Las reformas financieras que se están gestando y las que aún faltan

Carlos Heller
El sentido fundamental que tiene el proyecto del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) de reforma de la ley de la Carta Orgánica del Banco Central y de la ley de Convertibilidad –con media sanción en la Cámara de Diputados y pendiente de aprobación en Senadores–, es terminar con la idea de un Banco Central aislado, cuya única finalidad sea proteger el valor de la moneda, y romper con la visión nefasta de que las reservas de divisas que el país posee deben dedicarse a cubrir íntegramente la base monetaria. Una Carta Orgánica que adjudica como objetivos del Banco Central, además del fomento de la estabilidad monetaria y financiera, el desarrollo económico con equidad social. Pero hay un agregado no menor, y es que este fomento debe darse en el marco de las políticas establecidas por el Gobierno nacional, es decir, orientar sus acciones según los planes de la autoridad elegida por el pueblo.

La reforma impulsa la regulación y orientación del crédito, una reivindicación histórica de nuestro movimiento, así como la protección del usuario de servicios financieros (el mismo léxico utilizado en el proyecto de ley de Servicios Financieros) y la defensa de la competencia, cuestiones que, sumadas a las anteriores, desvelan a los cultores de la más rancia ortodoxia económica, que realizan discursos apocalípticos sin ningún argumento valedero científico o técnico.

A partir de un apoyo decidido al proyecto del PEN, puesto que transita el mismo camino que nuestras propuestas –aunque no las contempla en su totalidad–, en el debate en comisión hemos logrado modificaciones importantes vinculadas con nuestra visión, que se plasmaron en el dictamen de mayoría y que pasará a debatirse directamente en el recinto.

• Primero: se incorporó dentro de la misión del BCRA, «promover el empleo», algo que no aparece en la redacción original. Esta propuesta también fue impulsada por el diputado Héctor Recalde.

• Segundo: entre las nuevas funciones asignadas, como «regular la cantidad de dinero y regular y orientar el crédito» se incorporó la función de regular las tasas de interés, un tema crucial para la política monetaria.

• Tercero: también logramos que cuando el BCRA autorice la apertura de nuevas sucursales bancarias y otras dependencias, lo haga «propendiendo a ampliar la cobertura geográfica del sistema, atender las zonas con menor potencial económico y menor densidad poblacional y promover el acceso universal de los usuarios a los servicios financieros». Este es uno de los ejes del proyecto de ley de Servicios Financieros.

• Cuarto: en el proyecto original del PEN, se coloca una importante función del directorio en el inciso r) como lo es «Regular las condiciones del crédito en términos de riesgo, plazos, tasas de interés, comisiones y cargos de cualquier naturaleza, así como orientar su destino por medio de exigencias de reservas, encajes diferenciales u otros medios apropiados». Este artículo para nosotros es muy importante, pero es muy amplio, muy general, y no tiene en cuenta las diferencias de las pymes. Esta carencia fue planteada y logramos incorporar en el inciso w) lo siguiente: «Establecer políticas diferenciadas orientadas a las pequeñas y medianas empresas y las economías regionales».

Esta ultima modificación tiene un gran valor conceptual, puesto que hay que diferenciar el tratamiento de las grandes empresas que se financian en la metrópolis, respecto de las pymes, que poseen una problemática distinta y se financian y se radican, en buena medida, en las distintas regiones del país.

Todavía quedan caminos para avanzar por los que no transita el proyecto del PEN, entre ellos, la distancia que hay entre el podrá y el deberá. La iniciativa del Ejecutivo habilita al Banco Central a regular una gran cantidad de cuestiones en base a las cuales los bancos podrán hacer tal o cual cosa; mientras que nuestra iniciativa establece taxativamente lo que las instituciones deberían hacer.

Nuestra definición ha sido acompañar a este gobierno en todos los cambios positivos que ha implementado, pero también bregar porque los mismos se sigan intensificando, promoviendo cada vez más la profundización del modelo iniciado en 2003. Esta estrategia ha permitido que el proyecto del PEN capitalice muchas de nuestras propuestas, y la posibilidad de hacer importantes contribuciones en el dictamen de mayoría.

Estamos muy contentos por lo obtenido, pero vamos por más. Estamos estudiando presentar un nuevo proyecto para que tenga estado parlamentario, que desde luego tome en cuenta los avances producidos con la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, que contemple los cambios que a nuestro juicio todavía faltan, en concordancia con el millón de firmas que nos acompañan en esta gesta, y el acto reparador de derogar ley de Entidades Financieras que fue elaborada por la dictadura.

Revista ACCIÓN - Primera quincena de abril de 2012

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