Unión Europea – Mercosur: ¿Qué se está negociando?

 

Entre el 20 y el 24 de marzo se desarrollará en Buenos Aires un nueva ronda oficial de negociaciones del Mercosur con la Unión Europea (UE) “Se trata de un acuerdo de libre comercio, pero incluye diálogo político y cooperación en varias áreas, para ir hacia una asociación estratégica y regional” ha afirmado el embajador Daniel Raimondi, subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur de la Cancillería, uno de los encargados de las negociaciones.

Los mega acuerdos y sus amenazas para América Latina

 

En las décadas recientes, se ha acentuado la tendencia a negociar acuerdos entre grupos de países y, de esas negociaciones, las más significativas, por la magnitud económica y peso político de los participantes, son las referidas al Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP por sus siglas en inglés, negociado entre EE.UU. y la Unión Europea) el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, con participación de 12 países, tres de ellos de América Latina1 ), y el Acuerdo sobre el comercio de servicios (TISA, con participación de 50 países, siete de ellos de Amé- rica Latina2 ), que se conocen como “mega acuerdos”, en todos los cuales la negociación ha sido secreta.

EEUU-UE: ¿Adios al TTIP?

 

Las objeciones que hoy señala el gobierno francés frente al TTIP tienen que ver con la falta de transparencia en las negociaciones, así como con los temas de solución de controversias (en paneles de arbitraje privado), medio ambiente y salud pública. Es posible que el gobierno francés esté endureciendo el tono frente al TTIP por la presión que enfrenta de cara a las elecciones presidenciales de 2017. De cualquier modo, rechazar el TTIP es un paso en la dirección correcta. 

Otra Europa

La Europa monetaria ha fracasado. La Europa del euro, sometida al neoliberalismo globalizador más radical, ha sido incapaz de construir una unión política, social y económica, que estuviera a la altura de la excelente Carta de Derechos Fundamentales que alumbró el año 2000.

Estaba claro que el cortoplacismo económico y el sometimiento a los mercados llevaba a brotes neofascistas, xenófobos, fanáticos, aislacionistas… El resultado de las elecciones recientes en Austria, los adictos a Le Pen en Francia, la ultraderecha en Suecia –que contrasta todavía más con su pasado-… todo auguraba –los PIGS; la desfachatez de nombrar gobiernos sin urnas en Italia y Grecia, cuna de la democracia; el absurdo seguimiento de los grupos plutocráticos (G7, G8, G20) en lugar de fortalecer un sistema multilateral democrático; la sustitución de los valores éticos por los bursátiles; la deslocalización productiva guiada por la codicia; la tibieza institucional y moral frente al derecho al asilo y la ayuda al desarrollo…- lo que ahora parece sorprender a la mayoría de los líderes europeos.