En medio de una abstención inédita ganó La Libertad Avanza
Las elecciones en la ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA) le proporcionaron una victoria al oficialismo que conjuga el desinterés ciudadano con el declive del otro partido de la derecha, el PRO de Mauricio Macri.
El frío de la ausencia
Una de las notas salientes de la elección porteña fue el ausentismo. Quienes votaron superan apenas el 53% del padrón. El porcentaje de ausentes fue aún más alto en algunas zonas del sur de la ciudad, las más pobres. Pareciera que el desencanto y el escepticismo se torna mayor allí donde las dificultades para subsistir se hacen más profundas.
Las comunas sureñas también fueron las de porcentajes más bajos de votación para La Libertad Avanza (LLA), que no logró imponerse en esa parte de la ciudad.
Esta tendencia abstencionista se ha repetido en los seis distritos que votaron en las últimas semanas: Santa Fe, Salta, Jujuy, Chaco, San Luis y ahora CABA. Ya puede pensarse en un fenómeno de alcance nacional. Una manifestación de apatía en la que prima el hartazgo por la falta de respuestas a los problemas concretos. Y el rechazo a una dirigencia política a la que se percibe ajena a los intereses populares y enzarzada en peleas que no conducen a ninguna parte.
La pintura violeta
La interna abierta de la derecha fue ganada con total claridad por LLA. Estuvo a punto de duplicar los votos de PRO. Éste sufrió sin atenuantes la primera derrota en la ciudad en la que se fundó hace casi dos décadas y que gobierna desde 2007. Y perdió por 15 puntos de diferencia.
Manuel Adorni, el candidato que obtuvo el primer puesto, sólo alcanzó al 15% del padrón electoral. De cualquier modo le alcanzó al partido oficialista para la proclama del entierro definitivo de la agrupación fundada por Mauricio Macri. Y presentarse ante el electorado antiperonista como la única opción disponible para el ansiado aniquilamiento del kirchnerismo.
Consiguió así los máximos objetivos que se había planteado. Lo que sirvió de palanca al presidente para la convocatoria a pintar de violeta (el color de LLA) a todo el país.
El fracaso electoral de Pro tiene que ver con haber acompañado a LLA en casi todas las votaciones en el congreso nacional. Y haber manifestado su identidad ideológica con el gobierno con el solo matiz de la preocupación por las instituciones republicanas.
Esto último teñido de inverosimilitud ya que el partido de Mauricio Macri se acordó del tema sólo después de ser cómplice del otorgamiento de facultades extraordinarias al presidente. Y de no oponerse a su política represiva y amenazante. Un “republicanismo” demasiado selectivo. El electorado conservador optó por la vertiente más radical. La “moderación” lo dejó sin incentivos gravitantes para elegirla.
Las políticas antipopulares del gobierno no han golpeado aún sus posibilidades electorales, al menos no en una proporción sustancial. Tal vez el descenso de la inflación desde los niveles altísimos que venía hasta los primeros meses de 2024 sea un aliciente para amplios sectores de la población a la hora de respaldar con su voto a LLA. Una sensación de “estabilidad” en los precios que va acompañada por cierta permanencia de la cotización del dólar.
El resultado hasta ahora es que se acentúa el predominio de la ultraderecha. LLA no se ha derrumbado en el ejercicio del gobierno ni padece ineptitudes en el terreno electoral.
Desinterés y festejo
El ascenso del desinterés ciudadano hacia los comicios ha ido en paralelo con la convalidación del rumbo del gobierno por un distrito que a menudo anticipa la dirección de los resultados electorales en todo el país.
En la vereda de enfrente no se marcó una perspectiva clara. El kirchnerismo presentó una propuesta de apariencia prolija y moderada, se supone que apta para el paladar del electorado porteño. No apasionó a nadie y quedó en los promedios históricos del peronismo en la ciudad.
La izquierda superó por poco el 3%. Retuvo una banca. Y no se alzó hasta los mejores niveles de su actuación en el distrito. No hay mucho para celebrar en ese ámbito.
La democracia representativa ha dado un paso adelante en materia de la decepción con un sistema que no ofrece más que un conjunto de rituales de menguante legitimidad.
El pronunciamiento por la antipolítica es ahora superado por el favorable la no política. No molestarse en emitir el sufragio. Un no sabe/no contesta institucionalizado.
Las “fuerzas del cielo” no tienen todavía rivales eficaces en el terreno electoral. Y a favor de esa vacancia se aprestan a proseguir y profundizar la reestructuración regresiva de la sociedad argentina
Hoy subieron los bonos y las acciones. Los dueños del capital están en una hora de festejo.
Huella del sur / 19-05-2025