El Grito de Alcorta, los chacareros y Vicentin

Omar Príncipe


Cátedra Libre "Ing. Horacio Giberti Venimos diciendo que el “caso Vicentin” abrió la cancha. La fuerza y el sentido que crecía con fuerza en la sociedad alrededor del alimento, se amplificó con la pandemia, y se masificó al invocarse la Soberanía Alimentaria (SA) como un elemento para avanzar en la intervención y eventual expropiación de la empresa. Dijimos entonces que entrábamos en aguas profundas, y la reacción de los poderes concentrados lo confirmó.

Se abrió una feroz disputa política y de sentido donde las organizaciones populares salimos con fuerza. La situación obliga a redoblar esfuerzos, y a profundizar otra reflexión importante alrededor de la SA, sobre cuál es el frente social para avanzar hacia ella; ahora que se comprende con total crudeza que hablar de SA implica también la construcción de la correlación de fuerzas para hacerla realidad.

El sector chacarero es parte de este camino, como se reflejó en el Foro Nacional por un Programa Agrario Soberano y Popular, y en una cantidad grande de iniciativas de lucha y denuncia, como el intento de modificación de la Ley de Semillas, donde la actual conducción macrista de la FAA abandonó la posición histórica de la Federación de defender el derecho al uso propio, y fue combatida por las Bases Federadas ante su genuflexión; en las iniciativas de comercialización de alimentos junto con las organizaciones campesinas como la que construyeron la UTT y FeCoFe, y también en el avance sostenido de experiencias de agroecología extensiva. Son muchos los puntos de encuentro y es importante que podamos avanzar sobre otros relacionados al modelo dominante.

Omar Príncipe fue presidente de la FAA entre 2014 y 2018, y comparte con nosotrxs estas reflexiones urgentes en un nuevo aniversario del Grito de Alcorta.

El Grito de Alcorta, los chacareros y Vicentín

Hoy, 25 de junio de 2020, se cumplen 108 años del Grito de Alcorta. Para los pequeños chacareros ese Grito es nuestro otro “grito sagrado”, nuestro propio “oid mortales”.

En 1912, como ahora, no había una sola voz en el campo. La nuestra fue la de los pequeños chacareros arrendatarios trabajadores de la tierra, pero fue tan fuerte que desde entonces se la reconoció como un Grito. En estos 108 años los chacareros nucleados en la Federación Agraria Argentina, fuimos consolidando una identidad propia, definida desde aquella primera huelga agraria histórica contra el poder de la oligarquía terrateniente.

Para qué se fundó la Federación Agraria Argentina?

Para que miles de chacareros dejen atrás la pobreza, la invisibilidad, la explotación, las profundas desigualdades a las que eran sometidos por los pocos dueños de la tierra, de los ramos generales, del comercio de granos y de los puertos. Para defender los objetivos plasmados desde entonces en nuestro estatuto, que son los que deben orientar nuestros posicionamientos actuales y accionar: la subdivisión de las grandes propiedades rurales que sean explotadas rentísticamente; que la tierra socialmente considerada constituya un elemento de trabajo y de progreso individual y familiar y motivo de bienestar para la comunidad; la Reforma Agraria integral con sentido nacional; la propiedad privada individual en función social de la tierra; difundir el cooperativismo y la mutualidad a efecto de que la riqueza se distribuya entre los individuos en justa proporción al esfuerzo realizado por cada uno para crearla; estabilidad para arrendatarios y aparceros fomentando las prácticas conservacionistas del suelo; establecer estaciones experimentales agrícolas y ganaderas, y semilleros.

En los años más recientes modificamos nuestro estatuto pero aquellos objetivos fundacionales jamás se pusieron en duda y por el contrario, reforzamos nuestra identidad incorporando: establecer una relación sustentable entre la producción y el entorno ambiental, velar por la férrea defensa de la soberanía argentina sobre todas sus áreas y recursos estratégicos; y sostener y afianzar el uso propio de la semilla y el mantenimiento de la amplitud genética, como vehículos para establecer y reafirmar la soberanía alimentaria.


Omar Príncipe, ex presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA)

A lo largo de su historia, la Federación Agraria Argentina siempre consideró el rol del Estado como estratégico para garantizar derechos, corregir desigualdades y generar oportunidades para los más débiles.

Ejemplo de ello es que solicitó que el Estado limite el acaparamiento de recursos naturales estratégicos y que garantice el derecho al acceso a la tierra; que esté presente en el comercio exterior; que establezca precios de referencia y precios mínimos sostén; que promueva el cooperativismo para tener un rol protagónico en el comercio y el agregado de valor; que otorgue créditos a plazos y tasas diferenciadas a los pequeños y medianos productores y sus cooperativas; que el sistema tributario sea segmentado y progresivo para que paguen menos los que menos tienen; que implemente una política de agricultura familiar; que cree un instituto nacional de tierras; que garantice el uso propio y gratuito de semillas y sancione los abusos de posición dominante.

Sostuvo también que son estratégicos el INTA y el INTI para el desarrollo nacional y soberano; que desde la década del 90 íbamos de forma acelerada hacia la concentración de tierras, la desaparición de chacareros y la expansión de un desierto verde; que ni las tierras ni el complejo agroexportador debían estar concentrados ni en manos extranjeras; que las chacras deben ser mixtas y producir una diversidad de alimentos sanos; que era un avance el concepto de seguridad alimentaria pero que era mejor aún el de soberanía alimentaria; que son necesarias las políticas públicas diferenciadas para generar igual de oportunidades; que es irrenunciable la defensa de democracia, de los derechos humanos y de la soberanía nacional.

Pero hay sectores del poder que insisten en convencer a los pequeños chacareros de que todo el campo es lo mismo, que el libre mercado y la propiedad privada son el bien supremo, el máximo derecho que garantiza la Constitución Nacional, que los empobrecidos, excluidos y desplazados son los responsables de las crisis económicas y sociales, que a la república se la defiende haciéndole los mandados a los mismos grandes propietarios que siguen siendo los dueños de la tierra y de los medios de producción y comunicación, o siendo condescendientes con quienes detentan el poder económico que garantiza la especulación financiera y la fuga de capitales.

Hoy, a 108 años del Grito de Alcorta, en un contexto excepcional de emergencia sanitaria causada por el COVID-19 (estando nuestro país en una profunda emergencia económica y alimentaria y mientras se renegocia la deuda externa) el gobierno nacional anunció su decisión de intervenir en la situación de quebranto que atraviesa la empresa agroexportadora Vicentín para garantizar que sus bienes no sean enajenados y que no quede en manos extranjeras, así como la continuidad de los puestos de trabajo y que más de 2000 productores y cooperativas cobren sus acreencias, entendiendo que es de interés público y que mediante la misma Argentina podría tener una empresa testigo en el comercio de granos, que cooperativas y productores sean beneficiarios y que contribuya a garantizar la soberanía alimentaria.

No es una época para permanecer en silencio, titubeantes y solapados mientras intereses ajenos a los nuestros ponen las consignas en las banderas de los chacareros, ni de dejar en libertad de acción a las bases y temer incomodar al poder. Falta el Grito de la Federación Agraria histórica para contribuir con claridad y propuestas, para honrar los principios que desde 1912 hemos defendido y en una acción decidida acompañar a las cooperativas agrarias federadas para que sean parte de una articulación junto al Estado, los trabajadores y los pequeños agricultores gestionando una nueva empresa en la cadena agroexportadora pero en función de los más genuinos intereses de la Patria: el empleo digno, la producción y acceso a los alimentos para el pueblo, el desarrollo nacional con sustentabilidad ambiental, social y económica, el resguardo de los bienes comunes y estratégicos de la Nación.


El Movimiento de Mujeres Agrarias en Lucha evitó cientos de remates durante el gobierno menemista

 

Huerquen - 25 de junio de 2020

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