“El Estado nos permite resistir la actual crisis global”

A diferencia de muchos de sus colegas, Ricardo Aronskind no soslaya el contexto global a la hora de hablar de la situación económica argentina. No es para menos, si se tiene en cuenta que luego de obtener su licenciatura en Economía por la UBA, cursó una maestría en estudios internacionales por la Flacso, para luego, desde la Universidad Nacional de General Sarmiento, coordinar el Programa de Seguimiento de la Crisis del Orden Mundial. Por eso, en la entrevista que mantuvo con Miradas al Sur, hizo referencia a la actual situación mundial para explicar el período de estancamiento por el que está atravesando la economía argentina. Según señaló “la incidencia global es hoy muy importante, hay que tener en cuenta que el índice de precios de las commodities llegó al mismo valor del 2002, es decir, al año previo a la llegada de los Kirchner al gobierno.

Cristina, Dilma y Christine

Parece una imagen vieja. Una foto ajada que se escapó del álbum de recuerdos históricos de la región. Revive como en un mal sueño de angustias pasadas. Pero no es una pesadilla ni un desagradable déjà vu, sino algo totalmente real y de estricta actualidad: volvió el Fondo Monetario Internacional, volvió a favor de un ajuste, y de un ajuste que ya está en marcha. No sucede en este país, pero sucede muy cerca y, sin lugar a dudas, va tener consecuencias sobre la Argentina.

Informe de Coyuntura Nº 16

A partir de la devaluación de comienzos del corriente año se percibe una caída de la actividad económica con un ritmo inflacionario elevado pero decreciente en el tiempo (cayó de un pico de 5,4% en febrero a 1,5% mensual en junio). Se recompusieron levemente las reservas internacionales y se registró un saldo comercial positivo (4.770 millones de dólares en el primer semestre según datos del Banco Central) aunque inferior al obtenido en años anteriores. Las abultadas importaciones de energía constituyeron una restricción significativa en este sentido que obedeció a la reducción de la producción interna a pesar del incremento de la producción de YPF.

Estancamiento prolongado o burbujas permanentes

La teoría economía dominante esta debatiendo si las principales economías capitalistas han entrado en un estado de "estancamiento prolongado". Como indiqué en una nota anterior, en la reciente conferencia especial de investigación del FMI, el ex Secretario del Tesoro y candidato fracasado a gobernar la Reserva Federal, Larry Summers, planteó el tema de si las economías se deslizaban hacia una inflación baja o incluso deflación, pesar de las tasas de interés bajas o nulas. Se preguntó si los ciclos de burbujas crediticias se habían convertido en una característica necesaria de las economías modernas para evitar la deflación.

Europa en riesgo de deflación

A nadie le gusta que suban los precios, pero hoy los 17 países de la Eurozona temen lo contrario: la deflación. En octubre, la inflación interanual se redujo hasta el 0,7 por ciento, el nivel más bajo desde 2009, muy lejos de la meta del 2 por ciento que tiene el Banco Central Europeo. Si a esto se le suma que, según los datos difundidos, el crecimiento descendió a un 0,1 por ciento, el panorama apunta a uno de los fantasmas más temidos: una combinación de estancamiento y deflación como la vivida por Japón desde principios de los ‘90. El Banco Central Europeo sorprendió a los mercados hace más de una semana bajando la tasa de interés de 0,5 a 0,25 por ciento, y dio un respiro a su sector exportador. Pero en entrevista con Página/12, Simon Tilford, subdirector del Centre for European Reform, en Londres, consideró que no será suficiente.

Achicados

Los resultados económicos al cierre de 2012 han sido francamente malos, a tal punto que el propio FMI y las calificadoras de riesgo –filosóficamente auspiciantes de las políticas contractivas– continúan ajustando para abajo sus pronósticos para 2013.

¿Llegó la era del estancamiento al capitalismo de EE.UU.?

Facebook, Twitter, smartphones, tablets, la nube de Internet. Mucha gente tiene la impresión de que ya no podría vivir sin los nuevos inventos de estos últimos años.

Pero en términos de su aporte a la productividad del trabajo y el crecimiento de las economías en el muy largo plazo, estas innovaciones de la llamada tercera revolución industrial (RI3) son una sombra del impacto que causaron en la historia económica las dos primeras. Y lo peor, sus efectos ya se agotaron.