La vuelta de Orwell y el Gran Hermano a la guerra en Palestina, Ucrania y contra la verdad

John Pilger escribe desde Londres sobre la constante supresión de la verdad por parte de los poderosos intereses creados.

La otra noche vi 1984, de George Orwell, representada en los escenarios de Londres. Pese a que pide a gritos una interpretación contemporánea, las advertencias de Orwell sobre el futuro se presentaron como una obra perteneciente a un periodo remoto e inofensivo. Parecía como si Edward Snowden nunca hubiera hecho públicas sus revelaciones, el Gran Hermano no fuera hoy un espía digital y el propio Orwell nunca hubiera dicho aquello de «para dejarse corromper por el totalitarismo no hace falta vivir en un país totalitario».

Israel, Palestina y la estrategia de BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones)

El sufrimiento ocasionado por las acciones de Israel en los Territorios Ocupados ha causado seria preocupación al menos entre algunos israelíes. Uno de los más francos ha sido, durante muchos años, Gideon Levy, columnista de Haaretz, que escribe que “habría que condenar y castigar a Israel por hacer la vida insoportable bajo la ocupación, [y] por el hecho de que un país que afirma figurar entre las naciones más ilustradas sigue abusando de todo un pueblo, noche y día”.

Estados Unidos: La verdad desnuda decadencias anunciadas

La combinación de ciberespionaje, crisis política y económica y nuevo contexto internacional pone nuevamente a Estados Unidos al borde de un conflicto bélico, que puede poner en peligro a toda la humanidad. Una verdad descarnada en un sistema decadente.

El huracán Snowden (Edward) desnudó los laberintos del mayor espionaje global en la historia del mundo apoyado por la más sofisticada tecnología, incrementando la crisis económica y política que vive ese país a extremos tales que figuras influyentes, como el ex consejero de Seguridad Nacional Zbigniew Brzezinski, advirtieron el pasado 26 de octubre que la "hegemonía mundial estadunidense tiene los días contados".

Un análisis reciente en diversos medios permite conocer, gracias a los materiales entregados por Snowden, la cantidad de Técnicas que aplica la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU. (NSA, por sus siglas en inglés) que comprenden desde las antiguas y simples escuchas telefónicas, hasta la posibilidad de interceptar comunicaciones on-line, señala un informe de Cubadebate.

Dossier: ¿Tiene de verdad que cerrar el gobierno y bloquear Obamacare?

El techo de la deuda fue promulgada en 1917 con un propósito: para engañar a los palurdos de casa. Cuando el Congreso comenzó a acumular deudas para pagar la guerra, votaron el techo para aparentar lo contrario. Y por eso, cada vez que se alcanza, debe ser elevado.

El techo de la deuda también es un anacronismo. Se basa en la idea de que el gobierno tiene que recaudar dinero de otra parte, antes de gastarlo. Eso era cierto en los días del patrón oro. No es así ya para los EE. UU. , por lo menos desde la creación de la Reserva Federal en 1913.

A los 102 años, murió el general Giap, el Napoleón de Vietnam

Fue el Napoleón de Vietnam. Su nombre, que sonó siempre como un latigazo, fue el símbolo de la independencia y de la libertad de su país, en el que había nacido el 25 de agosto de 1911, y en el que soportó años de dominación en manos francesas, japonesas, francesas otra vez y estadounidenses. A todas hizo frente y a todas derrotó Nguyen Von Giap, el viejo general que cerró por fin sus ojos de guerrero inclemente ayer, a los 102 años, en la ciudad que fue su patria del corazón: Hanoi.

El discurso que Obama tiró a la basura a último momento

El siguiente es un borrador no enteramente corroborado de las apreciaciones que Barack Obama tenía planeado hacer el fin de semana, al anunciar un ataque a Siria. Fue encontrado en un recipiente de basura, fuera de la Casa Blanca, poco después de que el presidente cambió de rumbo y decidió buscar el apoyo del Congreso

Compatriotas estadounidenses, me dirijo a ustedes esta noche porque por orden mía Estados Unidos ha comenzado un ataque punitivo contra las fuerzas del presidente Bashar al-Assad.

Siria: Carta al Presidente Barack Obama

Carta abierta al Presidente de los
EE.UU. de Norteamérica
Barack Hussein Obama
Escucha el clamor de los pueblos!
La situación en Siria es preocupante y una vez más los EE.UU., erigiéndose en gendarme del mundo, pretende invadir Siria en nombre de la “Libertad” y los “derechos humanos”.

Tu predecesor George W. Bush en su locura mesiánica supo instrumentalizar el fundamentalismo religioso para llevar a cabo las guerras en Afganistán e Irak. Cuando declaraba que conversaba con Dios, y Dios le decía que tenía que atacar a Irak, lo hacía porque era dictamen de Dios exportar la “libertad” al mundo.

Tú has hablado, con motivo de los 50 años de la muerte del Reverendo Luther King, también Premio Nobel de la Paz, de la necesidad de completar el “Sueño” de la mesa compartida, de quien fuera la más significativa expresión de lucha por los derechos civiles contra el racismo en la primera democracia esclavista del mundo. Luther King fue un hombre que dio su vida para dar vida, y por eso es un mártir de nuestro tiempo. Lo mataron después de la Marcha sobre Washington porque amenazaba con desobediencia civil a seguir siendo cómplices de la guerra imperialista contra el pueblo de Vietnam.

¿Realmente crees que invadir militarmente a otro pueblo es aportar a ese sueño?

Armar rebeldes para luego autorizar la intervención de la OTAN, no es algo nuevo por parte de tu país y tus aliados. Tampoco es nuevo que EE.UU. pretenda invadir países acusándolos de posesión de armas de destrucción masiva, que en el caso de Irak resultó no ser cierto. Tu país ha apoyado el régimen de Saddam Hussein que utilizó armas químicas para aniquilar a la población kurda y contra la Revolución Iraní y no hizo nada para sancionarlo porque en ese momento eran aliados. Sin embargo ahora pretenden invadir Siria sin siquiera saber los resultados de las investigaciones que está haciendo la ONU por autorización del mismo gobierno Sirio. Ciertamente que el uso de las armas químicas es inmoral y condenable, pero tu gobierno no tiene autoridad moral alguna para justificar una intervención.

El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó que un ataque militar en Siria podría empeorar el conflicto.
Mi país, la Argentina, que se encuentra ejerciendo la Presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, ha hecho pública su posición contra una intervención militar extranjera en la República Siria negándose a ser “cómplice de nuevas muertes”.
El Papa Francisco también llamó a globalizar el pedido de paz y decretó una jornada de ayuno y oración en contra de la guerra para el día 7 de septiembre, a la cual nos adherimos.

Hasta tu histórico aliado, Gran Bretaña, se ha negado (al menos de momento) a ser parte de la invasión.
Tu país está transformando la “Primavera Árabe” en el infierno de la OTAN, provocando guerras en el Medio Oriente y desatando la rapiña de las corporaciones internacionales. La invasión que pretendes llevará a más violencia y más muertes, así como a la desestabilización de Siria y de la región. ¿Con qué objetivo? El lúcido analista, Robert Fisk, ha precisado que el objetivo es Irán y postergar la concreción del estado palestino, no es la indignación que producen la muerte de cientos de niños sirios lo que los motiva a ustedes a intervenir militarmente. Y justamente cuando ha triunfado en Irán un gobierno moderado, donde se podría tratar de contribuir a lograr escenarios de negociación pacífica a los conflictos existentes. Esa política será suicida de tu parte y de tu país.
Siria necesita una solución política, no militar. La comunidad internacional debe dar su apoyo a las organizaciones sociales que buscan la paz. El pueblo sirio, como cualquier otro, tiene derecho a su autodeterminación y a definir su propio proceso democrático y debemos ayudar en lo que nos necesiten.

Obama, tu país no tiene autoridad moral, ni legitimidad, ni legalidad para invadir Siria ni ningún otro país. Mucho menos luego de haber asesinado 220.000 personas en Japón lanzando bombas de destrucción masiva.

Ningún congresal del parlamento de Estados Unidos puede legitimar lo ilegitimable, ni legalizar lo ilegalizable. En especial teniendo en cuenta lo que dijo hace unos días el ex presidente noerteamericano James Carter: “EE.UU. no tiene una democracia que funcione”.
Las escuchas ilegales que realiza tu gobierno al pueblo norteamericano parecen no ser del todo eficientes, porque según una encuesta pública de Reuters, el 60% de los estadounidenses se oponen a la invasión que quieres llevar a cabo.

Por eso te pregunto Obama ¿A quién obedeces?

Tu gobierno se ha convertido en un peligro para el equilibrio internacional y para el propio pueblo estadounidense. EE.UU. se ha vuelto un país que no puede dejar de exportar muerte para mantener su economía y poderío. Nosotros no dejaremos de intentar impedirlo.
Yo estuve en Irak luego de los bombardeos que realizó EE.UU. en la década de los 90′s, antes de la invasión que derrocó a Sadham Hussein. Ví un refugio lleno de niños y mujeres asesinados por misiles teledirigidos. “Daños colaterales” los llaman Uds.

Los pueblos están diciendo ¡BASTA! a las guerras. La humanidad reclama la Paz y el derecho a vivir en libertad. Los pueblos quieren transformar las armas en arados, y el camino para lograrlo es “DESARMAR LAS CONCIENCIAS ARMADAS”.

Obama, nunca olvides que siempre recogemos los frutos de lo que sembramos. Cualquier ser humano debería sembrar paz y humanidad, más aún un Premio Nobel de la Paz. Espero que no termines convirtiendo el “sueño de fraternidad” que anhelaba Luther King en una pesadilla para los pueblos y la humanidad.

Recibe el saludo de Paz y Bien
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz

Presidente de Venezuela pide a Unasur y Celac reaccionar ante planes de guerra de la OTAN

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llamó este lunes a los países miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) a reaccionar ante los planes de guerra que viene promoviendo la Organización de Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la región.

Irak, 10 años después

Ese 20 de marzo de 2003 me senté frente a la tv. La CNN se hizo tremendo festín con la cuenta regresiva a las bombas que muy pronto caerían en sitios estratégicos de Bagdad. Esta era una verdadera guerra, no de actores, pero sí con guiones falsos. Los actores son mentirosos, porque imitan emociones, pero esta vez, el dolor en el desierto de Babilonia, era real, se convertía en dunas de muerte.

No entendía muy bien las lógicas del mundo en aquel entonces, era presa fácil de la guerra contra el terrorismo y del miedo, que ahora sé, impregnan en la gente. Entendía, que los árabes eran unos viejos maniáticos, con mucha barba, llenos de armas y felices tirando bombas desde edificios. Estaba tan equivocado, que hace 10 años, pensaba que Irak era país de locos y que todo sería como lo pintan en Hollywood.

Pero el mismo CNN, que tanta publicidad se encargó de hacer para invadir a Irak, me demostró que todo estaba mal. Que una mujer, junto a sus hijos, no eran más peligrosos que los guionistas de las grandes productoras en Estados Unidos. Que vivir en pequeños pueblos en el desierto, no puede ser tan malo como el establecimiento lo proclama.

10 años después, no son mejores las cosas. No hay una Irak libre, ni con vestigios de armas biológicas como lo decían unos argumentos inventados desde Estados Unidos. La desesperación que produjo y produce en la economía de Norteamérica la obtención de oro negro y la especulación de falsos informes sobre tenencia de armamento nuclear por parte del viejo Saddam Hussein, hicieron de Bagdad una ciudad inmortal. La madrugada del 20 de marzo de 2003, el ejército invasor norteamericano en la llamada “Operación Libertad Iraquí” atacó y destruyó lo que quedaba de la antigua Babilonia.

Ahora, y 100 mil muertos después, es como ver en la tele al aberrante gobierno del norte, que pareciera jugar billar en una mesa de arena. Pero el desierto no es un juego, es un mapa milenario lleno de viejas historias; de beduinos en camello, de mágicas esfinges, de milagros bíblicos, de invasiones persas y babilónicas. Un mapa que es manipulado para crear una tormenta sobre dunas de arena y robarle a Mahoma sus mil y una noches. El Tigris y Éufrates continúan llorando hasta su desembocadura en el golfo Pérsico.

Todo parece muy tranquilo ahora. Los invasores pasan su tiempo en casa, pintando en momentos libres; otros viajan tranquilos, con la certeza de que la arena del desierto se quede allí y no forme tormentas de venganza. Ya todo está consumado, incluso el petróleo iraquí fuera de sus tierras originales, y la sangre de los miles de luchadores, que de ambos bandos defendieron su derecho a ser parte de la historia contemporánea del mundo. Los gringos ganaron, petróleo; los iraquíes perdieron, vidas; la tele basura ganó, Saddam murió en la horca.

Irak: La guerra una mentira y un resultado impreciso

Por Moises Saab (Desde El Cairo) / Una década, más de 111 mil civiles muertos, pugnas regionales, confesionales y un estado general de caos caracterizan hoy la situación de la antigua Mesopotamia, el país que de granero del mundo conocido entonces ha pasado a ser el escenario de una matanza sin fin, devenida monótona a pesar de su violencia.

El "misión cumplida" del presidente norteamericano de la época, George W. Bush, ha devenido objeto de burlas que despierta una sonrisa sardónica en los familiares de los casi cinco mil 500 militares que Washington admite como bajas en una guerra que estaba programada para una semana y aún no termina, sino que amenaza extenderse.

Sin contar los "asesores civiles", un invento diabólico que nunca ha fructificado y sólo ha servido para propiciar una corrupción que ha costado más de mil millones de dólares a los contribuyentes norteamericanos.

En términos internos, las rivalidades confesionales, que en Irak nunca alcanzaron los extremos, a diferencia de en otros países del área, han aflorado con una violencia que causa asombro.

Las áreas en las que residen musulmanes chiítas, y sus lugares sagrados, como la ciudad de Kerbala, son blancos cotidianos de ataques de una violencia nunca vista en ese país.

En el caso de los kurdos, las diferencias parecían resueltas con la creación de una región autónoma en el norte del país, pero no ha sido así: las autoridades de esa zona están abocadas a un conflicto con el Gobierno central por la posesión de tres provincias, Kirkuk, Mosul y Sulaimaniya, en las que existen grandes yacimientos de petróleo.

Además de ese conflicto con raíces étnicas y económicas, los iraquíes han devenido de personas orgullosas de su pasado, que presentaban ante el mundo como una herencia común, a un conglomerado marcado por regionalismos, como evidencian el conflicto con los kurdos y la rebelión en la provincia de Al Anbar, de mayoría sunita.

El signo más obvio del auge del confesionalismo está en el apoyo que recibe el primer ministro Nuri al Maliki de los residentes en la ciudad meridional de Basora, justo por donde llegaron las tropas estadounidenses y sus aliados británicos y españoles.

Además de una contradicción: la red Al Qaeda en Irak tiene hoy más fuerza y miembros de los que nunca pudo soñar bajo el régimen derrocado por la invasión y ocupación estadounidense.

La fragmentación ha llegado al extremo de que en los año 90 surgió la tesis de dividir el país en sultanatos, o lo que es igual, retornar al medioevo y olvidar una historia en la cual aparece con brillo propio la rebelión contra el colonialismo británico y el papel iraquí en la región como factor de contrapeso a Israel.

Es quizás en el ámbito regional donde hay que buscar otra contradicción entre los propósitos de las autoridades estadounidenses con si bien eliminó a Saddam Hussein y el Gobierno del Partido Baas, (las similitudes con los acontecimientos en Siria no son causales), permitió el fortalecimiento de la revolución islámica en Irán.

Es indudable que los muchos y costosos errores de Hussein dieron a Washington en bandeja de plata los pretextos, si falta hicieran, para eliminar al obstáculo que se le presentaba en el Levante de la época y, de paso, establecer su presencia militar en el Golfo Pérsico, un objetivo que hasta entonces le había sido esquivo.

Sin embargo, el despliegue de portaviones y las bases militares en países de la península arábiga es un esfuerzo económico agotador en las actuales condiciones económicas y de resultados imprecisos, como demuestra la resistencia de Irán a pesar de las severas sanciones en su contra y las inquietudes en varios países que le son afines.

Las autoridades persas han hecho saber que en caso del estallido de una agresión en su contra tienen la disposición, y la posibilidad militar, de bloquear el estrecho de Ormuz, el objeto del deseo para los estrategas estadounidenses, ya que por él transita el 35 por ciento del petróleo que alimenta las economías de las potencias occidentales.

Para colmo de desilusiones, Teherán y Bagdad han dado en los últimos meses señales de acercamiento, una pesadilla diplomática ya que crea un muro de contención a tener en cuenta para la política estadounidense en el sensible golfo Pérsico.

En ese contexto, y aparte las consideraciones políticas, está la devastación de un país cuya población sobrevive angustiada en un entorno marcado por la violencia, impuesta por una mentira: las armas de destrucción masiva que nunca existieron.