Balance 2014 con inflación en baja y suba de reservas

La mayoría de los datos de la economía nacional indican que 2014 ha sido un año de amesetamiento de la producción, con sectores que han evidenciado aumentos y otros, disminuciones; en muchos casos las producciones sectoriales crecieron durante algunos meses y se redujeron en otros. Estos comportamientos no han permitido identificar una tendencia clara para la economía, y de allí la designación de esta evolución como "amesetamiento". De hecho, el PBI para todo el año 2014 arrojaría una variación cercana al 0% comparado con el año anterior.

El costo de vida

En la teoría económica, el principal componente del costo de la vida son los alimentos, es más, los economistas llamados clásicos (Adam Smith, David Ricardo, James Stuart Mill, y otros) hablaban de la ley de bronce del salario que es el valor de los alimentos, por eso, por ejemplo, David Ricardo igualaba al salario al costo del trigo, e infería que si se bajaba el costo del trigo (alimento) podrían bajar los salarios, que era la base para hacer un país industrial transfiriendo recursos de la tierra y del trabajo.

Pero para la Argentina la situación fue distinta. En primer lugar no somos un país pobre, al contrario, pero sí se tiene una injusta distribución y apropiación de lo que se produce, eso explica, por ejemplo, que produciendo granos por más de 100 millones de toneladas por año, capaz de alimentar más de 400 millones de personas, siendo un poco más de 40 millones de habitantes, tenemos parte de la población que no consume los alimentos necesarios para vivir.

Los “agronegocios”, el control del dólar y las amenazas a la soberanía económica de la Argentina

A diferencia de otros países de América Latina, la historia económica argentina presenta como uno de sus rasgos más distintivos la periódica aparición de restricciones en el sector externo ocasionadas por la escasez de dólares para sostener las necesidades de la importación y, en mucho menor medida, el ahorro de las capas medias.

Sólo con políticas activas

La economía argentina mantiene la tendencia al amesetamiento iniciada a mediados de 2013 con sectores que están aumentando su producción y otros que evidencian retrocesos. La industria muestra una tendencia declinante, pero resulta muy difícil evaluarla como un todo, ya que cada sector manufacturero tiene sus propias características. Los aumentos salariales otorgados a partir de la firma de las paritarias, sumados a una morigeración de los aumentos de precios, tenderá a generar una mejora en el consumo, que se vio afectado en los últimos trimestres. La economía está funcionando con capacidad instalada ociosa, fruto de estos años de importante inversión, por lo cual debería responder a los estímulos de la demanda sin impactar en los precios.

El alimento es una mercancía

La economía mundial está regida por mercados cada vez más globalizados donde los “valores” se mueven con objetivos que poco se corresponde con el desarrollo humano; la tierra, el agua, los combustibles, los minerales, las armas y los alimentos son parte de similar lógica.

Crece la oferta mundial de alimentos y se magnifica la especulación con los precios para su producción y consumo, mientras casi 1000 millones de personas sufren hambre y desnutrición; a esta “crisis” alimentaria se suma a la crisis financiera post 2008, la crisis energética y la Climática Global. Una profunda e inédita crisis -la mayor en la historia del capitalismo mundial- que abarca todos y cada uno de los ámbitos de la economía y la cultura, la alimentación, el trabajo, el ambiente, la política, la ética, las instituciones. Una “crisis civilizatoria”, para algunos pensadores.

El desafío energético

La energía es clave para el desarrollo de un país. Es el torrente sanguíneo de su economía, el motor de toda transformación, el insumo crítico para el crecimiento, el núcleo duro de la evolución. De hecho, cada tipo de sociedad desde los cazadores-recolectores hasta las comunidades agrícolas o las economías modernas de la era industrial podrían definirse a partir de la energía utilizada y la tecnología disponible para transformarla. En Argentina, la matriz energética está dominada en un 85% por hidrocarburos, de los cuales YPF es la principal productora, con una participación que supera el 35% del mercado de petróleo y gas.

La EPD

Las tensiones en el frente cambiario y financiero son expresiones de un debate medular que recorre la historia económica local referido a las características del desarrollo. Es una cuestión ocultada por análisis de coyuntura confundidos entre deseos de fracaso político, ideología conservadora y realidad económica. El Gobierno ha tenido un mensaje elocuente sobre el objetivo de industrialización con más empleo e inclusión social, que puede exhibir en robustas variaciones positivas a lo largo de su ciclo político. Pero no ha tenido una estrategia articulada para enfrentar las consecuencias de ese crecimiento, teniendo en cuenta la existencia de una Estructura Productiva Desequilibrada (EPD). Esta se encuentra en la base del desarrollo nacional y se hace visible cuando irrumpe lo que se conoce como restricción externa. Esto es, la escasez de divisas para abastecer a esa industria demandante de crecientes insumos importados y el aumento del consumo doméstico por el alza de ingresos, que incrementa la compra de bienes suntuarios (autos de mediana y alta gama, electrónica de última generación y turismo al exterior).

Keynes, Minsky, Palley: determinación y financiamiento de la inversión, y redistribución del ingreso

El trabajo reúne tres grandes desarrollos en la macroeconomía: la Eficacia Marginal del Capital, de Keynes, que establece el volumen de inversión que desean las empresas; la Hipótesis Financiera de Minsky, que indica cuánta inversión en definitiva se puede financiar; y los Aspectos Redistributivos en la determinación del ingreso, que es una antigua preocupación de los clásicos, revalorizada por Palley. Por otra parte, el trabajo apunta, conforme la propia preocupación de este último autor, a reunir estos tres grandes lineamientos en un único marco analítico.

Base y punto de partida

“Al mismo tiempo que procuraría una tasa de inversión controlada socialmente con vista a la baja progresiva de la eficiencia marginal del capital, abogaría por toda clase de medidas para aumentar la propensión a consumir, porque es improbable que pueda sostenerse la ocupación plena, con la propensión marginal existente, sea lo que fuera lo que hiciéramos respecto a la inversión. Cabe, por tanto, que ambas políticas funcionen juntas – promover la inversión y al mismo tiempo, el consumo, no simplemente hasta el nivel que correspondería al aumento de la inversión con la propensión existente del consumo, sino a una altura todavía mayor” John M. Keynes – “La Teoría General de la Ocupación, el Interés, y el Dinero” Fondo de Cultura Económica. Ed.2008

La frase pertenece al libro citado que se publicó en enero de 1936 como respuesta a la crisis del año 1929. El mérito innegable del autor es que, en lugar de analizar la economía desde la tasa de ganancia de las empresas, volvió al origen de la ciencia que consiste en ver la economía como un todo, y con ello, John M. Keynes se da cuenta de la imperiosa necesidad de la intervención estatal que permita igualar la demanda con el producto.