Ucrania, otra gran manipulación

Mientras siguen apareciendo revelaciones sobre los crímenes que los “banderistas” ‎ucranianos cometieron durante los 8 últimos años, Occidente se empeña en ver sólo el ‎sufrimiento de los civiles durante la intervención rusa. La opinión pública ‎occidental se mantiene en la más completa ignorancia sobre las causas profundas de la guerra ‎y los hechos que llevaron al Kremlin a tomar la decisión de intervenir. En todo caso, ‎los “banderistas” están perdiendo la guerra y las potencias preparan el final de ‎este conflicto. ‎

La mano que mece la cuna

El lunes 7 de marzo las fuerzas militares rusas localizaron una red de seis laboratorios en la zona del Donbas. Las instalaciones halladas, algunas parcialmente desmanteladas, corresponden a laboratorios de investigación militar gestionados por investigadores estadounidenses y ucranianos en forma conjunta. Los documentos encontrados en los laboratorios se vinculan con la contratista Southern Research Institute, adscripta a la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa (DTRA), una dependencia del Pentágono.

Estados Unidos y Venezuela: un diálogo con olor a petróleo

La portavoz de la Casa Blanca Jen Psaki, confirmó en rueda de prensa la reunión sostenida el sábado 5 de marzo por una delegación estadounidense de alto nivel con el Presidente y funcionarios del gobierno venezolano. Nicolás Maduro, acaba también de confirmarla. No se conoce detalladamente lo conversado, pero ha trascendido que el tema del petróleo y las sanciones estuvieron sobre la mesa.

Los tres febreros: crónica de un cerco

“Expandir la OTAN sería el error más fatídico de la política estadounidense en toda la era posterior a la Guerra Fría. Se puede esperar que tal decisión estimule las tendencias nacionalistas, antioccidentales y militaristas en la opinión rusa; tener un efecto adverso en el desarrollo de la democracia rusa; restaurar la atmósfera de la Guerra Fría en las relaciones Este-Oeste e impulsar la política exterior rusa en direcciones que decididamente no son de nuestro agrado.” El que escribe esta advertencia es George Kennan, en un artículo publicado por el New York Times en febrero de 1997.