Feliz navidad

“Para octubre nos quedamos sin nafta”, había dicho Gustavo Idígoras, titular de la cámara que nuclea a las grandes de la exportación agropecuaria, ni bien concluido el primer dólar soja. Una verdad a medias. Durante septiembre, las cerealeas liquidaron casi 350 millones de dólares diarios, a partir de la devaluación quirúrgica que habían conseguido. Los dos meses siguientes pasaron a liquidar, en el promedio diario, 50 millones. La nafta a la que hacía alusión el lobista, en realidad, había quedado bien guardada en los silobolsas. Con el dólar soja a 200 pesos, el sector movilizó 13 millones de toneladas, que en su mayoría (por no decir gran mayoría) permanecía guardada en los campos y acopios de los grandes jugadores. El sector sojero no escapa a las generales del capital hiperconcentrado de la economía local.

Los que ganan con la devaluación

Cargill, Tenaris, Molinos, Aluar, Cofco, Vicentín, Pan American Energy, Accenture, Aceitera General Deheza, Barrick Gold, Frigorífico Gorina, Oleaginosa Moreno, Roemmers, JBS, Bunge y Globant son algunos ejemplos relevantes de una larguísima lista de empresas exportadores que se beneficiarán con el aumento al doble que registra el dólar en lo que va del año.

La disyuntiva entre ajustar y crecer

 

El impulso al crecimiento del pasado año electoral afronta la prueba de un año par que, de 2012 en adelante, se caracterizan por caídas en el nivel de actividad económica con aceleración de la inflación. El freno a la obra pública con su impacto multiplicador negativo y la suba del dólar (o las restricciones a su acceso bajo la gestión anterior) eran las formas de frenar la actividad económica.

Descalibrados

 

El saldo concreto en la cuestión económica de la conferencia de prensa que lideró Marcos Peña fue el reconocimiento del fracaso oficial en materia inflacionaria. La modificación de las metas anunciada por Nicolás Dujovne, en teoría definidas por el Banco Central aunque anunciadas por el Poder Ejecutivo, un día después de la aprobación del Presupuesto 2018 que tiene anotada otra previsión de la tasa de inflación, es una derrota conceptual y política para el hoy devaluado presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.