La historia no está escrita en una piedra

El gobierno argentino acaba de reestructurar el crédito exorbitante que el FMI otorgó en 2018 a la administración de Mauricio Macri. En este ensayo, Bohoslavsky y Flores Zendejas analizan el alcance y las futuras vicisitudes de este acuerdo, dando cuenta de cómo el caso argentino ilustra posibles escenarios (tanto ortodoxos como heterodoxos) que se abren a los gobiernos cuando negocian con el Fondo Monetario Internacional.

Finanzas y desposesión

Los tres períodos neoliberales en la Argentina han concluido con rasgos que son un calco entre sí: endeudamiento colosal que requirió de reestructuraciones, encuadradas en programas con el FMI. Este organismo condicionó siempre la política económica y la autonomía de su formulación: es el rasgo de su ADN.

La disyuntiva entre ajustar y crecer

 

El impulso al crecimiento del pasado año electoral afronta la prueba de un año par que, de 2012 en adelante, se caracterizan por caídas en el nivel de actividad económica con aceleración de la inflación. El freno a la obra pública con su impacto multiplicador negativo y la suba del dólar (o las restricciones a su acceso bajo la gestión anterior) eran las formas de frenar la actividad económica.

Endeudar y fugar

 

Toda política económica requiere ineludiblemente una fuente de financiamiento. El gobierno de Cambiemos no es una excepción ya que el financiamiento del ajuste económico que está llevando a cabo la encuentra en el endeudamiento externo.

Informe de coyuntura Nº 21

 

Desde la asunción del gobierno macrista el régimen económico experimentó mutaciones significativas que se manifestaron en la desviación hacia la valorización financiera como eje del proceso de acumulación. Las nuevas colocaciones de deuda acumularon USD 52.000 millones en los primeros 10 meses del año si se contabilizan las emisiones de los gobiernos nacional y provinciales y la considerable deuda emitida por grandes corporaciones.

De liderazgos y programas de gobierno

La oposición comete varios errores conceptuales en su evaluación de la situación política actual. Nos referiremos a dos de ellos: el primero es el que cree que los liderazgos auténticos tiene fecha de vencimiento; la segunda, que en un proceso electoral, para encarar el futuro no importa el pasado.

No es cierto que los liderazgos tengan fecha de vencimiento. En un reciente discurso, el Dr. Carlos A. Zannini señaló con pertinencia que “acá en realidad lo que vencen son los mandatos, pero los liderazgos no tienen fecha de vencimiento”. Esta diferenciación no es percibida por el arco opositor.