No abandonar a los pueblos árabes

La inesperada rebelión en el mundo árabe tomó a todos por sorpresa. Las satrapías del Magreb y Medio Oriente quedaron tan pasmadas como sus amos imperiales por la eclosión que se originó en un incidente relativamente marginal, más allá de lo terrible y doloroso que fue en el plano individual: la autoinmolación de Muhammad Al Bouazizi, un graduado universitario tunecino de 26 años que no encontraba trabajo y que se entregó a las llamas porque la policía le impedía vender frutas y verduras en la calle. El terrible sacrificio de su protesta fue la chispa que incendió la reseca pradera de una región conocida por la opulencia de sus oligarquías gobernantes y la secular miseria de las masas. O, para decirlo con las palabras siempre bellas de Eduardo Galeano, lo que encendió “la hermosa llamarada de libertad” que prendió fuego al mundo árabe y que tiene al imperialismo sobre ascuas.

Por una nueva democracia en Medio Oriente

Hemos asistido, durante el último mes, a una rebelión popular y masiva que se extendió y sigue extendiéndose a lo largo y a lo ancho de todo el mundo árabe, en un fenómeno sin precedentes en Medio Oriente y en el Magreb. Ni siquiera remontándose al período de descolonización de posguerra es posible observar algo comparable con la velocidad y dinamismo de estos acontecimientos: en el transcurso de poco más de cuatro semanas, dos regímenes con varias décadas en el poder (el de Mubarak en Egipto y el de Ben Alí en Túnez) han caído, y los gobiernos de Yemen, Algeria, Jordania e incluso Irán enfrentan movilizaciones populares nunca vistas. Creemos, por esto, que es necesario un esfuerzo de análisis que nos permita tratar de entender lo que está sucediendo para poder, incluso en el marco de un escenario volátil y diverso como el actual, aportar una mirada política desde América latina.

Después de Mubarak, ¿qué?

La inmensa multitud de la plaza Tahrir festeja el triunfo del pueblo egipcio, mientras el ejército se hace cargo de la situación y pide a la gente que regrese a sus casas. La caída de Mubarak es un gran acontecimiento, como lo fue antes la de Alí en Tunez. Se abren tiempos de ira y de revuelta en el mundo árabe. Los regímenes corruptos y dictatoriales tiemblan. También están en movimiento frenético los gobiernos de Estados Unidos, de la Unión Europea, de Israel y de las oligarquías petroleras. Tiempos de agitación e incertidumbre, las cosas no van a ser como antes, pero son las mismas fuerzas progresistas y socialistas árabes las que advierten que no hay que bajar la guardia, para evitar que las cosas cambien sin que nada cambie, ejercicio de gattopardismo en el que las clases dominantes tienen experiencia y maestría.

Por">http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=3317]Por una nueva democracia en Medio Oriente - Carlos Heller

“¡Mentira! ¡Mentira! ¡No tiene perdón!”

Es un verso del tango “Mentira” que Celedonio Flores y Francisco Pracánico compusieron en 1932. Carlos Gardel lo cantaba sin falsa emoción y sin el teatro que propinan hoy algunos tangueros. Se trata, claro, de un hombre que apostrofa a la mujer que lo engañaba y no por eso se privaba de llorar de amor en sus brazos. La frase es desde entonces, y aun antes, aplicable a numerosos políticos y gobiernos del mundo. Por ejemplo, al gobierno israelí y a su primer ministro, Ehud Olmert.

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Crítica de la separación: apuntes acerca de lo Otro y los otros en el conflicto palestino-israelí

“En las sociedades premodernas, la víctima sacrificial suele ser una criatura horrenda y mutilada. Ejerce de chivo expiatorio sobre el que la comunidad puede proyectar su propia violencia y criminalidad y al hacerlo puede por tanto renegar de ellas. El chivo expiatorio es llevado más allá de los límites de la ciudad para sufrir una muerte ignominiosa al otro lado de sus murallas. Mediante este mecanismo ritual, la población se purifica de la corrupción y la culpa. El sacrificio es necesario cuando la comunidad enferma; pero la comunidad siempre está enferma.” Terry Eagleton: Terror santo[1]

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Debate entre los embajadores de Israel y Palestina en la Argentina

Los pedidos de silencio y las interrupciones se repitieron en más de una oportunidad. Desde ambos lados sobraron frases cargadas de ironía y acusaciones. Las posiciones disímiles por el drama que azota a la Franja de Gaza entre Israel y el pueblo palestino se plasmaron en las enérgicas exposiciones del embajador israelí, Daniel Gazit, y el embajador palestino, Farid Suwwan.

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Gaza: paisaje después de la batalla

La operación Plomo Fundido, lanzada por Israel contra la franja de Gaza, pretendía restaurar el poder de disuasión israelí, debilitar a Hamás y acentuar la división territorial y política palestina. Sin embargo, no es previsible que modifique la repartición de fuerzas sobre el terreno, ni tampoco que acelere un traspaso de la autoridad de Hamás a Fatah, dado que la popularidad del movimiento islamista ha aumentado mientras que la formación nacionalista parece haber retrocedido posiciones.

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