Una renta para todos

Tal como han dejado en evidencia algunos estudios recientes sobre el tema (véase este artículo de Fortune), la substitución del hombre por parte de las máquinas es ya una realidad, y dentro de pocos decenios las profesiones de menor contenido intelectual las desempeñarán robots. Pese a la posibilidad de “liberar” finalmente a millones de personas del yugo de empleos alienantes (será por lo tanto deseable un sistema de enseñanza en condiciones de preparar a las nuevas generaciones para esta libertad profesional, en la que serán claves la originalidad y una mayor conciencia propia), uno de los probables efectos a medio plazo de este cambio tecnológico parece ser un aumento del número de desempleados, sobre todo entre los trabajadores menos cualificados. Consecuencias fácilmente previsibles: un ulterior incremento de las desigualdades en la distribución de la renta, además de un incremento de la inestabilidad social.

El diktado de Alemania

El escarnio impuesto a Grecia funciona como un mensaje para las fuerzas de izquierda en Europa y evidencia los límites de los Estados frente al avance irrefrenable del neoliberalismo.

Sólo en las películas de terror se ven escenas tan sádicas como las que vimos el 13 de julio pasado en Bruselas, cuando el primer ministro griego Alexis Tsipras, herido, derrotado, humillado, tuvo que acatar en público, cabizbajo, el diktado de la canciller de Alemania, Angela Merkel. Y renunciar a su programa de liberación, con el que había sido elegido, y que su pueblo acababa precisamente de ratificar en referéndum.

Alemania como problema

El mayor problema de Europa no es Grecia. Es Alemania. Hace poco más de dos años (3 de mayo de 2013) publiqué un texto titulado “El Diktat alemán”, en el cual describía las justificaciones dadas por Alemania en el inicio de la Primera Guerra Mundial para las atrocidades que cometió contra un pequeño país, Bélgica, que se negaba a colaborar con sus designios bélicos. El modo destempladamente cruel como Alemania se está vengando de un acto de desobediencia de otro pequeño país, Grecia, nos obliga a examinar la historia reciente de Europa y, a partir de ella, pensar nuestro futuro común.

O la total capitulación de Syriza o nada: las mentiras económicamente populistas de los círculos dominantes europeos y la catastrófica lógica interna de la crisis de la UE

Heiner Flassbeck, el internacionalmente respetado economista alemán, exsecretario de Finanzas con Lafontaine en el primer gabinete de Schröder, reflexiona tan lúcida como amargamente sobre Alemania, Grecia, la dramática crisis de la socialdemocracia y el empantanamiento político de la UE en el trágicamente tenso momento de la verdad que estamos viviendo estos días. No parece que la situación económica vaya a mejorar en Europa próximamente. Eso piensa el gran economista alemán: “Podemos hablar de alternativas, hacer sugerencias y proponer planes, pero nada de eso servirá de nada mientras no cambien las relaciones de fuerza dentro de los países acreedores. El cambio sólo tendrá una oportunidad cuando Francia y España –y posiblemente Italia también— comiencen a entender el pleno alcance del daño que el liderazgo alemán ha causado a la unión monetaria y cuando comiencen a oponerse abiertamente a la política alemana.”

“La socialdemocracia se alineó con la economía neoliberal”

Decenas de personas hacen fila para verlo. Algunos quedarán afuera. Las entradas para escucharlo se agotaron en tiempo record. No se trata de una estrella de rock, pero casi. Es que la visita a Buenos Aires de Etienne Balibar, que coincide con el 50º aniversario de la publicación de Para leer El Capital, el célebre libro que coescribió junto a su maestro Louis Althusser, despierta mucho interés entre quienes buscan respuestas a la crisis de representación y al auge del racismo en Europa. Y no son pocos.

En la conferencia que dio en la sala Solidaridad del Centro Cultural de la Cooperación, con su capacidad colmada, el filósofo francés se sinceró: “Soy un federalista europeo. Y la razón de mi pesimismo es que este federalismo está fracasando y tiene menos justificaciones y posibilidades de realización. Hay fuerzas de diversos tipos, invenciones a la hora de hacer política en parte de la población europea. Existen buenas razones para pensar eso en las iniciativas del tipo de Podemos, en España, aunque están muy localizadas en estos momentos. O en la victoria de Syriza”, se ilusiona. Balibar alertó sobre los estragos que está causando la desigualdad en Europa, que amenaza con dividir virtualmente al continente. El filósofo francés habló con Página/12 sobre el crecimiento de la ultraderecha en Francia, el terrorismo islamista, la islamofobia, la crisis de la socialdemocracia europea y los desafíos del gobierno de Alexis Tsipras en Grecia.

Las causas políticas del austericidio en España, en Grecia y en la Eurozona

A pesar de la robusta y sólida evidencia científica que existe mostrando el enorme daño que las políticas de austeridad han supuesto para la mayoría de las poblaciones de los países de la Eurozona, estas políticas continúen aplicándose, proponiéndose e incluso promocionándose y/o justificándose en los mayores medios de información y persuasión.

España, Grecia y Alemania. No es un conflicto de naciones, sino de clases y sectores económicos.

“Tengo mis dudas a la hora de introducir aquí lo que podría parecer pura guerra de clases, pero si ustedes distinguen entre quienes más se beneficiaron de las políticas europeas antes de la crisis y quienes se beneficiaron menos (aquellos, precisamente, de los que se espera ahora que paguen el grueso de los costes del ajuste), lo que se ve es que no se trata de un conflicto entre alemanes y españoles: mucho más ajustado a la verdad es verlo como un conflicto entre la elite del mundo de los negocios y de las finanzas (junto con los altos funcionarios de la UE).