El sombrío pronóstico de Krugman: un corralito

El premio Nobel de Economía y columnista estrella de The New York Times Paul Krugman vaticinó que Grecia abandonará el euro "muy probablemente" en junio, y ve posible el fin de la zona euro meses más tarde si Alemania no acepta una profunda revisión de la estrategia contra la crisis.

En">http://krugman.blogs.nytimes.com/2012/05/13/eurodammerung-2/]En un brevísimo artículo titulado "Eurodämmerung" ("El ocaso del euro"), que fue publicado ayer en el blog del economista norteamericano en The New York Times, Krugman describe las cuatro fases que a su juicio llevarán a este "final del juego".

1. "Salida griega del euro, muy posiblemente el próximo mes", prevé Krugman, mientras los líderes de los partidos de ese país siguen sin alcanzar un acuerdo para formar gobierno, que de no producirse llevará a una nueva convocatoria a elecciones, en junio próximo (ver aparte).

La salida del euro dejó de ser tabú

La salida de Grecia de la zona euro dejó de ser un tema tabú en Alemania, donde el prestigioso semanario Der Spiegel tituló en tapa esta semana "Adiós a la Acrópolis", el ministro de Finanzas habla abiertamente de esta posibilidad y los economistas calculan el costo que tendría para la economía alemana.

Es un tabú que también cayó en Europa, donde se endurece el mensaje para que Atenas aplique la austeridad pese al descontento en la calle y el caos político en el que se encuentra el país desde las últimas elecciones (ver aparte).

Tanto para los responsables alemanes como para los de la Unión Europea (UE), o incluso para el Banco Central Europeo (BCE) -el mayor defensor de una zona euro preservada con sus fronteras actuales-, el escenario de la salida ha dejado de constituir el cataclismo del que se hablaba hace sólo unos meses.

Apuntes sobre BANKIA: un rescate llamado nacionalización

"Los centinelas no estaban en sus puestos, en gran parte debido a la fe ampliamente aceptada en la naturaleza autocorrectiva de los mercados y en la capacidad de las entidades financieras para vigilarse a si mismas con efectividad", se afirma en las conclusiones del informe del Congreso estadounidense sobre la crisis de Wall Street; subrayando claramente el trasfondo ideológico neoliberal como principal causa de la crisis financiera global, que podemos aplicar también a la de Bankia. Pero en el caso de las Cajas de Ahorro hay que subrayar que el dinero en juego era y es público. Por eso, tenemos que destacar ante todo la responsabilidad de los gestores políticos o allegados a los partidos mayoritarios.

Hollande y el futuro de la Social Democracia

En la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas se jugaba bastante más que las carreras políticas del socialista Francois Hollande y el derechista Nicolás Sarkozy.

Los resultados de estos comicios van a incidir en el camino que se siga para salir de la crisis económico-financiera en que está sumida Europa, lo que a su vez influirá en el camino que el viejo continente debe diseñar para superar esta situación.

No cabe esperar un cambio profundo todavía, aunque ya se han formulado fuertes críticas a lo actuado por la canciller alemana Angela Merkel, con el respaldo de su colega francés Sarkozy, ambos representantes de la derecha europea.

Hollande desempeñó varios cargos en los primeros años de gobierno del presidente Francois Mitterrand y en noviembre de 1997 fue elegido Primer Secretario del Partido Socialista francés.A partir de ahí llega en 1999 a una vicepresidencia de la Internacional Socialista y fue diputado al parlamento europeo y al francés.

La rebelión ciudadana contra la austeridad

Los franceses se rebelan. Los griegos, también. Y ya era hora.

Ambos países celebraron anteayer elecciones que fueron en realidad referéndums sobre la actual estrategia económica europea. Y en ambos países los votantes la rechazaron. No está nada claro cuánto tiempo pasará antes de que los votos produzcan cambios concretos en la política, pero el tiempo se está acabando para la estrategia de recuperación por medio de la austeridad... y eso es bueno.

Fue divertido ver a los apóstoles de la ortodoxia tratando de describir al cauteloso François Hollande como una figura amenazante. Es "bastante peligroso", declaró The Economist.

Lo cierto es que la victoria de Hollande significa el final del "Merkozy", el eje franco-alemán que ha puesto en vigor el régimen de austeridad de los últimos dos años. El triunfo de Hollande sería un acontecimiento "peligroso" si esa estrategia estuviera funcionando. Pero no está funcionando ni tiene posibilidad de hacerlo, y es hora de pasar a otra cosa.

La crisis, otra vez

Con su derrota, Nicolas Sarkozy se incorporó ayer a la larga lista de dirigentes que fueron barridos por la crisis en Europa o por la aplicación de planes de austeridad, violentamente resistidos por los ciudadanos de cada uno de esos países.

La llegada de un socialista al poder en la quinta potencia económica del mundo y la segunda de Europa es un acontecimiento político mayor: en primer término, porque se convertirá en un contrapeso en un continente prácticamente dominado por gobiernos de derecha; y en segundo lugar, porque puede abrir una alternativa a las rígidas políticas de recorte impulsadas por Alemania. "La austeridad no debe ser una fatalidad", dijo en su mensaje Hollande.

Reino de España: no podemos pagar toda la deuda

Tanto el estado español como varias de sus regiones autónomas lanzan emisiones de deuda pública prometiendo intereses de no menos de cinco por ciento anual. Debería estar prohibido porque no hay garantía alguna que se pueda pagar esos intereses y devolver esos créditos. Eso solo sería posible si hay bastante inflación (si el dinero vale menos) o si la economía crece. O si se aprieta más el cinturón a la gente aunque amenaza una revuelta.

En los debates sobre la crisis actual y las deudas financieras, hay tres posiciones distintas.

La primera posición es la de economistas keynesianos como Krugman y Stiglitz. Para poder pagar las enormes deudas creadas en Estados Unidos, en Europa, en Japón, tanto públicas como privadas, hay que crecer. La economía debe crecer, los bancos centrales deben impulsar el gasto, ha de haber crecimiento en términos nominales (es decir, un poco de inflación) y también en términos reales. Debe crecer lo que llaman la economía productiva de fabricación de automóviles, de producción de cemento para infraestructuras, de producción de servicios de enseñanza y sanidad… Hemos de regresar al crecimiento, para así poder pagar las deudas. La política de austeridad es suicida económica y socialmente. No les falta razón, excepto que ellos se olvidan de la economía real-real. Más crecimiento implicará inmediatamente más demanda de petróleo y de gas, más producción de dióxido de carbono, en el caso que las economías ricas salgan de la crisis actual.

Las diversas facetas de la crisis europea

La primera ronda de la elección presidencial en Francia y la lucha política para la segunda ronda, el 6 de mayo, puso el dedo en la inflamada llaga de la crisis financiera, monetaria y económica que afecta a la Unión Europea (UE), y expuso la faceta faltante, la profunda crisis política que viene gestándose en el interior mismo del modelo neoliberal.

Primero los datos que confirman lo que era previsible: un creciente número de economías de la zona euro (ZE), y la de Gran Bretaña que está fuera de la moneda común, están nuevamente en recesión.

Notas para un análisis marxista de la crisis griega

Actualmente las explicaciones más comunes de la crisis griega son de dos tipos. Por un lado, la que sostiene que la crisis se debió al mal manejo y el despilfarro del gobierno griego. Por otra parte, la que echa la culpa de la crisis a los especuladores y/o los bancos. La primera es defendida principalmente por los sectores más afines a la ortodoxia neoclásica. La segunda, más extendida, la plantean los gobiernos europeos; la Comisión Europea de Finanzas y otros organismos; y buena parte del progresismo y la izquierda.