de educación pública y gratuita, y el respaldo a la Unasur, el Mercosur y el ALBA, como formas de integración regional de las que los estudiantes no quieren quedar afuera. Los miles de alumnos convocados debatieron acerca del rol del movimiento estudiantil, la función de la extensión, la investigación, las medidas económicas regionales, la defensa del agua y los recursos naturales, los medios de comunicación, la criminalización de los estudiantes, los proyectos de despenalización del consumo de marihuana, la problemática de género y la despenalización del aborto, entre otros temas.

Realizado por primera vez en el Cono Sur, el CLAE es el mayor encuentro de estudiantes latinoamericanos. Lo convocó la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (Oclae), que nuclea a gran parte de las federaciones estudiantiles de la región y que acaba de cumplir 45 años. El presidente de Uruguay, Pepe Mujica, estuvo presente en la inauguración del encuentro, el miércoles 10. “El gobierno uruguayo acompañó la actividad en todo momento, desde lo programático hasta las resoluciones políticas”, contó el presidente de la FUA, Federico Miranda (Franja Morada).

Para Miranda, el congreso estuvo signado, en primer lugar, por la “convulsión de los integrantes chilenos”, de modo que en gran medida la consigna giró en torno de la educación pública gratuita en América latina. “La Oclae es una herramienta para las organizaciones universitarias –dijo Miranda–, allí se discute la necesidad de construir un movimiento estudiantil, pero alejado de visiones despóticas”, señaló después.

La declaración final del congreso, entre otras cosas, destacó que “la educación pública es un derecho humano fundamental y, por lo tanto, un deber incondicional del Estado en financiarlo y reglamentarlo”. Otro párrafo apuntó: “Es indispensable que los procesos de integración como la Unasur, Mercosur, Celac y ALBA fortalezcan todos los aspectos que hacen a la unidad de nuestros pueblos como la educación, la salud y la cultura, para reforzar, así, una identidad latinoamericana”. Además, se ratificó la conducción argentina de la Secretaría de Extensión de la Oclae.

“Lo que se vio fueron los distintos momentos políticos que atraviesan nuestros países –dijo a Página/12 la secretaria de Relaciones Internacionales y Asuntos Latinomericanos de la FUA, Verónica Sforzin (Miles)–. Chile fue muy claro, si bien sus delegaciones eran diversas, todas compartían el plan de lucha en contra de las políticas privatizadoras. Y saben que para lograrlo es necesaria la unidad.

Están viviendo un proceso de politización, con mucha información. En Bolivia, en cambio, noté posiciones encontradas. En Paraguay se ponen afuera de los conflictos y así dejan afuera la participación política. En los países de América Central la problemática pasa por su dependencia con Estados Unidos. Mientras que en Argentina, Venezuela y Brasil estamos en otro momento. Nuestro objetivo era dejar nuestro diagnóstico: el aumento del PBI, la creación de universidades, el Plan Raíces y la vuelta de los científicos, el nuevo Ministerio de Ciencia”, enumeró Sforzin. Y agregó: “Lo que pudo entenderse, finalmente, es que hay que aprender a avanzar con propuestas. En este sentido, la Unasur es la herramienta a fortalecer”.

“Más allá de las resoluciones del encuentro, que luego pierden continuidad, el congreso fue rico como punto de contacto entre las distintas federaciones estudiantiles, por el intercambio de visiones que se dieron”, consideró la vicepresidenta de la FUBA, Agustina Eroles (Movimiento Sur): “La cuestión del financiamiento universitario fue central, por el tema de Chile, pero también por la situación de otros países, en nuestro caso con la ley (de Educación Superior) menemista”.

El secretario de Integración Latinoamericana de la FUBA, Juan Manuel Karg (La Mella), también estuvo allí: “Además del tema central de Chile, el congreso dejó una perspectiva de debate abierto sobre qué proceso de integración debe tener América latina. Las delegaciones venezolana y cubana le dieron un fuerte apoyo al ALBA, y también hubo pronunciamientos a favor del Mercosur. Nos parece saludable que el movimiento estudiantil intervenga, debata y piense a América latina. En muchas oportunidades se nos quiso enseñar a partir de visiones extranjeras, hoy la situación es distinta y la idea es avanzar en políticas de integración regional”.

Después del neoliberalismo: Estado y procesos políticos en América Latina.

La aparición de un libro de Carlos Vilas constituye siempre un acontecimiento para celebrar. Cuando lo leemos comprobamos una vez más que defiende el interés nacional y las conquistas populares, y que lo hace con seriedad, rigor técnico y muy buena prosa.

Jean Touchard, legendario director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Paris, solía recordar en su cátedra, que a escala internacional existían dos grandes escuelas de ciencias políticas: la norteamericana y la francesa. El rasgo distintivo de cada una -sostenía- era que la norteamericana estudiaba a fondo, exhaustivamente y con gran rigor en el método, problemas irrelevantes, que importaban a muy pocos. En cambio, la escuela francesa estudiaba con superficialidad temas fundamentales.

Crece y cambia la clase media en América Latina: una puesta al día

En este trabajo se utiliza una definición bidimensional de clase media, en que se combinan la ocupación del principal proveedor de ingreso del hogar (manual, no manual) y el ingreso familiar como una variable sustitutiva del consumo. Esto permite explorar los cambios “objetivos” de la clase media en América Latina entre 1990 y 2007. Se analizan los cambios “subjetivos” en valores, aspiraciones e identidad de clase, entre otros. Resalta el crecimiento tanto relativo como absoluto de los sectores medios, así como el incremento generalizado de la educación, opacado por la devaluación de su importancia relativa para generar ingreso, y la menor relevancia de la diferencia entre ocupaciones manuales y no manuales de nivel bajo como determinante del ingreso. La heterogeneidad de los estratos medios se evidencia tanto en cortes verticales como horizontales, relacionados con diferentes tipos de riesgos y niveles de bienestar característicos de los hogares de cada segmento.

Las nuevas configuraciones de los Movimientos Populares en América Latina

Elaborado por el Observatorio Social de América Latina - OSAL CLACSO - Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales

Los años ‘90 abrieron paso a una renovada mundialización capitalista en su forma neoliberal cuyo impacto en América Latina ha sido por demás notorio y profundo. Prolongando un proceso iniciado en las décadas anteriores, auspiciado ahora por el llamado “Consenso de Washington”, la adopción de las políticas neoliberales hubo de generalizarse en toda la región para asumir una nueva radicalidad. Los gobiernos de Carlos Menem (Argentina), Alberto Fujimori (Perú), Salinas de Gortari (México), Collor de Melo y luego Fernando H. Cardoso (Brasil) resultaron algunas de sus más conocidas encarnaciones presidenciales. Las profundas y regresivas consecuencias en términos sociales y democráticos que la aplicación de estas políticas supuso (de las cuales la pauperización de masas es una de sus expresiones más trágicas) fueron el resultado de las agudas transformaciones estructurales que modificaron la geografía societal de los capitalismos latinoamericanos en el marco del nuevo orden que parecía imponer la llamada “globalización neoliberal”