Caídos del mundo

En materia de política exterior existen dos percepciones aglutinantes. Una refiere por derecha a la idea de “Argentina caída del mundo”, otra; por izquierda, remite a una presunta “decadencia de Estados Unidos”.

La primera presupone que “el mundo” se recorta en el imperio estadounidense y sus satélites europeos. Su propuesta de economía política es la del “desarrollo dependiente”.

A dónde vamos

La gran discusión de Keynes en 1925 fue contra el sentido común del Tesoro británico, y los políticos, que querían regresar la libra esterlina a su paridad de antes de la Primera Guerra Mundial, y con eso al patrón oro. En ese momento, con el tipo de cambio flotante a $4.44 por libra, el debate era si devaluar la libra a $3.60 por Libra o revaluarla y restablecer la paridad de preguerra de $4.86.

La ilusión de escoger la fuente informativa

Uno de los argumentos más sistemáticamente utilizados por la oligarquía de Estados Unidos para la defensa del sistema social capitalista que pretende expandir por el mundo en beneficio de sus intereses de dominación global es el derecho de opción informativa de que –argumentan- disfrutan los ciudadanos norteamericanos. Esa ilusión suscitada por la propia oligarquía pretende ignorar el riguroso control sobre los medios que en Estados Unidos ejerce un conglomerado de consorcios financieros.

Cuba es humanidad

Entre los muchos problemas que enfrentamos a nivel mundial se encuentra el fin del cruel bloqueo de Cuba por Estados Unidos –un bloqueo que duró más de cincuenta años-. La reanudación de relaciones diplomáticas, familiares, turísticas, comerciales, culturales y financieras entre ambos países nos provoca una mezcla de júbilo por el cese de la agresiva medida y una natural preocupación sobre la mejor forma de seguir construyendo y luchando por la libertad, el socialismo y la emancipación.

El disruptivo que expone a los políticos cruzó el último límite

Estuve dudando de empezar a escribir sobre Donald Trump. Me preocupaba que pudiese escribir algo que lo pusiera loco y que mandara uno de sus cáusticos tuits de medianoche sobre mí, algo así como "Empezó siendo un 3. Ahora es un 1".

Eso me molestaría, por supuesto. Y también me aliviaría no haberme sacado un 0. Pero conozco a Trump desde hace mucho. Así es como él se refiere a las mujeres. Todavía recuerdo cuando dio la triste noticia de que Heidi Klum ya no era una mujer 10.

Setenta años después de Hiroshima, Japón llama a eliminar los arsenales nucleares

"Como único pueblo atacado por una bomba nuclear, tenemos la misión de conseguir un mundo sin armas nucleares." El primer ministro japonés, Shinzo Abe, renovaba ayer así el compromiso de su país contra ese armamento, en la ceremonia para conmemorar el 70° aniversario del lanzamiento contra Hiroshima de la bomba atómica.

Hiroshima, 70 años

Son las ocho de la mañana de un soleado 6 de agosto de 1945. Todo parece normal. Pero a los pocos momentos los sueños, los juegos, los descansos, el trabajo, los paseos, se mudan en una horrible foto fija para siempre. Las oscuras entrañas del Enola Gay vomitan destrucción que irradia el corazón de la bomba atómica. Los 140.000 muertos y más de 360.000 heridos conforman una tremenda torre-homenaje al sinsentido humano. El escenario de horror y muerte que siguió a la explosión no sirvió de arrepentimiento para los más del 50% de estadounidenses que siguen opinando positivamente sobre la necesidad de tal determinación. Los fantasmas que sobrevivieron al holocausto, en aquellos terribles momentos, y los que todavía hoy padecen las secuelas, deberían ser un toque de atención para que la humanidad reflexione a dónde puede llevarnos la locura de unos pocos.

La vida después de Hiroshima

El 6 de agosto de 1945 sus vidas cambiaron. Ese día, a las ocho en punto de la mañana, el Enola Gay, un avión estadounidense, lanzó una bomba atómica sobre Hiroshima. 70.000 de los casi 350.000 habitantes de la ciudad japonesa murieron en el acto, otros 70.000 fallecieron después por los efectos. Muchos de los supervivientes —a los que en Japón se llama hibakusha— son aún incapaces de contar sus experiencias o prefieren pasar desapercibidos, temerosos del estigma que durante largo tiempo rodeó a las víctimas de la radiación. Otros se convirtieron en activistas, deseosos de dejar su testimonio para que el horror no caiga en el olvido. Estas son algunas de sus historias.