El enfoque estratégico-relacional: implicancias para el estudio del estado, las instituciones y el desarrollo en América Latina

El siguiente artículo presenta y analiza el “enfoque estratégico-relacional” de Bob Jessop, subrayando sus notables contribuciones intelectuales, principalmente desde la teoría del Estado, a la comprensión de las sociedades capitalistas avanzadas. Estos aportes a la teoría social son de gran valor para captar de mejor forma y más profundamente distintos fenómenos y procesos económicos, políticos y socioculturales. Sin embargo, el marco teórico de Jessop requiere de una elaboración crítica, que lo haga dialogar con otras corrientes dentro de las ciencias sociales, de tal forma de hacerlo pertinente para el estudio del desarrollo.

Declaración Final del VI CONGRESO de la CLOC LVC

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
Eduardo Galeano

Reflexiones sobre el No al ALCA y la cumbre de Mar del Plata

Hacia finales del siglo XX y principios del siglo XXI se produce una serie de fenómenos que contextualizan, en el escenario global, el rumbo adoptado por los estados de América latina con relación con la propuesta del ALCA. Entre éstos se destacan la reacción organizada frente a la reunión ministerial de la Organización Mundial de Comercio en Seattle de 1999, preparatoria de la Ronda Doha de 2001: 50.000 personas manifestándose –sorpresivamente para los medios internacionales y el establishment– en contra del proceso de liberalización comercial, neoliberal, impulsado por la OMC.

Cumbre de las Américas: panamericanismo y neoliberalismo

Con la CELAC en marcha, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América consolidada y la UNASUR como realidad política tangible, ¿para qué sirve la Cumbres de las Américas, sino para prolongar la puesta en escena del imperialismo y dar riendas a quienes quieren volver a los oscuros tiempos del sojuzgamiento de nuestros pueblos bajo el peso de “los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima”?

Neoestructuralismo y corrientes heterodoxas en América Latina y el Caribe a inicios del Siglo XXI

Dando continuidad a los documentos de trabajo "La hora de la desigualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir", "Cambio estructural para la igualdad: una visión integrada del desarrollo" y "Pactos para la igualdad: hacia un futuro sostenible", la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) recién público otra contribución al mundo de las ideas titulada "Neoestructuralismo y corrientes heterodoxas en América Latina y el Caribe a inicios del siglo XXI". Enriquecida por la diversidad de enfoques teóricos críticos (desde evolucionistas, institucionalistas, regulacionistas y marxistas hasta radicales y postkeynesianos), aunque centrada en el (neo)estructuralismo, la investigación subordina su agenda teórica y de trabajo al desarrollo y crecimiento económico inclusivo, mejoramiento de la inserción comercial externa de los países, incremento de empleo productivo, disminución de la heterogeneidad estructural, mejora en la distribución del ingreso y, no menos importante, la estabilidad financiera sustentada en el sector real con ayuda estatal.

La Cumbre de las Americas anuncia una crisis de sistema

La política exterior de un país es el reflejo de su política interna. En el caso de la VII Cumbre de las Américas, que se efectuará en la ciudad de Panamá, en apenas dos semanas, existe una tradición que se remonta dos siglos en que los países del hemisferio buscan crear un sistema político – sin mucho éxito - mediante acuerdos y alianzas internacionales. El Congreso Anfictiónico convocado por Bolívar en 1826 – precisamente en la capital panameña - tuvo como objetivo sellar la independencia de las nuevas repúblicas y bloquear el retorno de las potencias europeas.

La Cumbre de 2015 plantea la intención de los gobiernos latinoamericanos de consolidar un sistema que respete su soberanía y la autodeterminación de sus pueblos. La decisión de Cuba de participar en la Cumbre organizada por la Organización de Estados Americanos (OEA) le dio un impulso especial al encuentro. Todo indicaba que las relaciones entre la isla caribeña y EEUU entraban en una nueva fase. Por primera vez en 55 años los presidentes de los dos países se sentarían juntos en una mesa.

Chávez, el gran hacedor

Contundente a la hora de tomar decisiones, sobre todo aquéllas que tenían que ver con los intereses de su querida Venezuela. Apasionado y entusiasta en la defensa de los más humildes, a los que dedicó todos y cada uno de los días de su mandato. Procurador de la unidad para golpear todos juntos al Imperio, algo que demostró no sólo en la política interna sino en la doctrina que sentó a nivel de Latinoamérica y el mundo. Cerebral y con los pies en la tierra cuando se trataba de abrir las puertas al debate -incluso con sus enemigos más feroces- y a la hora de formular ideas que permitieran acercar posiciones que estaban en las antípodas. Se trata de Hugo Chávez, a quien en este segundo aniversario de su paso a la eternidad tanto extrañamos.

Una respuesta de toda la región

La Unasur solicitó al gobierno de Estados Unidos la derogación del decreto ejecutivo firmado el lunes pasado por su presidente, Barack Obama, que declara a Venezuela como una “amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y la política exterior estadounidense”. También instó a la Casa Blanca a establecer un diálogo con Caracas respetando “el principio de soberanía de los pueblos”. Así lo decidieron los cancilleres de los doce países del bloque sudamericano, que se dieron cita en Quito en una reunión extraordinaria coordinada de emergencia para tratar esta cuestión. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó la respuesta de la Unasur.