Las dos puntas: la Argentina entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico

 

Con el cambio de gobierno se comenzó a experimentar también un viraje en la política exterior y sobre todo en lo referido a las alianzas regionales. Con un Mercosur frenado, la Argentina inició su proceso de acercamiento a la Alianza del Pacífico como Estado Observador. ¿Qué implicancias tiene esto para nuestro país? ¿Cuáles son las verdades intenciones del gobierno en este movimiento? ¿Estábamos realmente alejados de las economías del Pacífico?

Mitos del Pacífico

En la IV Cumbre de la Alianza del Pacífico, constituida en 2011, el presidente mexicano Felipe Calderón definió abiertamente los objetivos geopolíticos confrontacionales que perseguía el nuevo agrupamiento: “En América Latina creamos la Alianza del Pacífico entre México, Colombia, Perú y Chile e invitamos a otros jugadores.

“Estados Unidos quiere bases en Ushuaia y en la Triple Frontera”

¿Hay un patrón común que una la política desplegada por Macri y el golpe en Brasil?

–Sí. Hace mucho tiempo que los Estados Unidos buscaban un cambio de régimen en la Argentina y Brasil, dos países que en el 2005 frustraron la conformación del Area de Libre Comercio de las Américas. Procuraron hacerlo por vía electoral. Alcanzaron su objetivo en la Argentina con la victoria de Mauricio Macri. En Brasil no. Dilma Rousseff venció, aunque por pequeña diferencia de votos, el candidato neoliberal Aécio Neves. Pero la crisis económica, la recesión agravada por los errores políticos de la presidenta Dilma Rousseff, la caída de su popularidad, las denuncias de corrupción en la Petrobrás, etcétera, crearon el clima para que la oposición pudiera promover el proceso de impeachment, que todavía debe ser confirmado por el Senado. Sin embargo, el gobierno del presidente provisorio Michel Temer desde luego pasó a actuar como definitivo y a desarrollar una política para atender a los intereses de Washington y Wall Street.

Integración a la Macri

Los realineamientos geopolíticos, e incluso la posibilidad de una reformulación profunda de la integración regional, han dejado de ser un fantasma invocado por antiimperialistas alucinados para convertirse en una alternativa cierta. Sobriamente pero sin dudarlo, el gobierno macrista decidió reconocer al nuevo presidente brasilero, Michel Temer, descartando en el camino otras opciones posibles: podría haberse sumado a Venezuela, Ecuador y Bolivia, que calificaron de “golpe de Estado” el impeachment a Dilma y se negaron a aceptar al nuevo presidente.