El acuerdo con la Alianza del Pacífico y los intereses en juego

El Mercosur es un mecanismo abierto a relacionarse con todos los bloques económicos y comerciales del mundo de manera que no hay ningún tipo de contradicción”, dijo el canciller venezolano Elías Jaua a los periodistas, al ser consultado el pasado lunes 28 sobre la confluencia con la Alianza del Pacífico. “Sin embargo, la resolución más importante de esta cumbre (…) es crear ya los mecanismos para promover la constitución del espacio económico y complementario con el Caribe”, agregó Jaua, al concluir la reunión de cancilleres preparatoria a la cumbre en Caracas.

El Tratado de Libre Comercio UE-Mercosur

En la Decisión 45 de su Declaración Final, la 46ª Reunión Cumbre de Presidentes del Mercosur se limitó a registrar que “(Los países miembro) reiteran la importancia de las negociaciones del Acuerdo de Asociación Mercosur-Unión Europea (y) manifestaron (…) la expectativa de que, una vez que la Unión Europea concluya las consultas necesarias para la presentación de su oferta, se fije fecha para el intercambio de las respectivas propuestas, (…)”. Detrás de la constatación se esconden graves diferencias políticas internas sobre la cuestión.

El Mercosur oscila entre la integración y el libre comercio

La primera cumbre del Mercado Común con cinco miembros reafirmó su unidad política, pero subyace la contradicción entre las diferentes estrategias de desarrollo en su seno a partir de estructuras económicas disímiles.

La 46ª Reunión Cumbre de los países del Mercosur que sesionó en Caracas el pasado martes 29 se caracterizó a la vez por una fuerte demostración de unidad política y por no haber adoptado casi ningún acuerdo económico relevante. Las diferencias estructurales y coyunturales en el interior del bloque requieren una fuerte autoridad política, hoy ausente, que las compense y armonice. Encarar esta tarea es la responsabilidad que Argentina tiene en su presidencia pro témpore que dura hasta diciembre próximo.

El acuerdo de libre comercio que está a punto de ser suscripto entre el Mercosur y la Unión Europea

Argentina era el país más reticente a consensuar el acuerdo con la Unión Europea pero, evidentemente, decidió comulgar con Itamaraty"

El reloj de las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea marca casi dos décadas. Las aspiraciones de los dos bloques regionales para firmar un acuerdo de libre comercio que pueda surcar las aguas del océano Atlántico comenzaron en 1995. El inicio fue en paralelo con las frustradas negociaciones abiertas con los Estados Unidos para firmar el ALCA. Finalmente, según dejaron trascender en los últimos días las distintas Cancillerías del Cono Sur, la rúbrica del acercamiento sería inminente. De concretarse, los países de la Cuenca del Plata estarían materializando el pacto comercial más significativo de las últimas décadas.

Políticas productivas y competitividad industrial. El caso de Argentina y Brasil

La crisis europea nos está dejando un conjunto de lecciones que se vinculan, más allá del alto endeudamiento que muestran algunos países, con los problemas derivados de la falta de convergencia en materia de competitividad, lo que fue generando una profunda brecha entre las economías más fuertes y las más débiles. En todos los procesos de integración regional pueden existir mayores o menores diferencias iniciales entre los países que se integran. El desafío es, hasta qué punto la marcha de esos procesos contribuye a acercar los niveles de competitividad de esos países.

TLC entre la UE y Mercosur: ¿Por qué sólo los negociadores lo quieren firmar?

Un acuerdo de libre comercio (TLC) en las condiciones que ha venido planteando la Unión Europea (UE) para otros países (como Colombia y Perú) es totalmente contradictorio con los propósitos de desarrollo económico independiente que han proclamado en forma reiterada los gobiernos mercosureños, que rechazaron en 2005 la propuesta de un acuerdo similar, el ALCA con EEUU.

Petrodólares por principios

Paraguay convalidó el ingreso de Venezuela al Mercosur a cambio del trueque de su deuda petrolera por alimentos: Asunción y Caracas tienen más en común de lo que creen.

El presidente Horacio Cartes manifestó el jueves que ahora que Paraguay retorna al Mercosur y que el Congreso aprobó el ingreso de Venezuela, peleará “para que se revisen las resoluciones tomadas durante la suspensión que hubo tras el juicio político a Lugo en junio de 2012”. Entre tanto, el mandatario criticó el desopilante consejo de los ex-cancilleres que lo asesoraron para que Paraguay volviera al bloque regional, sin reconocer la afiliación de Venezuela efectivizada en junio de 2012: los “expertos” le habían aconsejado que Venezuela saliera “por un ratito” y esperara a que Paraguay votara su ingreso. A pesar de reconocer el absurdo de su posición de hace todavía un mes, el presidente intentó salvar la ropa negando que el giro de 180 grados que su gobierno y el Partido Colorado dieron tuviera que ver con la negociación de la deuda de Petróleos del Paraguay (Petropar) con Pdvsa por 300 millones de dólares. Del ridículo es difícil volver.

El multilateralismo revive y la integración de Sudamérica avanza

La integración económica regional parece haberse convertido en el tema actual cuando el 28 de noviembre los ex Presidentes de Brasil y de Chile, Luiz Inácio Lula da Silva y Ricardo Lagos, en el marco del Seminario internacional Desarrollo e Integración de América Latina en Santiago, llamaron a dar un salto cualitativo en la integración de la región.

Para Lula, América Latina hoy encuentra la oportunidad de “hacer todo lo que no se hizo en los últimos diez años”(1). Lula acierta en destacar que uno de los puntos de conflicto que más ha entorpecido la integración regional es la política. Mientras no haya convicción política por parte de los gobernantes, dice él, no podrá llegarse a la integración.

Alianza del Pacífico esconde intereses geopolíticos de Estados Unidos

Más que una alianza comercial es una alianza geopolítica. En el océano Pacífico están todos los países que se escapan a la hegemonía de los Estados Unidos, que indudablemente es la cabeza de esta alianza conducida por el sector neoliberal más extremo.

La organización referida, que aglutina a Chile, Colombia, México y Perú, que pretendería tener solo bases comerciales, esconde intereses geopolíticos de los Estados Unidos, en su aspiración a contener el fuerte ingreso comercial y financiero de China en la región, y en menor medida, de la Federación Rusa.