Proyecto nacional, inversión extranjera y exportaciones: los medios y los objetivos

Pablo Alberto Tavilla


El debate colectivo puede contribuir a la formación de consensos para cohesionar una fuerza “nacional-popular-democrática” en el camino de hallar rumbos y respuestas a la “encrucijada nacional”, y específicamente a la superación de posiciones defensivas o de capacidad de veto ante proyectos modernizadores excluyentes –si bien valiosas, también insuficientes. Se pone el foco en el problema estructural de la necesidad de dólares, de resolverlo “por lo alto” o “por lo bajo” – recesión, más pobreza.

Se trata la idea de que existen posibilidades inversoras y exportadoras –“hoy y ya”– para un país como Argentina, en producción de ciertas materias primas y alimentos. Con el mayor ánimo constructivo, este texto incluye unas breves consideraciones. Se trata de pensar respuestas desde las condiciones actuales realmente existentes, que son, por cierto, apremiantes y dramáticas, tanto por sus efectos como por la densidad de los escollos a superar. En lo sustancial, se apunta a la necesidad de dólares –de moneda convertible– tal como se dio en la experiencia histórica de cualquier país que se desarrolló, al menos desde que se impuso el orden mundial capitalista industrial e interestatal que se configuró principalmente durante el siglo XIX. Exportar es la vía más “genuina” y beneficiosa para obtenerlos. Las otras, como sabemos, son: endeudamiento; aliento a inversiones de cartera o financieros –por ejemplo: carry trade–; e Inversión Extranjera Directa (IED). Una estrategia nacional no debe descartar nada en dosis adecuadas y con claridad de objetivos, pero es muy claro el beneficio social y productivo de la opción más genuina y hasta soberana, que es la de exportar más; y también –y fundamentalmente– sustituir importaciones.

El límite estructural “de oferta” para el crecimiento es el de disponibilidad de divisas, e importa priorizar y enfatizar en esto desde una perspectiva estructuralista: la conocida como “restricción externa”, la tendencia a la escasez de moneda internacional. Dólares, divisas, moneda internacional de reserva y aceptada para enfrentar el gran desafío de toda economía periférica con bajo PIB per cápita: desarrollar el mercado interno nacional y crecer sostenidamente. Se necesitan dólares para crecer, estabilizar y generar crecimiento y puestos de trabajo de calidad.

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Revista Movimiento N° 38 – febrero de 2022

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