Ataques en Francia y Líbano: la doble moral frente al terrorismo
La primera respuesta del gobierno ante los siete atentados múltiples, que al momento, han cosechado 127 víctimas fatales y más de cien heridos, fue el cierre de fronteras, decretar el estado de emergencia en todo el país, así como instaurar en toque de queda en la ciudad atacada, la que desde el viernes a la noche (hora de París) está surcada por militares en pie de guerra.
Esto implica que no se permita casi ningún tipo de reunión, mucho menos espectáculo público, que el gobierno puede ordenar registros domiciliarios sin orden judicial, además de prohibir la libre circulación de personas, obligándolas a concentrarse (o excluirse) de lugares concretos de la ciudad o el país.
La lectura del presidente Hollande sobre lo ocurrido fue la siguiente: “Los terroristas quieren atemorizarnos, llenarnos de pavor. Hay razones para tener miedo, para el pavor, pero frente al pavor, hay una Nación que sabe defenderse, que sabe movilizar sus fuerzas y que una vez más sabrá derrotar a los terroristas”.
Analistas políticos consultados por el británico The Guardian, temen que los ataques sean explotados por la ultraderechista Marie Le Pen, del Frente Nacional, en las elecciones regionales que tendrán lugar dentro de tres semanas. Así sucedió, alerta el periódico inglés, tras el ataque sufrido por la revista Charlie Hebdo, en enero. Vale aclarar que Le Pen es la cara visible de reaccionarias campañas xenófobas, en que enaltece las “razas y religiones” blancas por sobre las demás.
Las repercusiones de los países ricos vinieron en la misma línea. El presidente estadounidense Barack Obama afirmó que “este no es un ataque a Francia, sino a toda la humanidad”.
Un mes antes de los ataques, Hillary Clinton, su ex – secretaria de Estado, hizo un mea culpa respecto a la responsabilidad de Estados Unidos frente al crecimiento de los yihadistas extremistas. “El fracaso en ayudar a construir una fuerza popular creíble con los opositores originales a Bashar al Assad, en los comienzos de la guerra civil en Siria, dejó un gran vacío que ahora han llenado los yihadistas”, sostuvo Clinton en una entrevista publicada por The Atlantic, a comienzos de Agosto, titulado “El fracaso en la ayuda a los rebeldes sirios llevó al auge del Isis”.
Según reporta The Guardian, un comunicado emitido por el Estado Islámico, o ISIS, sostiene que ocasionó los atentados en respuesta a los ataques aéreos de Francia en Siria.
Los medio internacionales no han dudado en catalogar la serie de atentados como el más importante que ocurre en Europa desde las bombas en el subterráneo de Madrid, en 2004, en que murieron 191 personas.
Si se saca la perspectiva únicamente del continente europeo, como lo intenta el cronista Chris Graham, en el portal australiano Newmatilda.com puede verse más allá del dolor que ocasiona un jaque como el vivido.
“Hay más tras los ataques de París que el intento de difundir la muerte y el miedo en Occidente. También están destinados a resaltar nuestra rabia selectiva”. Graham desgrana como los medios se han dedicado a una cacería en que intentan superarse mutuamente por primicias o videos sangrientos, mientras los líderes mundiales condenan los ataques. “Mientras tanto, en la parte oscura del mundo, mientras comenzaban los ataques en París, el Líbano estaba recién emergiendo de un día de luto nacional, después que 43 personas fueran asesinadas y más de 200 resultaran heridas durante una serie de atentados suicidas en Beirut.
El cronista reporta que los ataques ocurridos en el barrio Burj al-Barajneh, al sur de Beirut fueron reconocidos por el Isis como de su autoría. En ese barrio suburbano habitan mayormente musulmanes chiítas, que apoyan a Hezbollah. “Sin contar los ataques de Israel al Líbano, el atentado sucedido este viernes 13 en Beirut es el más mortífero desde el fin de la guerra civil hace más de dos décadas”
El cronista indica que así como se sospecha en torno a los ataques en Francia, los bombardeos en Beirut se relacionan con la reciente decisión de Hezbollah de enviar tropas al norte de Siria para enfrentar al Estado Islámico.
“Pero las bombas en el Líbano no generaron comunicados de los primeros mandatarios, ni la atención especial de los medios occidentales. ¿Cómo explicamos nuestra identificación con el sufrimiento francés y nuestra aparente indiferencia con el del Líbano? O mejor dicho, ¿cómo vamos a explicar nuestra indiferencia a la gente que sufre y que percibimos como diferentes? Libaneses, Africanos, Musulmanes, gente del lado oscuro del mundo. Vale recordar que días antes de la masacre de Chalie Hebdo, la organización terrorista Boko Haram asoló el pueblo Baja, en Nigeria y mató a más de dos mil personas”, advierte el cronista.
La lista sigue: el mes pasado, al menos 30 personas fueron asesinadas en otro ataque de Boko Haram a una mezquita en Nigeria, otras 10 murieron por un ataque del mismo grupo cerca del aeropuerto Maiduguri de ese país, al menos 20 fallecieron en Islamabad, en Pakistán en un ataque suicida contra minorías chiítas, justo un día después que 12 personas murieran en una mezquita chiíta en la provincia de Balochistan, en Siria.
“El razonamiento es simple, los musulmanes tienen más chances de morir en manos de otros musulmanes, o mejor dicho, de extremistas islámicos que no tienen similitud alguna con los típicos moros. También tienen más chances de morir en manos de Occidentales que están buscando asesinar a los extremistas islámicos
Los occidentales finalmente están obteniendo una pequeña muestra del miedo constante que siente la gente de otros países durante generaciones. La solidaridad con Francia es una cosa buena, pero la solidaridad con las víctimas del terrorismo donde sea es aún mejor, particularmente con aquellas víctimas que han caído en manos de un terrorismo patrocinado en nuestro nombre”.
DesInformémonos - 14 de noviembre de 2015