Por el camino correcto

Mario Rapoport, economista e historiador, explica que el libro de Alfredo Zaiat se ocupa de los temas económicos que preocupan hoy a los argentinos: la fuga de capitales y el rol del dólar en nuestra economía y en el mundo, los procesos inflacionarios, la cuestión de las estadísticas, la problemática que origina y multiplica la deuda externa, la importancia del desendeudamiento, el predominio de las finanzas sobre las actividades productivas, el papel del Estado y la existencia o inexistencia de una burguesía nacional. Dice que el título del libro es una paradoja puesto que las ideas que van en dirección contraria son las ideologías predominantes en el mundo de la economía. “En verdad, los que van a contramano son los otros, Zaiat está bien encaminado”, afirma Rapoport.

Soberanía jurídica

Argentina declaró la cesación de pagos más grande de la era moderna en 2001. También concretó el canje de deuda más exitoso por el porcentaje de quita de capital, extensión del plazo de pago y baja de la tasa de interés de los bonos que reemplazaron a los del default. Consiguió una aceptación muy elevada a la propuesta del trueque de papeles alcanzando el 93 por ciento del total de acreedores en dos operaciones, realizadas en 2005 y 2010. A partir del cierre del primer canje, el kirchnerismo se ha convertido en el período político que más deuda ha pagado en forma neta desde el regreso de la democracia. Hasta involucró montos considerables de reservas en dólares del Banco Central en la constitución de fondos de desendeudamiento para cancelar en fecha cada uno de los vencimientos de capital e intereses.

Todo es de acuerdo al color del cristal con que se mira

La vigencia de distintos enfoques, no siempre expuestos con la rigurosidad necesaria, han hecho bastante difícil al lector no especializado sobre aspectos básicos de la situación y política económica, adoptar con fundamentos una posición propia sobre ciertas facetas que le incumben en muy alta medida. Esta situación es bastante frecuente en el ámbito de las Ciencias Sociales pues no son exactas y permiten asumir diversas posiciones, según los principios liminares a que se adhiera; sea racionalmente o por mera intuición. Es lo que está sucediendo actualmente en la valoración del programa de desendeudamiento que viene cumpliéndose.

Vivir con lo vuestro

Los indicadores muestran que la economía argentina durante 2012 no tiene ningún escenario de crisis por delante. En buena medida porque muchas de las decisiones tomadas a fines del año pasado apuntaron a corregir algunas cuentas. Algunas difíciles de entender como la restricción de la compra de monedas extranjeras al menudeo o las normas de importación. Pero –más allá de los métodos con los que se otorguen las licencias de compra de artículos extranjeros o las limitaciones para que, por ejemplo, un residente peruano pueda remitir parte de sus ingresos a sus familiares de origen– el Gobierno Nacional dio muestras de intervenir en los mercados para ayudar a que las cuentas nacionales queden a salvo de los malos vientos externos. No se trata sólo de las distorsiones del comercio internacional por la crisis en las naciones llamadas desarrolladas, sino también porque la Argentina tiene todavía una pesada carga producto del desendeudamiento externo. En este sentido, entre capital e intereses, durante este ejercicio, el Estado tiene que hacer frente a vencimientos por cerca de 15 mil millones de dólares. Y esto es así por la perversa configuración de pagos que hizo Domingo Cavallo quien, asociado con la gran banca privada extranjera, dejó un sistema que fuera cavallodependiente. El desparpajo y el talento de Néstor Kirchner –apoyado en una sociedad que tomaba conciencia de la situación– permitieron el desenganche de la economía y la política nacional de los poderes externos y sus aliados nativos.