Castillo lapidó la promesa de poner fin a la corrupción y al neoliberalismo

El viernes en la noche, en medio de la crisis política más profunda de su gobierno, el Presidente Pedro Castillo anunció la recomposición de su tercer gabinete de ministros presidido por Héctor Valer, un congresista electo por el ultraderechista partido Renovación Popular, acusado de violencia familiar contra su esposa ya fallecida e hija.

¿Qué más se puede esperar de la derecha peruana?

La victoria de Castillo ha sido un duro golpe para la clase política peruana y una bofetada para la elite. Desde que se conocieron los resultados el fujimorismo se mostró desesperado, llegando a apelar a toda clase de recursos para desconocer el voto popular: todo tipo de denuncias de fraude e impugnación de actas –el 90% declaradas infundadas-; la infiltración de personajes afines en el Jurado Nacional de Elecciones para ralentizar el proceso de proclamación; una campaña absurda de miedo al comunismo; y la apelación a organismos internacionales.

Destinos desiguales

"El votante de Pedro Castillo no ve en él a un comunista que va a llevar al país a la ruina, encuentra en su candidatura la posibilidad de que las cosas cambien, de que el estribillo de que somos un país rico se traduzca en su vida diaria y no se quede en los informes del BCR".