Los mercados atacan Lisboa

La agencia de calificación Moody’s vaticinó que Portugal necesitará pronto un segundo rescate financiero. Paralelamente, la Bolsa de Valores cayó en picada esta semana y ensombreció más el panorama.

Las agencias de calificación de riesgo estadounidenses parecieran decididas a desestabilizar el euro sea como sea. Si diez días atrás era contra Grecia contra quien volvían a centrar sus ataques, igualando al valor de los bonos de su deuda externa con los “bonos basura”, estos últimos días los golpes fueron lanzados contra Portugal, equiparando sorpresivamente también el nivel de su solvencia para pagar la deuda externa con los “bonos basura”.

“Es como un puñetazo en el estómago”, dijo el flamante primer ministro portugués, el conservador Pedro Passos Coelho, sorprendido por la actitud asumida por una agencia de gran referencia para ‘los mercados’.

Golpe de Estado en el FMI

El interminable thriller geopolítico montado en torno del caso del destituido Director General del FMI, Dominique Strauss-Kahn, a partir del presunto intento de violación de una mucama del hotel Sofitel de Nueva York, continúa mostrando aristas dramáticas: ¿se trata solamente de un pervertido cebado en su impunidad?, ¿era ella “una prostituta”? ¿Hubo una conspiración?
Mientras los medios de comunicación hegemónicos mantienen la versión oficial sobre lo ocurrido en la suite del hotel cinco estrellas de Manhattan, un cúmulo de evidencias indica que el libidinoso Strauss-Khan cayó en una trampa.
Según informes de prensa, la mucama guineana, de 32 años de edad, empleada del hotel Sofitel, recibió la llamativa suma de 100.000 dólares que fueron depositados en su cuenta bancaria. The New York Times reconoce el pago, pero no analiza el origen de estos fondos. El Times sugiere que el dinero fue depositado en la cuenta de la mucama por su novio que está cumpliendo una condena por narcotráfico en una prisión de máxima seguridad.

Corrigiendo a Bretton Woods

En 1944, la conferencia de Bretton Woods donde nacieron el FMI y nuestro sistema monetario internacional basado en el dólar. estuvo signada por un enfrentamiento entre EE.UU. y el Reino Unido, representados por los economistas Harry Dexter White y John Keynes, respectivamente. El Reino Unido quería un sistema en el que la liquidez mundial fuese regulada por una institución multilateral, mientras que EE.UU., por intereses propios, prefería un sistema basado en el dólar.

Debido a su poder financiero y económico, EE.UU. ganó la pulseada. Keynes no logró imponer su idea de conferirle al FMI la facultad de crear una nueva unidad internacional de reservas como alternativa al dólar. Y tampoco pudo cerrar un acuerdo sobre medidas que obligasen tanto a países deficitarios como superavitarios, y tanto al emisor de la moneda internacional como a sus usuarios, a hacer ajustes.