La rivalidad euro-dólar

Ariel Noyola Rodríguez
La crisis de deuda soberana europea iniciada en 2010, que siguió a la crisis de las hipotecas subprime estadounidense de 2007-2008, reveló la fragilidad de los cimientos de la Unión Económica y Monetaria (UEM) de la Comunidad Europea, en marcha desde 2002, a través del euro como moneda única de curso legal.

Asimismo, el desenvolvimiento desigual de la crisis en ambas regiones pone de manifiesto el carácter jerárquico de la economía mundial y, con ello, las asimetrías de poder entre los Estados capitalistas dominantes: Alemania y Estados Unidos.

Estados Unidos goza de un sistema financiero de mayor resiliencia frente a las turbulencias de la economía mundial. La banca estadounidense reproduce su posición en la cima de la pirámide de los sistemas financieros nacionales concentrando y centralizando capital a través del binomio dólar-Wall Street como mecanismo de dominación financiera. En tanto, la Reserva Federal (Fed) estadounidense expandió su base monetaria (dinero depositado en los bancos y en circulación en una economía) en 400 por ciento; el Banco Central Europeo (BCE) apenas lo hizo en 150 por ciento. El BCE intenta no perjudicar la posición del euro como moneda de reserva. Los programas que ha lanzado incluyen esterilización de liquidez que la Fed no ha incorporado, es decir, el dinero que ocupa el BCE para comprar títulos financieros lo recupera retirándolo de su base monetaria.

Esto permitió a la banca estadounidense recuperarse más rápido que el sistema financiero europeo. Entre 2007 y 2013, el valor de los activos de los 10 bancos estadounidenses más grandes aumentó en 2 billones 859 mil 623 dólares, de acuerdo con la Corporación Federal de Seguro de Depósitos; en contraste, los bancos de mayor tamaño de la Unión Europea, hasta junio de 2013, poseían 660 millones de euros menos en activos en comparación con 2009, según el BCE. El sistema financiero europeo, al ser de naturaleza bífida –de un lado con bancos muy fuertes como Deutsche Bank, Commerzbank, BNP Paribas; y del otro, con bancos muy débiles en la periferia–, aumenta el riesgo regional frente a shocks financieros. Por ejemplo, el banco italiano Unitcredit, durante el cuarto trimestre de 2013, sufrió pérdidas por 14 mil millones de euros.

Observatorio Económico Latinoaméricano (ObELA) - Abril 2014

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