Bullrich y la Argentina de Melconian

Omar Miliano, Carlos A Villalba


Habían pasado casi cuarenta años desde que el contador y sus colegas se encontraron en un galpón del barrio tanguero de Pompeya, convertido en diario, con el periodista que, poco amable, se enojó con los de seguridad porque dejaban entrar a unos "tipos de sobretodo y portafolio" igualitos a los “servicios”.

En los primeros meses del retorno a la constitucionalidad en la Argentina, la “mano de obra desocupada” trataba de “blanquearse” de manera desesperada; enviaban a las redacciones informes muy documentados y prolijos, hasta con planos, sobre campos de concentración montados por la dictadura cívico militar, incluso paraderos de supuestos “desaparecidos que están vivos”. El diario La Voz, un emprendimiento en el que confluyó Montoneros con Vicente Leonidas Saadi e Intransigencia y Movilización Peronista fue el medio que se destacó desde 1982 por investigar y denunciar las violaciones de los derechos humanos, el plan sistemático del genocidio dirigido por el ex general Jorge Videla, la destrucción del aparato productivo nacional y el endeudamiento externo ilegítimo, encabezado por José Alfredo Martínez de Hoz, verdadero jefe de aquel proceso.

La charla fue convirtiéndose en algo fluido, los muchachones de “breto” endulzaron los oídos del escriba: “nos pareció muy bueno, bien documentado, el suplemento sobre ´La Deuda de la Oligarquía´ que publicaron hace poco, por eso vinimos. Fuimos y somos inspectores de la deuda externa de la dictadura y tenemos los papeles que prueban las irregularidades cometidas, desde los dobles asientos hasta los autopréstamos”. Terminaron de conquistar al cronista, periodista al fin, con la promesa de entregarle pruebas de cómo el Jefe del Departamento de Deuda Externa de la Gerencia de Estudios y Estadística del Sector Externo del Banco Central de la República Argentina (BCRA), a quien le correspondía la tarea de aprobar las conclusiones a las cuales arribaba el Cuerpo de Inspectores de Cambio, ignoraba esos informes, que confirmaban falsas declaraciones ante el Registro oficial sobre montos, procedimientos, cantidad de operaciones y hasta legalidad de su endeudamiento.

Ese funcionario, un joven de 28 años, hincha del Racing Club de Avellaneda, cumplió una tarea sumamente importante para los Grupos Económicos de la Oligarquía, tirando el cesto de lo inservible las pruebas que recibía, convalidando, es decir, dándole legitimidad, a irregularidades por miles de millones de dólares. Coronó su tarea con el informe 480/161 de 1986, en el que pidió la anulación de la investigación de la deuda externa privada, contraída en el tramo final de la dictadura cívico-militar. Se llamaba, igual que ahora… ¡Carlos Alberto Melconian!

⏬ DESCARGAR INFORME COMPLETO

 

19 de octubre de 2023

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