Críticas a fondos buitre en un panel de la asamblea del FMI

Silvia Pisani
El litigio de los fondos buitre contra la Argentina creó debate en la asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI), con una advertencia sobre el riesgoso "cambio de reglas de juego" que su avance en la justicia norteamericana tendría en futuras reestructuraciones de deuda, lo que genera un creciente clamor para que el organismo intervenga.

"Gracias a lo que está pasando [en el juzgado neoyorquino de Thomas Griesa ] se abre la posibilidad de que [este tipo de fondos] actúen no solamente contra los países, sino también contra otros acreedores", advirtió el abogado Lee Bucheit durante una de las reuniones de la asamblea.

"Con este tipo de acciones, casi podría decirse que ser un holdout [bonista que rechaza las reestructuraciones de deuda y litiga contra un país] se está convirtiendo en un verdadero camino a la prosperidad. Puede que tardes en el tiempo, pero es prometedor", ironizó.

Su juicio fue celebrado por muchos de los asistentes, más allá del matiz que le impone el hecho de ser socio del estudio Clearly Gottlieb, que ejerce la defensa de la Argentina en los tribunales de Nueva York.

Con gente de pie hasta en los pasillos, no cabía un alfiler en el auditorio principal de la sede del FMI cuando el número dos de la entidad, David Lipton, abrió una mesa redonda sobre las lecciones de los recientes procesos de reestructuración de deuda.

Su tesis fue la conveniencia de que el Fondo se involucre más en el fenómeno de modo de dotarlo de previsibilidad tanto para acreedores como para los países involucrados. Su mayor audacia fue sugerir una reflexión sobre la posibilidad de evaluar "modificaciones" a la llamada "cláusula del pari passu ". Referida al tratamiento igualitario de acreedores, se trata de la pieza jurídica sobre la que se construyen los recientes fallos de Griesa que tienen en jaque a la política de deuda de la Argentina.

Pero no se trata de un remedio a medida ni mucho menos: Lipton previno que, de avanzar la propuesta, no será un debate "para el mes que viene", ni tampoco basado en la acción de las demandas de Elliot Management, el fondo que ya obtuvo dos fallos contra la Argentina.

Buena parte de las butacas de la sala fueron ocupadas por quienes vienen siguiendo el caso y que suelen asistir a seminarios al respecto. También hubo funcionarios y economistas argentinos, muchos de ellos, tomando notas.

El seminario fue un nuevo giro del Fondo sobre el documento que emitió en mayo último, en el que alertó sobre el riesgo de convalidar los fallos de Griesa que condenaron al Gobierno a pagar US$ 1300 millones a los fondos buitre y, si fuera necesario, a embargar el dinero que se destina para pagar a la enorme mayoría de acreedores que aceptaron los canjes de deuda de 2005 y 2010.

Fue también una nueva forma de alzar la voz en la materia, luego de que en julio vio frustrada su intención de alegar en favor de la Argentina ante la Corte Suprema de Estados Unidos, luego de que Washington se opusiera a dar ese paso.

"Los países deberían tener voz en este debate", señaló el abogado Rafael Molina, socio de Newstate Partners, al reprochar ausencias en el que fue, sin duda, uno de los paneles más exitosos de la asamblea.

En forma paralela, el ministro Hernán Lorenzino cargó una vez más contra los "buitres" y repartió folletos sobre la "estrategia jurídica" del país. Celebró el principio de acuerdo para que la Argentina acceda a préstamos del Banco Mundial y aseguró que "no serán usados como sustitutos" del mercado de capitales, al que el país no accede. No avanzó, en cambio, sobre el acuerdo con cinco empresas para el pago de US$ 500 millones por fallos adversos en el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi).

También hizo contactos con autoridades de países miembros del Club de París, donde la Argentina acumula deudas por US$ 6000 millones.

La asamblea del FMI cerró ayer con preocupación por la crisis fiscal que amenaza a Estados Unidos y su posible impacto en la economía mundial. "Estamos a cuatro días de un momento muy peligroso. No podemos permitir que ocurra el desastre", dijo la directora Christine Lagarde, al hacer un firme llamado para que la clase política norteamericana encuentre una salida.

El baile de madame

Fue, para muchos, una asamblea bastante más distendida que las anteriores. Pero aún así sorprendió que, de pronto, hubiera música en el hall central de la sede del Fondo Monetario Internacional. Más aún que su titular, Christine Lagarde, ensayara pasitos de baile para acompañar el folclore peruano que sonaba en ese momento. Hubo aplausos, salvo de parte de quienes cargaban pesadas carpetas con estadísticas.

La Nación - 13 de octubre de 2013

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