A dónde vamos

Oscar Ugarteche
La gran discusión de Keynes en 1925 fue contra el sentido común del Tesoro británico, y los políticos, que querían regresar la libra esterlina a su paridad de antes de la Primera Guerra Mundial, y con eso al patrón oro. En ese momento, con el tipo de cambio flotante a $4.44 por libra, el debate era si devaluar la libra a $3.60 por Libra o revaluarla y restablecer la paridad de preguerra de $4.86.

La revaluación de 10% para Keynes significaba una pérdida de salarios si se deseaba mantener a Gran Bretaña competitiva en sus exportaciones. Eso significaba que los salarios de los mineros del carbón, que determinaban el costo de la energía, debían de bajar. Las consecuencias de eso, para Keynes, estaban claras: una gran protesta social (que fue el paro general de 1927) y una tendencia deflacionaria (que ocurrió de 1929 en adelante). Menos consumo presiona a menores precios lo que impide una tasa de retorno adecuada del capital o puesto de otro modo, impide la reproducción del capital.

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América Latina en movimiento (ALAI) - 15 de octubre de 2015

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