La amenaza fascista

La escalada desestabilizadora que actualmente sufre la Venezuela bolivariana tiene un objetivo no negociable: el derrocamiento del gobierno de Nicolás Maduro. No hay un ápice de interpretación en esta afirmación. Fue expresada en reiteradas ocasiones no sólo por los manifestantes de la derecha sino por sus principales líderes e inspiradores locales: Leopoldo López y María Corina Machado. En algunas ocasiones se refirieron a sus planes utilizando la expresión que usa el Departamento de Estado: “Cambio de régimen”, forma amable de referirse al “golpe de Estado”. Esta feroz campaña en contra del gobierno bolivariano tiene raíces internas y externas, íntimamente imbricadas y solidarias en un objetivo común: poner fin a la pesadilla instaurada por el comandante Hugo Chávez desde que asumiera la presidencia, en 1999.

Ciencia y dictadura: producción pública y apropiación privada de conocimiento científico-tecnológico

La autora realiza aquí un muy documentado análisis histórico de la trayectoria del INTA, haciendo hincapié en cómo –durante la Dictadura de 1976-1983– junto a la introducción de mecanismos represivos, el INTA como institución pública dedicada a la investigación y experimentación en tecnología agropecuaria sufrió drásticos recortes y la pérdida de su autarquía financiera, con los consecuentes impactos negativos que limitaron su presupuesto, al tiempo que se producía una apropiación privada de su trabajo científico y técnico favoreciendo la consolidación de los sectores más concentrados del agro.

Edwards, El Mercurio y el golpe

Si bien en Estados Unidos la comisión bipartidaria presidida por el senador demócrata Frank Church determinó las implicaciones de la administración Nixon en diversos escándalos internacionales, incluido el asesinato del general en jefe del Ejército de Chile Rene Schneider en manos de la CIA y cómplices locales en 1970, en el país trasandino las responsabilidades civiles aún siguen impunes.

Chile 40 años: la osadía de Allende

Escribir sobre el Chile de cuatro décadas atrás es duro para los que de uno u otra manera estuvimos involucrados en ese tiempo. Hasta las personalidades más destacadas no podían hablar del tema. La última vez que me encontré con Clodomiro Almeyda, ex canciller y vicepresidente de la República, (a quien conocía de mucho tiempo antes de que fuera uno de los más destacados dirigentes del Partido Socialista, canciller y vicepresidente de Allende) compartimos varias horas de vuelo entre Santiago y Bogotá y luego una cena en el Hotel.

Don Arturo o la integridad en política

Artículo publicado el domingo 25 de Junio de 2006 en el periódico "Río Negro"El ex gobernador de Río Negro pasa revista en esta nota a la personalidad del presidente derrocado en junio del ´66, a quien conoció intensamente y a quien, con justa razón, define como uno de los argentinos más íntegros del siglo XX.

Illia tenía una peculiar idea del tiempo, de los ritmos de la historia, de los posibles escenarios del futuro, de la seducción que siempre tiene la urgencia del presente y de la distinción entre lo importante y lo superfluo, un rechazo tenaz a la "tiranía del instante". Acusado de lentitud e inoperancia, caricaturizado con la imagen de la tortuga, todo culminó en el acto vandálico del 28 de junio.
Por eso resulta sorprendente la cantidad de iniciativas importantes y los logros obtenidos en su breve administración.

50 años del derrocamiento del presidente guatemalteco Juan Jacobo Arbenz

A 50 años del golpe que derrocó al presidente Juan Jacobo Arbenz, a casi sesenta años del inicio de la Revolución de Octubre guatemalteca que quedó inconclusa, ni la democracia real, ni el respeto a los derechos humanos, ni el derecho a la autodeterminación reinan en Guatemala.

En la denominada “Operación Guatemala”, la oligarquía feudal, la Iglesia católica guatemalteca y la Frutera, varios de cuyos accionistas estaban instalados en el Departamento de Estado y en las bancas del congreso estadounidense, se unieron para abortar el proceso revolucionario en ese país.

Primera Plana: modernización y golpismo en los sesenta

Cuando el 28 de junio de 1966 las fuerzas armadas tomaron el poder en reemplazo del doctor Arturo Illia, los argentinos sabían que el general Juan Carlos Onganía sería el próximo presidente de la Nación. Conocían, tambien, muchos de los detalles del golpe civíco-militar que desde hacía varios meses de había vuelto inexorable. Toda la bibliografia sobre este tema adjudica ese conocimiento a una amplia campaña de acción psicológica que acompaño al golpe.
Varios investigadores identifican al semanario de información más prestigioso de aquellos tiempos, Primera Plana, como punta de lanza de dicha campaña. No obstante, estos trabajos sólo se limitan a repetir nombres de publicaciónes, o a citas algunos de los artículos mas significativos.

Del odio al amor y del amor al golpe de 1976. La Nación y el peronismo

El propósito central de este trabajo es reflexionar en torno del discurso del diario La Nación sobre el peronismo, la democracia y la “subversión”, atendiendo especialmente a la primera mitad del año 1975, período durante el cual se gestó una campaña de prensa que abonó el terreno para el golpe del 24 de marzo de 1976. A partir de 1943, La Nación se esforzó por combatir al peronismo, junto con la mayor parte de los sectores dominantes de la Argentina. En 1955, fue uno de los medios que más celebró el golpe de Estado que derrocó a Juan Domingo Perón. Más adelante, el matutino supo distanciarse de las posiciones golpistas que muchos sectores alentaban: durante el gobierno de Arturo Illia La Nación fue el único medio escrito importante que criticó la perspectiva de un golpe. Ya fracasada la autodenominada “Revolución Argentina”, el periódico tomó una actitud que hubiera sido inconcebible años atrás: pasó a apoyar abiertamente al tercer gobierno de Perón. Una vez muerto el líder justicialista, su discurso fue virando paulatinamente hasta recuperar hacia 1975 su antiguo eco golpista. Ese viraje estuvo relacionado con las concepciones de democracia subyacentes y con la evolución de las tensiones políticas y económicas que signaron el período, por lo que será necesario recorrer esos tópicos para explicar los cambios en el discurso del matutino y develar mediante qué mecanismos se buscó sostener desde sus páginas cierta coherencia ideológica.