Paradigma clásico y estructura productiva desequilibrada

El autor muestra como opero el paradigma clásico -modulo de pensamiento que nacio en lnglaterra en el siglo pasado— en el transcurso de la industrlalización argentina. El paradigma, primero, se opone al proceso; cuando la industrializacion a pesar de todo se realiza, aparecen precios industriales mas altos que los internacionales cuyo origen estructural oculta, como tambien impide entender la restriccion externa que constituye una de las propiedades de la nueva estructura productiva. En las etapas siguientes, impulsa soluciones inflacionarias de esta restricción, impidiendo a la vez entender la naturaleza de la inflación resultante y empuja a métodos estabilizadores no adecuados; deforma el papel del déficit fiscal; oscurece la percepcion de la naturaleza y los efectos reales de la deuda externa y bloquea las medidas necesarias para contrarestarla.

Precio de los alimentos

Estamos en un período de importantes aumentos en el precio de los alimentos que golpea con fuerza sobre los países en desarrollo que han recibido el impacto durante varios años de la inflación y el desempleo. En diciembre de 2010, el Indice de Precios de los Alimentos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) superó el máximo histórico de junio de 2008, que era considerado como un extremo en la crisis mundial de alimentos. Desde entonces, los precios se mantuvieron en torno de este elevado nivel. En el período reciente, los mayores aumentos han sido en los precios del azúcar y los aceites comestibles (soja o palma). Incluso los precios de los alimentos básicos han mostrado un fuerte incremento, destacándose los precios del trigo y el arroz.

Por el camino correcto

Mario Rapoport, economista e historiador, explica que el libro de Alfredo Zaiat se ocupa de los temas económicos que preocupan hoy a los argentinos: la fuga de capitales y el rol del dólar en nuestra economía y en el mundo, los procesos inflacionarios, la cuestión de las estadísticas, la problemática que origina y multiplica la deuda externa, la importancia del desendeudamiento, el predominio de las finanzas sobre las actividades productivas, el papel del Estado y la existencia o inexistencia de una burguesía nacional. Dice que el título del libro es una paradoja puesto que las ideas que van en dirección contraria son las ideologías predominantes en el mundo de la economía. “En verdad, los que van a contramano son los otros, Zaiat está bien encaminado”, afirma Rapoport.

Comportamientos sociales en escenarios inflacionarios

Bolivia saltó a la fama internacional en el periodo 1982-1985, no por haber sido escenario de un nuevo golpe de estado, sino por cifras inflacionarias que oscilaron entre 8.000 y 22.000 por ciento anual.

El discurso de la nueva derecha, a través de los medios masivos de comunicación, penetró hondamente en la conciencia de muchos segmentos de la sociedad, sobredimensionando la memoria de la hiperinflación, en un marco democrático curiosamente adecuado a las necesidades de autoritarismo económico que no privilegia las necesidades de la mayoría.

La naturaleza de la inflación contemporanea

El fracaso de las tentativas destinadas a combatir la inflación, el carácter insatisfactorio de las teorías que se proponen explicar el proceso inflacionario y el reciente debate brasileño sobre las causas actuales de la inflación - que sumados desembocaron en propuestas de desindexación, congelamiento de precios y salarios, reforma monetaria - sugieren una reflexión sobre la naturaleza de los desequilibrios inflacionarios contemporáneos.

Hipótesis y teorias sobre la inflación

La inflación es "noticia" para técnicos y legos, ministros y jubilados, universitarios y amas de casa ¿A quién alcanza responsabilidad por sus causas y efectos? Para intentar una clarificación del tema, el licenciado Juan C. Amigo -director del IADE- exhibe una selección de textos sobre el tema que reúne opiniones a veces controvertidas de ortodoxos, monetaristas, estructuralistas y de quienes auspician un desarrollo socio-económico autónomo para remover las reíces del problema.

Astillas del mismo palo

Mercedes Marcó del Pont es la presidenta del Banco Central y Arturo O’Connell uno de sus directores. Aldo Ferrer es el embajador en Francia y Eduardo Basualdo uno de los directores por el Estado en YPF. Alejandro Vanoli es el titular de la Comisión Nacional de Valores y José Sbattella el titular de la Unidad de Investigación Financiera. Todos esos funcionarios públicos son miembros desde hace años del Plan Fénix, un conjunto de economista nucleados por la Facultad de Ciencias Económicas en donde también figuran varios académicos de prestigio que, sin ser funcionarios ni oficialistas, apoyan muchos de los grandes lineamientos de la política económica del kirchnerismo, como por ejemplo Abraham Gak, Jorge Gaggero, Alberto Muller, Héctor Valle, Salvador Treber y Ricardo Aronskind.

La cuestión inflacionaria en Argentina

La crisis desatada a fines de 2001 representó el fin del ciclo de la Convertibilidad. Un período que representó un enorme retroceso, tanto en las condiciones de vida de gran parte de la población argentina como en el desarrollo productivo. La drástica caída verificada en el empleo industrial y la persistencia –durante casi una década– de una tasa de desempleo abierto de dos dígitos fueron dos de sus heridas más dolorosas. Parte del costo de un esquema económico que tuvo como eje el control de la inflación y la irrestricta liberación de los mercados, mientras se proclamaba que “sobraba un tercio de argentinos”.

Precios internacionales, alimentos e inflación

Desde hace algunos años, el incremento en los niveles de precios de diversos bienes y servicios comienza a ser visualizado como un problema económico que despierta cierta preocupación social. Frente a este panorama, diversos especialistas argumentan que la inflación es desatada por un incremento desmedido de la demanda agregada generado por la política fiscal, monetaria, de seguridad social y salarial del gobierno.

El presente informe muestra que el incremento de los precios, impulsado por la inflación de precios de los Alimentos y Bebidas, se origina en el auge exportador de materias primas que vive el sector agrícola a partir del fuerte incremento de los precios internacionales de los principales productos de exportación. De esta manera, la contención del gasto, la emisión monetaria, la cobertura de la seguridad social y del alza de los salarios no atacaría el corazón del proceso inflacionario, y sólo serviría para generar una parálisis de la actividad económica ligada al mercado interno y una fenomenal concentración de los ingresos en una minoría social ligada al negocio agro-exportador.