La tercera guerra de Irak

El 11 de septiembre pasado –fecha más que simbólica– el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se dirigió a la nación para anunciar su nueva estrategia militar contra el Estado Islámico (EI) que, según él, representa una “amenaza para todo Medio Oriente”. Obama precisó que las fuerzas estadounidenses atacarían al EI “esté donde esté”, incluso en Siria (1). Esta nueva estrategia pasa por el lanzamiento de ataques aéreos “sistemáticos” contra los yihadistas (2), y el aumento del número de especialistas militares estadounidenses enviados a Irak para apoyar a las tropas iraquíes en cuestiones de adiestramiento militar, inteligencia y equipamiento.

EUA, en un balance de fuerzas más que inestable

La ofensiva militar de Barack Obama en Siria cubre dos dimensiones que pueden constituir una paradoja. Es el mayor ataque lanzado hasta ahora contra la banda del ISIS –que es el principal y más letal enemigo del régimen pro-iraní de Bashar Al Assad– a quien Washington pretende derrocar-. El hombre fuerte de Damasco celebró, con cierta ingenuidad, esa aparente contradicción por el beneficio que espera en el balance de fuerzas de la guerra que se libra en el país. Pero, sus socios estratégicos, Irán y Rusia, se tomaron la cabeza contra una ofensiva a la que le adivinan objetivos que posiblemente excedan la narrativa de la Casa Blanca.

Hay razones para la suspicacia. El ataque a territorio sirio se hizo sin aviso ni acuerdo con el régimen, salvo que se tome de ese modo la advertencia que sí existió de EE.UU. a Damasco para que no toquen a sus aviones de guerra.

La farsa del libre comercio

Aunque la Ronda de Doha de la OMC para negociaciones comerciales mundiales no dio ningún resultado desde su inicio hace doce años, se está preparando otra rueda de negociaciones; pero esta vez no tendrán carácter mundial y multilateral, sino que se negociarán dos enormes acuerdos regionales: uno transpacífico y otro transatlántico.¿ Hay más probabilidades de que esas negociaciones den resultado?

China – Estados Unidos: frágil matrimonio de conveniencia

Se cumplen ya cuatro décadas desde que, en 1972, el viaje a China del presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, marcó un hito en las relaciones entre ambos países. China era muy atractiva para los empresarios capitalistas debido a su enormidad como mercado y a sus oportunidades de inversión y, desde un punto de vista geopolítico, por la conveniencia de ahondar sus contradicciones con la Unión Soviética.

¿Llegó la era del estancamiento al capitalismo de EE.UU.?

Facebook, Twitter, smartphones, tablets, la nube de Internet. Mucha gente tiene la impresión de que ya no podría vivir sin los nuevos inventos de estos últimos años.

Pero en términos de su aporte a la productividad del trabajo y el crecimiento de las economías en el muy largo plazo, estas innovaciones de la llamada tercera revolución industrial (RI3) son una sombra del impacto que causaron en la historia económica las dos primeras. Y lo peor, sus efectos ya se agotaron.