“Nuestros socios internacionales tienen mucho que perder, si persisten en su actual política de austeridad”.

Alexis Tsipras, el dirigente del Partido Syriza en Grecia, es una gran esperanza de la nueva izquierda europea y un candidato a la presidencia de la Comisión Europea. Hace dos años, su partido casi se hizo con el poder político en un país que había sufrido un increíblemente rápido deterioro a causa de las duras medidas de austeridad: como devastado por una guerra, se convirtió como quien dice en un país del tercer mundo en el que se registraba una acelerada desaparición de la democracia y del estilo griego –europeo— de vida. Si las elecciones legislativas en Grecia se celebraran mañana, Syriza las ganaría con toda seguridad.

Cinco razones para no acordar con la UE

La vida no es cómo empieza sino cómo acaba. Esta frase bien debería aplicarse al devenir de las negociaciones de la Unión Europea (UE) con la Comunidad Andina de naciones (CAN). En un inicio –enero del 2007–, en modalidad de bloque a bloque, el objetivo fue pactar un Acuerdo de Asociación que contuviera tres grandes pilares: político, cooperación y comercial. Mucho ha llovido desde entonces. La UE se centró en el eje comercial; la CAN está muy desintegrada; Perú y Colombia ya firmaron su acuerdo comercial con la UE; Bolivia no quiere saber nada y Ecuador vuelve a negociar. Pero también ha cambiado el contexto económico de cada lugar. La UE ha entrado en una crisis que todavía perdura poniendo todo el empeño en resolver su decrecimiento por la vía de las exportaciones. Por el contrario, Ecuador ha elegido otro rumbo, camino de su década ganada, que ha permitido no sólo esquivar la crisis, sino conseguir saldar buena parte de la deuda social heredada del neoliberalismo. Todo ello sin necesidad de firmar ningún acuerdo comercial con los países centrales.

Es cierto que en una economía dolarizada, la restricción externa es a la vez interna, y esto explica que Ecuador no pueda tener un déficit comercial sine die. Esta razón es la más usada por los agroexportadores para sentirse imprescindibles. Con los bananeros a la cabeza, los exportadores han presionado para disponer de un acuerdo comercial con la UE que facilitase la ubicación de sus productos con arancel cero. Esto es un tema central para la economía ecuatoriana, pero la mirada “bananera” no puede eclipsar el resto de una compleja estructura económico-social. Si la UE concediera el arancel cero sin pedir nada a cambio, claramente, el acuerdo comercial sería la solución. Pero la Historia ya nos ha mostrado que Europa no regala nada de nada.

¿Por qué Ecuador no debe firmar un acuerdo comercial con la UE? Primero, la UE deja fuera dos aspectos fundamentales: a) su política proteccionista en las barreras paraarancelarias, y b) los subsidios a su producción y sus exportaciones permitiendo implementar precios predatorios (dumping), dificultando efectivamente la entrada competitiva de los productos de Ecuador al territorio europeo. Segundo, Europa otorga mucha importancia a la protección de su propiedad intelectual para disponer de una posición dominante en materia de tecnología y conocimiento. Este punto es absolutamente incompatible con el actual código social del conocimiento en Ecuador que desea democratizarlo, considerándolo como bien colectivo de uso público. Tercero, Europa busca nuevos mercados financieros y Ecuador ofrece un apetitoso negocio en este terreno. En este sentido, el presidente Correa anunció que habrá un nuevo código financiero que cambiará las relaciones de poder en el país. Bajo esta premisa, será irreconciliable acabar con la larga noche neoliberal dando entrada al neoliberalismo financiero que abriga a Europa. Cuarto, Europa tiene mucho interés en acceder a las compras públicas (de Ecuador) que, en el año 2012, en Ecuador, supusieron el 12 por ciento del PIB. Correa, hace pocos meses, volvió a ratificar la importancia de que sean las pequeñas y medianas empresas aquellas que se beneficien de esta alianza con el Estado. Otro punto que hace no conciliable cualquier acuerdo. Quinto, hay experiencia empírica para valorar los efectos de acuerdos comerciales con la UE como, por ejemplo, los casos de México y Chile, con un mismo efecto: a) aumento del volumen absoluto de las exportaciones, pero concentradas en menos productos, y b) aumento de las importaciones por encima del ritmo de las exportaciones, generándose un nuevo déficit comercial de corte estructural. La dependencia pos tratado comercial siempre es mayor.

Estas son al menos cinco razones para que el reduccionismo de la Jihad bananera no se imponga a la hora de firmar un acuerdo comercial con la UE.

A las Izquierdas de Europa y del Mundo

El IV Congreso del Partido de la Izquierda Europea (PIE) reunió 30 formaciones de izquierdas europeas en Madrid entre el 13 y el 15 de diciembre, en busca de un discurso para unificar estrategias frente a las políticas de austeridad y de sumisión de Bruselas al dictado de los mercados. Este fue el discurso del invitado Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Álvaro García Linera.

“Alemania contribuyó al pánico financiero en el sur de Europa”

Prima de riesgo. Las tres palabras que en España se emplean para hablar del riesgo país fueron las más escuchadas del noticiero entre los meses de junio y septiembre de 2012. Sólo en julio de ese año, los depósitos en bancos españoles cayeron en 74.000 millones de euros, con la banca de Alemania, Suiza y Luxemburgo como destinos principales. La economía española venía muy mal desde 2009, cuando el PBI se contrajo 3,8%, pero en 2010 había reducido el declive (-0,2%); y en 2011 había vuelto a los números positivos (+0,1%), ¿qué fue entonces lo que disparó la alarma de los ahorristas?

Europa en riesgo de deflación

A nadie le gusta que suban los precios, pero hoy los 17 países de la Eurozona temen lo contrario: la deflación. En octubre, la inflación interanual se redujo hasta el 0,7 por ciento, el nivel más bajo desde 2009, muy lejos de la meta del 2 por ciento que tiene el Banco Central Europeo. Si a esto se le suma que, según los datos difundidos, el crecimiento descendió a un 0,1 por ciento, el panorama apunta a uno de los fantasmas más temidos: una combinación de estancamiento y deflación como la vivida por Japón desde principios de los ‘90. El Banco Central Europeo sorprendió a los mercados hace más de una semana bajando la tasa de interés de 0,5 a 0,25 por ciento, y dio un respiro a su sector exportador. Pero en entrevista con Página/12, Simon Tilford, subdirector del Centre for European Reform, en Londres, consideró que no será suficiente.

Europa vuelve a decepcionar y ya se habla de una 'década perdida'

El repunte de la zona euro después de una prolongada recesión perdió fuerza en el tercer trimestre, intensificando los temores de que el bloque esté en medio de una "década perdida" caracterizada por estancamiento económico, desempleo y descontento político.

Aunque se espera que el crecimiento mejore ligeramente el año entrante, la zona euro está muy lejos de recuperar el nivel de producción y empleo que tenía antes de que se desatara la crisis financiera y económica.

Cuatro años más de ajuste

A Angela Merkel le disgusta que la comparen con Margaret Thatcher, pero ella suscribe su famosa máxima “la dama no da marcha atrás” (“The lady’s not for turning”). La canciller alemana no ha retrocedido un ápice en su exigencia a los países en crisis del sur europeo para que ajusten. Esa es su forma de manejar la crisis del euro, no importa si el costo resultante es más desocupación, pobreza y miseria para Portugal, Italia, Grecia y España, los llamados PIGS –acrónimo que significa “cerdos” usado peyorativamente por medios económicos anglosajones– víctimas de la desindustrialización, la burbuja inmobiliaria y la especulación financiera.

Atrapada en su ‘lustro del diablo’

El capitalismo es, a veces, una perfecta contradicción; un estupendo oxímoron. Es paradójico que el peor momento de la Gran Recesión, en el que pudo pasar de todo, sea todavía la quiebra de Lehman Brothers. Porque aquel final de verano de 2008 fue prácticamente el único momento en el que sistema se atrevió a aplicar de veras su regla de oro: que cada palo aguante su vela. El Gobierno estadounidense dejó caer Lehman, el cuarto banco de inversión del mundo, y apareció el fantasma de una segunda Gran Depresión.

Carlo Vercellone brindó una mirada sobre la crisis europea

Como parte de las actividades referidas al Día Internacional del Cooperativismo, se llevó a cabo la charla debate «La crisis financiera internacional: su impacto en Europa y América Latina», a cargo del economista italiano Carlo Vercellone, maestro de conferencias en la Universidad de París 1 e investigador del Centro de Economía de La Sorbona. La mesa, realizada en la sala Raúl González Tuñón del CCC, estuvo organizada por la revista Realidad Económica del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE), y fue coordinada por Pablo Míguez, economista e investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento. Además, integraron el panel Eduardo Kanevsky (IADE) y el traductor Mauricio Atzeni.