Los candidatos que vienen de atrás

Miguel Jorquera

Ante las postulaciones más conocidas de Mauricio Macri, Daniel Scioli y Enrique Olivera, empezaron a despuntar alternativas. Desde el oficialismo, el ex canciller Rafael Bielsa quiere dar batalla. En la UCR reflotaron al senador Rodolfo Terragno y el centroizquierda piensa en Carlos Heller y Claudio Lozano.

CARLOS HELLER O CLAUDIO LOZANO
Perfiles del Encuentro Progresista
Fuente: Página 12
Por Miguel Jorquera

Un año y medio después de su formación, el Encuentro de Rosario (ER) -que aglutina a dirigentes de todo el arco de centroizquierda- se debate entre el estancamiento, la propuesta de retomar la discusión programática y la diversificación de sus alianzas políticas. Todavía lejos de formalizar una "coalición partidaria y social a nivel nacional", la mayoría de sus integrantes comenzaron a perfilar estrategias frentistas propias en distintos distritos electorales. En Capital ya hay un sector del ER, que va desde pequeños comerciantes a los comunistas, que postula al banquero cooperativista Carlos Heller y otro que impulsa para la Jefatura del Gobierno porteño al economista Claudio Lozano, quien lanzará en mayo su propia agrupación con el respaldo de diversos grupos de la Central de Trabajadores Argentina (CTA) y la idea de armar un frente que "le cierre el paso a la derecha" que aspira a gobernar la ciudad.

"Primero tenemos que conformar un proyecto social abierto a todos los sectores democráticos de la ciudad. Después dirimir los cargos en forma popular y democrática, a través de internas abiertas para decidir quién encabeza la propuesta", dijo el diputado nacional Claudio Lozano a Página/12, para admitir que no descarta su candidatura a jefe de Gobierno porteño. A mediados de mayo, el legislador lanzará su agrupación "para buscar una confluencia política que le cierre el paso a la derecha en la ciudad de Buenos Aires".

Lozano es uno de los fundadores del encuentro rosarino y uno de los más persistentes en tratar de convertir ese espacio en el aglutinador de los sectores de centroizquierda. Aunque desde hace tiempo las agrupaciones porteñas de la CTA que lo respaldan insisten en que "es hora de salir al ruedo" para enfrentar distintas situaciones políticas y sociales, mientras se debate una estrategia frentista más amplia. Desde entonces, Lozano centró gran parte de su trabajo parlamentario en los temas de la ciudad.

"Después de octubre de 2005, con el avance de la derecha en las elecciones porteñas, está claro que con lo que hay en el movimiento popular no alcanza. Hay que barajar y dar de nuevo", sentenció el economista para graficar la dispersión del arco progresista y el "necesario" recambio de los candidatos que lo representaron en el distrito. Sin embargo, Lozano insiste en que el lanzamiento de su agrupación "es parte de una estrategia más general que incluye al ER".

Antes, otro sector surgido del propio Encuentro de Rosario ya había comenzado a trabajar para la candidatura porteña de Carlos Heller. El presidente del Credicoop fue otro de los fundadores del proyecto rosarino en nombre del movimiento cooperativo. Las buenas relaciones del banquero con sectores de la pequeña y mediana empresa urbana y agrícola lo potenciaron como un futuro candidato frentista y algunos de ellos le propusieron que encabezara la lista a jefe de Gobierno.

Entre quienes comulgaron con el respaldo a Heller también se encuentra el Partido Comunista, de lazos históricos con el movimiento cooperativo. "Heller es una posibilidad y una personalidad importante para el electorado porteño", reconoció a este diario el secretario general de los comunistas, Patricio Echegaray. Aunque el dirigente del PC prefirió abrir el juego a otras posibles candidaturas, como las del propio "Lozano y Víctor de Gennaro".

"Todavía no es tiempo de candidaturas, pero es el mismo Gobierno quien comenzó a instalar el tema y hasta se habla de adelantar las elecciones", dijo Echegaray, para argumentar que tampoco sería prematuro "comenzar a perfilar a los candidatos que surjan del ER", quienes necesitarán de un tiempo extra para darse a conocer ante los porteños.

Para el socialista bonaerense Jorge Rivas, "ambas propuestas (porteñas) son confluyentes y compatibles" dentro del espacio del ER, del que también forma parte. Consultado por Página/12, Rivas remarcó que el ER "todavía no discutió candidaturas, aunque a veces priman las urgencias de las organizaciones partidarias y sociales. Aunque lo importante es conformar el sujeto social que las sostenga".

Sin embargo, la Junta provincial del socialismo también comenzó una ronda de aproximación con otros sectores políticos bonaerenses con vistas a confluir en un frente programático y electoral. Ya hubo una reunión orgánica con la UCR provincial -de la que sólo la dirigente Margarita Stolbizer participa del ER- y seguirá con otras agrupaciones entre las que incluyen al ARI de Elisa Carrió y al intendente de Morón, Martín Sabbatella.

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RAFAEL BIELSA
Sólo cede ante Roberto Lavagna

Por Diego Schurman
No habrá acto de lanzamiento ni otro tipo de presentación oficial. No por algún impedimento sino por la propia decisión de Rafael Bielsa de buscar la Jefatura de Gobierno porteño en el 2007 caminando la ciudad y conversando con la gente en vez de hacer gala de grandes despliegues proselitistas. Lo único que -admite en la intimidad- podría frenar su aspiración es que el candidato oficial termine siendo Roberto Lavagna. "Si es él me pongo a su disposición", lo escucharon decir en las últimas horas sus laderos de siempre.

Bielsa está tan seguro de su decisión de entrar en carrera para la sucesión de Jorge Telerman que la respuesta que ofrece a cualquiera que le pregunte es la misma. "Apoyo a Kirchner, aunque Kirchner no me apoye a candidato a jefe de Gobierno." La frase no es novedosa. La pronunció el 8 de mayo del 2002.

Claro que desde entonces sucedieron muchas cosas. Fue canciller y dejó de serlo para encabezar la lista de diputados nacionales del kirchnerismo porteño. Salió tercero, detrás de Mauricio Macri y Elisa Carrió. Entonces, algunos sectores del PJ distrital cargaron en él responsabilidades y culpas.

En ese marco, Bielsa reconoce entre los suyos que no ha tenido contactos con Kirchner. Y que le gustaría conversar con el Presidente del mismo modo en que no desearía hacerlo con Alberto Fernández. Las cosas no quedaron bien con el jefe de Gabinete y titular del peronismo porteño.

Bielsa no quiere quedar "atrapado en un formato de campaña" -la frase, dicen en su entorno, es un textual auténtico del diputado- que lo obligue a desperfilarlo, como cree que sucedió en la última campaña proselitista. Las discusiones con Fernández fueron precisamente por varias desconexiones con el Ejecutivo, donde el verticalismo es norma.

Uno de los temas públicos que generó mayor fricción fue la postura de Bielsa en el caso Cromañón. El entonces canciller-candidato y su mujer, Andrea de Arza, estuvieron cerca de los familiares de las víctimas. El Gobierno creía conveniente mantener cierta distancia, sobre todo por el poder de lobby contra el ahora destituido Aníbal Ibarra, a quien la Casa Rosada buscó resguardar.

Bielsa está caminando la ciudad desde el 2 de enero. Lo hace con un bajísimo perfil, paciente y silencioso. Por estas horas -además de estar difundiendo sus propuestas sobre "salud", "producción", "poblaciones vulnerables" y "menores en riesgo"- está abocado a crear un espacio de reflexión, que llamará "Usina: La Porteña".

Dice que la gente que trabaja con él no es conocida y que por eso tampoco ofrece a nadie los nombres que integrarán su agrupación, la que -con o sin apoyo oficial- buscará hacerse fuerte en la ciudad. No obstante tanto hermetismo, sí se supo del apoyo de un hombre de constante y excelente llegada a Kirchner. Se llama Edgardo Depetri, secretario de organización de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y principal referente del kirchnerista Frente Transversal Nacional y Popular.

Depetri ingresó como diputado nacional en la lista bonaerense de Cristina Kirchner y ahora ejerce como presidente de la Comisión de Obras Públicas de la Cámara baja. Es en la geografía oficialista un hombre de estrecho lazo con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.

Bielsa admite su vínculo con Depetri. Pero jura y perjura que no ha tenido contacto directo con De Vido. En ese sentido, seguramente tampoco quiere comprar otra interna con Fernández. "El tema no es hacer daño, sino sumar al proyecto de Kirchner", señalaron cerca de Bielsa.

-¿Usted cree que alguien del Gobierno lo bendecirá? -le preguntó este diario a la fuente.
-Bielsa dice que no quiere ser candidato modelo cabina telefónica. Desde octubre a la fecha, él no piensa distinto del Gobierno de lo que pensaba antes. Además no se imagina a la Argentina gobernada por otra persona que no sea Kirchner.
El ex canciller sabe que Fernández está fogoneando a Daniel Scioli, pero también que falta mucho para el 2007. Si la Casa Rosada se termina inclinando por el vicepresidente, Bielsa irá de todos modos por las suyas. En cambio, distinto es el caso si Lavagna aparece en escena.

Bielsa y el ex ministro de Economía compartieron una comida en el Hotel Sofitel, de la calle Arroyo. El diputado se comprometió a ponerse a disposición de Lavagna en caso de que éste se decidiera por una candidatura porteña.
Habrá que ver si Kirchner se anima a convertir al "consultor externo" -como apodaba a Lavagna por sus recurrentes gestos de autonomía mientras era ministro- en "compañero candidato". Y, sobre todo, habrá que ver si Lavagna aspira a ser jefe de Gobierno. Y si aspira a serlo por el oficialismo. Las encuestas lo siguen mostrando primero, pero el ex ministro no habla. Mientras tanto, Bielsa sueña y no se baja.

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RODOLFO TERRAGNO
Un nombre para un nuevo frente

Por Eduardo Tagliaferro
-¿Está pensando aceptar la candidatura a jefe de Gobierno de la Ciudad?
-Lo que yo les pregunto a todos los amigos radicales que me dicen que soy el mejor posicionado como candidato a jefe de Gobierno es: ¿Quién es el candidato a Presidente? ¿Cuál es el proyecto nacional? Estoy convencido de que no hay solución local sin solución nacional, por eso les digo a los radicales que no busquen evasivas -dijo Rodolfo Terragno a este diario.

Distintos sectores de la UCR piensan que el senador es el mejor candidato para enfrentar, como parte de una amplia coalición en la que no descartan la participación del socialismo o del ARI, al referente de la derecha Mauricio Macri o al peronista Daniel Scioli, cuando haya que votar al nuevo jefe de Gobierno porteño en el 2007.
"Rodolfo es un buen candidato", admitió Raúl Alfonsín hace dos semanas, en una cena reducida que tuvo a Marcelo Stubrin y Mario Losada como algunos de los principales comensales. Para esa época, Alfonsín y Terragno ya se habían encontrado en el departamento del ex presidente en la avenida Santa Fe.

"Tiempo hay poco. Los candidatos ya están en la cancha. Creo que hay que tener conversaciones en sentido amplio con todos los sectores. Claro que quienes defendieron privilegios de algunos sectores sociales y quienes defendieron a la dictadura militar, quedan excluidos", señaló Terragno al pensar en la confluencia de sectores políticos que tendrían que coincidir en ese armado electoral.

Terragno no lo dice con nombre y apellido, pero cuando afirma que los candidatos ya están en la cancha, está hablando de Macri y de Scioli. En el Congreso es un secreto a voces que el liberal Federico Pinedo repite a unos y otros que hay que garantizar un éxito en la Ciudad con la candidatura de Macri. Claro que esto dependerá de la fecha de las elecciones. El 2007 es un año de renovación presidencial. Por ley de la Ciudad, las elecciones porteñas no deben coincidir con las nacionales. En el Senado tampoco hay muchas dudas sobre la candidatura de Scioli. "Cerré el tema con los dos y con Alberto Fernández", respondió el vicepresidente hace pocos días antes del comienzo de una sesión de la Cámara alta, cuando sus interlocutores le preguntaron si sería candidato por el peronismo en la Ciudad. Los dos no son otros que el matrimonio de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.

Ante esos candidatos, los radicales piensan que la candidatura de Terragno permite no sólo nuclear a un amplio espectro de fuerzas políticas, sino que además sintoniza con el perfil del electorado porteño. "Estamos en la búsqueda de una alternativa nacional. Estamos pensando en una futura coalición", comentó a este diario el radical porteño Juan Carlos Farizano, uno de los dirigentes más cercanos a Terragno. A la hora de esbozar ese armado, no descarta que de él participen "los socialistas, el ARI, gente de Aníbal Ibarra y del intendente de Morón, Martín Sabatella". Aunque los tiempos corran, Terragno insiste con que la participación del ARI depende de Elisa Carrió. "Yo no veo incompatibilidad entre las ideas del radicalismo, del socialismo o del ARI", señala el senador del bloque unipersonal autodefinido como radical independiente.

De acuerdo con la necesidad de un amplio armado, Alfonsín no aparece muy de acuerdo con las últimas definiciones de Carrió. En su círculo cercano comentan a este diario que "Alfonsín piensa que hay que poner el acento en la justa redistribución de la riqueza, por lo que el principal objetivo tiene que estar en una convocatoria progresista a los sectores de centro izquierda". Para Alfonsín, las instituciones no corren peligro, por ello hay que excluir a la derecha de cualquier convocatoria. "Su principal temor es que se repita una nueva Unión Democrática", dicen. Alfonsín también considera que "la UCR debe oponerse al gobierno pero no debe echar a los gobernadores en manos del oficialismo". En su encuentro con el ex presidente, Terragno consideró que "el problema de los gobernadores y de los intendentes no se soluciona con sanciones, sino por la identificación de éstos con un proyecto nacional". Más allá de las variables sin definición, Terragno no dijo que no será candidato.

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