Más diferencias que consensos en Río

Todo indica que la ronda preliminar, que debía terminar hoy, continuará el fin de semana. El centro de la polémica es con qué recursos se financiará la propuesta de impulsar “economías verdes”. Tras el segundo día de reuniones preliminares de la Conferencia de las Naciones Unidas Río+20, sobre Desarrollo Sostenible, no se logró consenso aún sobre el 75 por ciento del documento final. Uno de los puntos centrales de divergencia es de dónde saldrán los recursos financieros y técnicos para solventar la polémica propuesta de impulsar una “economía verde”. Hubo progresos, pero los desacuerdos siguen siendo grandes, y el reloj empezó su cuenta regresiva con vistas a la cumbre de jefes de Estado que se desarrollará entre el miércoles y el viernes de la semana próxima. Quienes sí manifestaron acuerdos son las counidades indígenas, participantes de la Cumbre de los Pueblos que se desarrolla en forma paralela en Río de Janeiro. “Que nos dejen vivir en paz”, pidió un cacique de la etnia caiapó. Unos 1600 aborígenes llegaron a esa ciudad para participar de la cumbre alternativa. La serie de tres días de reuniones preparatorias, que finaliza hoy, todavía no logró consenso sobre varios temas. La principal diferencia se expresa en cuáles son los medios financieros y tecnológicos para impulsar el giro del modelo de desarrollo hacia una “economía verde”, sostuvo el coordinador brasileño, Luiz Figueiredo. “Si las negociaciones no terminan hoy, Brasil, como presidente de la conferencia, asumirá la coordinación y buscará encontrar puntos de convergencia entre las posiciones”, afirmó. Es probable que las negociaciones deban continuar el fin de semana o, inclusive, prolongarse hasta el inicio de la conferencia de jefes de Estado y de gobierno, el próximo 20. Figueredo dijo que mantiene esperanzas de que el documento esté listo hoy, pero advirtió que eso no será posible sin un acuerdo sobre la financiación y la transferencia de tecnología para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que serán fijados para 2015-2030. “Para cualquier recomendación de acción, es necesario que esté en claro qué medios están a la disposición de los países para implementarlas”, opinó. El embajador admitió que la crisis que afecta a las economías de los países desarrollados redujo su disposición a financiar la transición hacia la “economía verde”. “Pero no podemos ser rehenes de una retracción generada por la crisis: estamos acá para pensar a largo plazo, y no en una crisis que en un año o dos podrá ser superada”, enfatizó. Las discrepancias que persisten en torno de un 75 por ciento del documento final de la cumbre también preocupan a la ONU, según afirmó el representante de la secretaría general, Nilchil Seth. “Hay que acelerar las cosas; tenemos sólo un día más y no es hora de debatir nuevas ideas, es hora de cerrar un texto”, dijo. Según el diplomático, tampoco se logra un consenso sobre el marco institucional que será encargado de monitorear el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a través de una “gobernanza” global: persisten divergencias en torno de la propuesta de la Unión Europea, apoyada por países africanos, de convertir el Programa de Naciones Unidas sobre medio Ambiente en una agencia independiente. También las potencias desarrolladas resisten la propuesta de los países del G-77 más China de crear un fondo de 30.000 millones de dólares anuales por las naciones industrializadas para financiar proyectos de desarrollo sostenible entre 2013 y 2018. Y el principio de “responsabilidad común pero diferenciada” entre países ricos y pobres también genera la resistencia de los industrializados.

Página/12 - Viernes 15 de junio de 2012

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