“Hemos traicionado a la gran mayoría del pueblo griego”

Pavlos Kapantais se encontró con el ex ministro de Finanzas griego un día antes de que Alexis Tsipras anunciara la convocatoria de elecciones anticipadas. Varoufakis será invitado de honor este domingo a la fiesta de la rosa organizada, por Arnaud Montebourg /1. En la entrevista Varoufakis se refirió a su renuncia y a su relación con el primer ministro griego Tsipras. Varoufakis es un hombre sonriente, aparentemente tranquilo, que nos recibe en su residencia de verano en la isla de Egina. Su esposa, Danaé y un amigo están sentados en la terraza con vista al mar.

Grecia y la deuda fatal

El lunes 3 de agosto del 2015, Puerto Rico entró en cese de pagos de la deuda, cuatro semanas después que lo hiciera Grecia el 1 de julio. Ucrania está al borde del cese de pagos mientras sus patrocinadores les están proveyendo de armas y municiones con crédito a pesar de su posición financiera. La única solución para problemas de estrangulamiento por deuda es la reducción de saldos, como vimos en América latina con el Plan Brady y con el HIPC. Las decisiones de alivio de deuda vistas en la historia son decisiones políticas que se toman para apoyar a algún gobierno. El mayor alivio provisto en la historia fue con la deuda alemana en 1952 y el anterior mayor alivio fue el de las reparaciones de guerra también alemanas en 1931.

La austeridad es parte integral de la tragedia griega

Hay demasiada gente, y entre ella mucha gente de la troika, que consideran la lucha de Grecia como algo que sólo guarda relación con las transferencias de una nación deudora a muchas naciones acreedoras. Por esa razón acaso consideraron el referéndum griego como un movimiento que poco ayudaría, como algo que sólo inflamaría el sentimiento nacionalista. Tal como lo formula Dani Rodrik: “Lo que los griegos llaman democracia se entiende en muchos orros países – igualmente democráticos – como irresponsable unilateralismo”.

Yanis Varoufakis esta en la picota por hacer lo que había que hacer

Yanis Varoufakis tiene estos dias pocos amigos en los círculos oficiales. Al ex ministro de finanzas de Grecia hace mucho que le aborrecen sus antiguas contrapartes de la eurozona, a quienes puso en evidencia de manera contraproducente su mediocridad. Desde su cese por su primer ministro, Alexis Tsipras ha criticado la capitulación de Grecia a las exigencias de Alemania, y sus compañeros de Syriza están perdiendo también la paciencia con él. Se esta convirtiendo en el chivo expiatorio perfecto por haber ideado un audaz plan de escape en caso de que los acreedores de Grecia cerrasen su sistema bancario y cortaran sus lazos económicos internacionales, como hicieron finalmente.

"Es un día muy negro para la democracia en Grecia y en Europa"

La presidenta del Parlamento encabezó el Comité de la Verdad para determinar el origen de la deuda griega.

La presidenta del Parlamento griego, Zoe Konstantopoulou, pronunció anoche un sentido discurso de 16 minutos contra el acuerdo alcanzado por el gobierno de Tsipras y los acreedores, al que calificó como "genocidio social". Su voto fue uno de los 32 negativos entre los parlamentarios de Syriza, insuficientes para rechazar un acuerdo que da luz verde al tercer rescate de Grecia.

Konstantopoulou empezó su alocución agradeciendo a todas las voces, como la de Eric Toussaint, director técnico del Comité de la Verdad sobre la deuda griega, que en el último mes han alertado del gravísimo ataque a los derechos de la población griega y sus futuras generaciones que ha perpetrado la Unión Europea en este proceso de negociación.

"Me gustaría empezar agradeciendo a toda la gente de la cultura, de la economía, de las artes que ha dicho que esta venganza no debería estar sucediendo en 2015 contra este pueblo y su gobierno", arrancó Konstantopoulou, quien señaló el 15 de julio como un "día muy negro para la democracia en Grecia y en Europa, y también para el parlamento griego porque mediante un durísimo chantaje de la UE dirigido al Gobierno, el Parlamento ha sido obligado a decidir en dos horas y media y sin poder mantener una discusión esencial. Básicamente tenemos que enterrar la acción propia del parlamento, ceder la soberanía nacional e imponer una hipoteca sobre los recursos públicos para venderlos en el pago de una deuda que mi partido, Syriza, reconoce como ilegal, odiosa e ilegítima".

El acuerdo para el tercer rescate de Grecia fue definido por Konstanpoulou como un "genocidio social". En su alocución repitió en numerosas ocasiones que el gobierno de Tsipras ha sido sometido a un chantaje. "Sin duda el Gobierno está siendo chantajeado, poniendo en juego la supervivencia de su pueblo. Si esta extorsión se completa hoy, nada impedirá que se vuelva a repetir, no sólo contra Grecia sino contra otros pueblos y países". Konstantopoulou recordó como ejemplo las recientes muertes en Tesalónica y Larissa de varios jóvenes por falta de asistencia médica y la de una chica al saltar de un autobús por no llevar billete.

La presidenta del Parlamento griego fue muy crítica con Syriza, aunque valoró que Tsipras ha hecho mucho más, y bajo inasumibles presiones, que lo que cualquier gobernante griego haya hecho nunca por su país.

"Hemos mantenido durante años que la austeridad no es la medicina, es una receta equivocada, un veneno", reflexionó al recordar cuando Syriza salió del Parlamento pidiendo la dimisión del Gobierno por el recorte de pensiones declarado anticonstitucional por el Consejo de Estado en noviembre de 2012. "La agenda del gobierno de Syriza y ANEL no es aplicar memorandos sino librarnos de ellos", recordó.

Konstantopoulou aludió también a los plazos imposibles y la humillante aceptación que los acreedores han exigido de un acuerdo que en lo sustancial ya había sido masivamente rechazado en el referéndum del 5 de julio. "Aceptar esto nos llevaría a una recesión insuperable y a asumir que el referéndum no era una opción creíble. No debemos permitir esto, este paréntesis en la acción de un gobierno de izquierda que pretenden imponernos. Nos quieren haciendo y diciendo exactamente lo opuesto a todo por lo que hemos estado luchando. Quieren humillarnos".

Una de las claves de la postura crítica de Konstantopoulou y otros representantes de Syriza es la interpretación del acuerdo como una traición al resultado del referéndum.

"El pueblo griego habló, dijo no a los ultimátum, a las extorsiones, a la propaganda, dijeron no a los memorándum. No tenemos derecho a interpretarlo como un no con condiciones. Todo lo incluido en este acuerdo ha sido votado en contra por la mayoría de la población y tenemos la obligación de defender esa posición, porque todo nuestro poder viene del pueblo griego. Nosotros no nos beneficiamos del poder que nos ha concedido la población, en contra de lo que hacen otras opciones políticas, sino que reclamamos que el poder pertenece a la gente, no a las oficinas de partidos", proclamó en uno de los momentos más encendidos de su discurso.

En su alocución, Konstantopoulou resumió lo que está en juego en el pulso entre Grecia y las posiciones inflexibles de la troika. "La cuestión no es elegir entre Europa o democracia, Europa o derechos humanos, Europa o Europa, porque esto es lo que quieren las posiciones antidemocráticas. La gente tiene el poder, el conocimiento y la experiencia histórica para responder".

“Jamás votare y legitimaré el contenido del acuerdo”

Señoras y señores, queridos colegas,

En momentos como los actuales, tenemos que actuar y hablar con sinceridad institucional y valentía política.

Cada uno y cada una debemos asumir la responsabilidad que nos incumbe.

Defender, como nos los pide nuestra conciencia, las causas justas y los derechos sagrados, inviolables y no negociables de nuestro pueblo y de nuestra sociedad.

Salvaguardar la herencia de quien han dado su vida y su libertad para que vivamos en libertad.

Garantizar la herencia a las nuevas generaciones y a las del futuro, así como a la civilización humana, así como los valores inalienables que caracterizan y dan sentido a nuestra existencia individual y colectiva.

La forma como cada cual decide y actúa puede variar, pero nadie tiene el derecho de burlarse, de degradar o de utilizar políticamente las decisiones que son fruto de un proceso y de una valor que afectan a lo más profundo de nuestra existencia.

Todas y todos somos y seremos juzgados en función de nuestra actitud y de nuestras decisiones, de nuestros síes y de nuestros noes, por nuestras acciones y nuestras omisiones, por nuestra resistencia, nuestra abnegación y nuestro desinterés.

Desde hace cinco meses, el Gobierno, cuya columna vertebral es Syriza y tiene como núcleo las fuerzas anti-memorándum, libra un combate desigual, en condiciones de asfixia y de chantaje, contra una Europa que ha traicionado los objetivos inscritos en sus tratados, a saber: el bienestar de los pueblos y de la sociedad. Una Europa con una moneda común, el euro, no como medio para alcanzar el bienestar social sino como instrumento y punto de apoyo para humillar a los pueblos y a los gobiernos rebeldes; una Europa que, habiendo sido construida como una casa común hospitalaria, está en vías de transformarse en una prisión y una pesadilla para sus pueblos.

El pueblo griego confió a este Gobierno la tarea de liberarle de las cadenas del memorándum, de la tuerca del tutelaje y la supervisión impuesta a la sociedad con el pretexto de la deuda. Una deuda ilegal, ilegítima, odiosa e insostenible, cuya naturaleza, como lo has demostrado las conclusiones preliminares de la Comisión para la Verdad de la Deuda Púbica, ya era conocida por los acreedores desde 2010.

Una deuda que no constituye un fenómeno meteorológico, sino que ha sido creada por los gobiernos precedentes a través de contratos viciados de corrupción, con prebendas, propinas, clausulas leoninas y tasas de interés astronómicas de las que se han beneficiado los bancos y las compañías extranjeras.

Una deuda que la Troika, de acuerdo con los gobiernos precedentes, transformó fraudulentamente de deuda privada en deuda pública, salvando de ese modo a los bancos franceses y alemanes y, también, a la banca privada griega, al mismo tiempo que condenaba al pueblo griego a vivir en condiciones de crisis humanitaria. Para ello movilizaron y retribuyeron a los media corruptos que se encargaron de aterrorizar y engañar a las y los ciudadanos.

Esta deuda, que no la ha creado y aumentado el pueblo ni el gobierno actual, ha sido utilizada durante estos cinco últimos años por las fuerzas que actúan en el marco europeo para imponer un totalitarismo económico como un instrumento para esclavizar al pueblo griego.

Desdeñando la moral y el derecho, Alemania aún no ha saldado sus deudas con la pequeña Grecia cuya actitud heroica ha sido reconocida por la historia. Deuda que superan la deuda pública griega y alcanzan la cifra de 340 mil millones de euros según los cálculos moderados de la Comisión del Tribunal de Cuentas creado por el gobierno precedente, en tanto que la pretendida deuda pública griega está cifrada en 325 mil millones de euros. Alemania se ha beneficiado de la mayor quita de la deuda tras la segunda guerra mundial para que pudiera recomponerse, con el generoso apoyo de Grecia. Ahora bien, es esta misma Alemania la que ha puesto su protección en manos de responsables de empresas, como Siemens, culpables de actos de corrupción con los gobiernos precedentes y sus partidos políticos, protegiéndoles y sustrayéndoles de la justifica griega.

Sin embargo, Alemania se comporta como si la historia y el pueblo griego tuvieran deudas con ella, como si quisiera tomarse la revancha por sus atrocidades, aplicando e imponiendo una política que constituye un crimen no solo hacia el pueblo griego, sino también un crimen contra la humanidad, en el sentido penal del termino. Porque de lo que se trata aquí es de una agresión sistemática y de gran dimensión contra una población con el objetivo totalmente premeditado de producir su destrucción parcial o total.

Desgraciadamente, los gobiernos e instituciones [europeas] en lugar de mostrarse a la altura de sus responsabilidad y del momento histórico, se vuelven cómplices de esta agresión.

Señoras y señores, estimados colegas:

Someter al pueblo y al gobierno a condiciones de asfixia y a la amenaza de una quiebra violenta, mediante la creación artificial y premeditada de las condiciones para una catástrofe humanitaria, constituye una violación directa de todas las convenciones internacionales que protegen los derechos humanos, de la Carta de la ONU, de las Convenciones Europeas y, también, de los propios estatutos de la Corte Penal Internacional.

El chantaje no es una fatalidad. Y la creación y la puesta en marcha de las condiciones cuyo objetivo es suprimir el libre arbitrio no permiten a nadie hablar de libertad de "opción".

Los acreedores chantajean al gobierno. Actuaron fraudulentamente en 2010 cuando sabían que la deuda era insostenible. Actúan a conciencia porque en sus declaraciones reconocen la necesidad de otorgar ayuda humanitaria a Grecia. ¿Por qué una ayuda humanitaria? ¿Debido a una catástrofe natural imprevista? ¿Un seísmo imprevisto, inundaciones, incendios?

No. Una ayuda humanitaria como fruto de su opción consciente y calculada de privar al pueblo griego de sus medios de subsistencia y cerrando el grifo de la liquidez a modo de represalia a la decisión democrática del Gobierno y del Parlamento de organizar un referéndum y dar la palabra al pueblo para que decida por sí mismo su futuro.

El pueblo griego ha hecho honor al gobierno que le otorgó esa confianza, así como al Parlamento que le dio el derecho de tomar su vida y su destino en sus manos. Y dijo no con coraje y orgullo.

No a los chantajes.

No a los ultimátums.

No a los memorándum y a la servidumbre.

No al pago de una deuda que no ha generado y de la que no es responsable.

No a nuevas medidas de miseria y sumisión.

Los acreedores persisten obstinadamente en querer transformar ese No en un Sí, con la pérfida complicidad de quienes son los responsables de esos memorándums, de los que se han beneficiado, de quienes han creado la deuda.

Ese No del pueblo está por encima de todas y todos nosotros y nos obliga a defender el derecho del pueblo a defender su vida, a luchar para no malvivir o tener una vida servil, para estar orgullosos y orgullosas de lo que vayamos a dejar a nuestros sucesores y a la humanidad.

El gobierno está sometido al chantaje con el objetivo de hacerle aceptar todo lo que no quiere, lo que no impulsa y que combate. El Primer ministro ha hablado con sinceridad, coraje, franqueza y desinteresadamente. Es el Primer ministro más joven [de la historia del país] y es también quien ha luchado como ninguno de su predecesores en defensa de los derechos democráticos y sociales del pueblo y de las nuevas generaciones, quien ha representado y representa nuestra generación y le da esperanza. Le honro y continuaré honrándole siempre por su actitud y sus decisiones. Y al mismo tiempo considero que mi responsabilidad institucional, en tanto que Presidenta del Parlamento, es no cerrar los ojos y hacer como si no viera el chantaje. Jamás podré votar y legitimar el contenido del acuerdo y creo que le pasará lo miso al Primer Ministro, que hoy en día es objeto de un chantaje con la excusa de salvar a este pueblo. Creo que les ocurre lo mismo al gobierno y a los grupos parlamentarios que le apoyan.

Asumo mi responsabilidad hacia la historia en esta institución respondiendo "presente" [una fórmula de no apoyar la propuesta. NdT] en el debate y en el voto de hoy. Considero que de este modo soy más útil al pueblo, al Gobierno y al Primer Ministro, a las futuras generaciones y a los pueblos europeos: rechazando el chantaje y sacando a la luz las verdaderas condiciones en las que se solicita al Parlamento adoptar las decisiones, en nombre del párrafo 4 del artículo 120 de la constitución.

El pueblo griego es el segundo en sufrir una agresión de esta envergadura en la zona euro. En marzo de 2013, el primero fue el pueblo de Chipre.

El intento de imponer medidas rechazadas por el pueblo en el referéndum, utilizando el chantaje del cierre de los bancos y la amenaza de la quiebra, constituye una violación brutal de la Constitución que priva al Parlamento de los poderes que le atribuye esa misma Constitución.

Todo el mundo tiene el derecho y el deber de resistir. Ninguna resistencia ha sido fácil en la historia. Sin embargo, nosotros hemos solicitado el voto y la confianza del pueblo para afrontar las dificultades y es frente a estas dificultades que ahora debemos triunfar. Sin miedo.

El coraje de la desesperanza

Giorgio Agamben dijo en una entrevista que “el pensamiento es el coraje de la desesperanza”, una visión que es especialmente pertinente para nuestro momento histórico, cuando como regla general aun el más pesimista de los diagnósticos termina con una insinuación optimista de alguna versión de la proverbial luz al final del túnel. El verdadero coraje no es imaginar una alternativa sino aceptar las consecuencias del hecho de que no hay una alternativa claramente discernible: el sueño de una alternativa es una señal de la cobardía teórica, sus funciones como un fetiche que evita que pensemos hasta el final de nuestro predicamento. En otras palabras, el verdadero coraje es admitir que la luz al final de túnel es la luz de otro tren que se nos acerca en la dirección opuesta.

No hay mejor ejemplo de la necesidad de tal valor que Grecia hoy.