No solo es la Economía

El Frente de Todos ajustó cuentas y se redefinió: la renovación del gabinete nacional integra territorio y la sospecha necesaria sobre el desembarco de miradas y memorias progresistas y antiprogresistas, con un equipo de ministros que en situaciones óptimas no compartirían ni un café. La calma del establishment económico, los resentimientos por la política social, los nuevos desconciertos, la salud de los liderazgos y el miedo a volver al llano. Porque nadie quiere salirse del Estado, y CFK entró en campaña para evitarlo.

Encuentro de Líderes Mundiales para la Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer, en la ONU

Muy buenos días a todos y a todas.
Señores Jefes y Jefas de Estado; señor presidente de la República Popular China, Xi Jinping: nuestro reconocimiento y agradecimiento a su país y a su persona, si en cuya decisión y voluntad hubiera sido más que difícil realizar este Encuentro de Mujeres.
En principio, hemos sostenido históricamente que tres son los elementos o los ejes para lograr realmente la igualdad de género. La autonomía económica, la autonomía política y personal y la autonomía social.
Ahora bien, el desarrollo de estos tres ejes solamente puede darse en una sociedad, en un país en donde haya un proceso de inclusión social global con desarrollo y crecimiento económico. Soñar con la igualdad de género en un país inequitativo, en un país con grandes brechas sociales, es simplemente retórica o ilusión.
Por eso en la República Argentina, hemos desarrollado un fuerte proceso de inclusión social que ha traído aparejado también obviamente la mayor oportunidad de igualdad para la mujer; programas y políticas activas como la Asignación Universal por Hijo, la Asignación Universal por Embarazo, la promoción cada vez más intensa por la educación pública y gratuita desde el nivel inicial hasta la universidad, ha permitido paulatinamente junto a leyes de identidad de género de protección de la mujer, un fuerte descenso en la brecha de desigualdad.
Sin embargo, aún en las sociedades más desarrolladas sigue habiendo una desigualdad de género que es el acceso a los sistemas de decisión política de un país.
Por ejemplo, en mi país la matrícula académica universitaria es muy importante la presencia femenina. El día viernes, en un acto antes de venir aquí, en la Facultad de Odontología de la Ciudad de Buenos Aires, la matrícula de mujeres odontólogas de universidad gratuita es del 85 por ciento.
También supera la participación en el Parlamento, lo establecido por las leyes. Una mujer es Presidenta reelecta de mi país, pero sin embargo la discriminación aún permanece, porque por fuera de la discriminación política, económica y social persiste fuertemente en todas las sociedades una discriminación cultural hacia la mujer.
Es más, aún aquellas que ocupamos un alto grado en la primera magistratura del país, muchas veces las críticas que sufrimos no son críticas políticas, sino son críticas sexistas porque aún ocupando las más altas magistraturas, hacen diferencia.
Por ello, creo que además del desarrollo económico la necesidad de tener protección es necesario romper fronteras culturales que han considerado a la mujer durante siglos un ser inferior o menos inteligente que los hombres.
Por eso creo que las políticas también deben estar destinadas a la cultura, a que precisamente empoderar a la mujer, no sea solamente una cuestión de obligación por firmar convenciones o adherir a tratados internacionales, sino que sea la profunda convicción en el corazón de los hombres y aún de las propias mujeres que muchas veces nos discriminamos entre nosotras mismas muy injustamente.
Por eso, señor Presidente, señores y señores presidentas, quiero hacer un firme llamado a los corazones y a las mentes para derrumbar tabúes y prejuicios respecto de nosotras y que las críticas que recibamos sean exactamente del mismo tenor que reciben ustedes los hombres, que no tengan que ver con nuestro sexo, que no tengan que ver con nuestro género. Ese es, finalmente, el gran llamado que queremos hacer.
Hemos alcanzado en Argentina un alto grado de igualdad. Igualdad que debe extenderse también a los jóvenes y a todos los sectores de la sociedad. Porque no solamente encontramos discriminación en las mujeres, la encontramos también en los ancianos, en los pobres, cualquiera sea su sexo.
Por eso, esa debe ser la lucha. Y las mujeres debemos encararla con mayor fuerza, porque es por nuestros hijos y por nuestros nietos.
Y en cuanto, finalmente para terminar, señor Presidente, señor Secretario General, Primer Ministro de Dinamarca: no se sienta mortificado por el error que tuvo al dirigirse al Secretario General de Naciones Unidas, tal vez haya sido una premonición de quién debe ser Secretario General de Naciones Unidas para la próxima temporada y dar muestras aquí en Naciones Unidas, que también la discriminación ha terminado.
Muchas gracias a todos y a todas. (APLAUSOS)

70ª Asamblea General de las Naciones Unidas

Muchas gracias; señor presidente de la Asamblea; señores miembros de esta honorable Asamblea: permítanme, en primer lugar, agradecer un hecho que fue muy relevante y que tuvo lugar, en este mismo ámbito, hace pocos días, para ser más exactos el 10 de septiembre de este año, cuando la Asamblea, por 136 votos positivos, decidió aprobar los principios rectores, los principios básicos para la reestructuración de las deudas externas de los países.

Este ha sido un triunfo muy importante, se han consagrado nueve principios, los tengo aquí anotados para no olvidarme de ninguno de ellos, que son los deben regir el tratamiento y la resolución, cuando se decide renegociar, por parte de un país, su deuda externa:

A descolonizar de la mano de la generala Azurduy

"Es una forma de descolonizarnos”, expresó el mandatario boliviano Evo Morales al inaugurarse la escultura de la luchadora de nuestra independencia latinoamericana, Juana Azurduy, que reemplazó a la del conquistador Cristóbal Colón, en medio de fuertes polémicas.

Desde la remoción de la escultura del navegante genovés, varias organizaciones descendientes de italianos se sintieron perjudicadas y los medios opositores al oficialismo lo aprovecharon para retrucarle al Gobierno.

Si bien la palabra colonizar viene del latín colonia, su similitud con el apellido del descubridor de América es llamativa. Y Azurduy representa a todos los que nacieron en este suelo, porque es parte de nuestra historia.

Juan Carlos Junio, diputado nacional del Partido Solidario, afirmó que “en nuestro país, los monumentos son el resultado del triunfo político y, en consecuencia, cultural de un sector y una clase social; por eso, Bartolomé Mitre y Julio Argentino Roca están en muchas de nuestras plazas”.

La figura de Juana Azurduy de Padilla (Bolivia 1780-1862) ha sido, en estos años, rescatada del olvido y de la indiferencia de los relatos hegemónicos, a través de piezas teatrales, también novelas biográficas e inclusive musicales históricos. Sin olvidar que en 1969 Félix Luna y Ariel Ramírez compusieron junto con la cantante Mercedes Sosa el disco Mujeres argentinas, que fue una especie de premonición a los estudios que se realizarían más tarde sobre estas guerreras.

En 1825, Simón Bolívar declararía heroína a Juana Azurduy y decretó que se le diera una pensión vitalicia de sesenta pesos mensuales que, con el tiempo, jamás recibiría. En un decreto firmado por Pueyrredón el 13 de agosto de 1816 se le concedió el uso a la utilización del uniforme militar que Manuel Belgrano concretizó dándole su propio sable.

Juana actuaba siempre acompañada con sus ejércitos llamados los Leales (a la causa de la revolución) y sus Amazonas, compuesta generalmente por mestizas e indias, que seguían entusiastamente a la guerrera durante los años 1811 hasta 1825.

Será también la representación de la madre en oposición a las luchas que enfrentaba contra los realistas, o como diría la escritora Elisa Algañaraz, Juana es la matriarca, se unirá siempre al símbolo de la Pachamama con su fertilidad provocando el binomio madre-tierra. Tendrá cuatro hijos y perderá tres de ellos y su última hija, Luisa, nacerá en el fragor de la batalla. También perderá a su esposo cuando éste intenta salvarla y el enemigo lo degüella.

Cuando aparece en la escena política Juana Azurduy, la presencia femenina –en el Alto Perú y en el Virreinato del Río de la Plata– motivará un desafío para las mujeres. Ellas fueron espías, correos y muchas veces lucharon en la guerra de guerrillas o también llamada la guerra de las republiquetas.

Terminada la guerra va desapareciendo la figura de Juana en el mapa histórico del siglo XIX, en el que endurecen y afean su rostro, la acusan de tener actitudes varoniles, denigran su nombre en la masculinidad y le hacen atravesar una agonía de treinta y siete años de total indiferencia.

Cecilia Merchán, coordinadora del Comité para la Lucha contra la Trata y Explotación de Personas “Juana Azurduy”, viene trabajando desde hace años para recuperar la figura de Juana en nuestra historia. “Los verdaderos patriotas no están especulando respecto de su futuro y Juana murió en la extrema pobreza. Silenciada como la mayoría de las mujeres latinoamericanas que no están retratadas en la historia oficial, recuperar a Juana es recuperar a cientos de mujeres olvidadas y a nosotras mismas”, afirmó Merchán.

Finalmente, llegó el reconocimiento oficial y su escultura de bronce, creada por el escultor Andrés Zerneri, se ubicó de cara al continente, en la ahora rebautizada plaza Azurduy. “El monumento a Colón miraba hacia Europa y Juana Azurduy mira hacia América. Cada obra mira hacia donde le importa”, señaló Zerneri (ver abajo).

La escultura sostiene en su mano izquierda una espada y carga en la espalda a cuatro de sus cinco hijos, junto a representantes de las etnias colla, aimara, quechuas y tarabuqueños.

“Poner a Juana Azurduy en lugar de Colón expresa que le estamos dando importancia a la unidad latinoamericana. Por supuesto que va a haber rechazo porque son las mismas miradas que siguen encontradas respecto a cómo tiene que ser nuestra integración al mundo. Les preocupa cómo podemos rever la historia y nuestra integración”, sostuvo Merchán.

La ceremonia de inauguración del monumento a la heroína de estas pampas, de la que participaron los presidentes de Bolivia y Argentina, Cristina Fernández de Kirchner dio comienzo al Festival de la Integración, con espectáculos y feria de productos artesanales de ambos países.

Juana de América o la Juana de Arco boliviana, verá su recompensación en estos últimos años.

La más grande heroína de nuestra independencia

Ya desde su origen familiar salía fuera de lo que era común. Su padre, Matías Azurduy, descendiente de una familia “hidalga” de Navarra, era propietario de una rica hacienda en Toroca, provincia de Chayanta, cercana a la ciudad de Chuquisaca. Sin embargo, estaba casado con Eulalia Bermudes, que era “mestiza”, lo que en la conservadora sociedad altoperuana era una rareza. Más lo fue que, pese a esa “mancha de linaje”, Juana recibiese instrucción de primeras letras y catecismo en la parroquia de Santo Domingo.

“El Estado debe participar más en la producción”

En un discreto edificio del barrio de Recoleta funciona la consultora SIM&TEC, uno de los emprendimientos privados de base tecnológica que congrega a poco más de 10 profesionales que trabajan con modelos computacionales para entidades como Invap, Nucleoeléctrica Argentina, VENG (Conae), Y-Tec y la Fabrica Argentina de Aviones (FadeA). Es una de las tantas pymes que se fueron consolidando como proveedoras para los desarrollos tecnológicos que viene abordando nuestro país, como son los satélites, un cohete de transporte, tecnología petrolera, entre otros rubros.

Eduardo Dvorkin, además de ser uno de sus socios fundadores es un reconocido tecnólogo, Ingeniero Electromecánico recibido en la UBA, y de su extenso currículum destacaremos que obtuvo un doctorado en Filosofía en Ingeniería Mecánica por el Massachusetts Institute of Technology y es miembro titular de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Argentina. Recientemente recibió de manos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el Premio Houssay Trayectoria.