Ideas y Propuestas para avanzar hacia un Tratado Internacional de los Pueblos para el Control de las Empresas Transnacionales

Movimientos sociales, pueblos originarios, sindicalistas, expertos, activistas y comunidades afectadas por las prácticas de las empresas transnacionales han participado en la elaboración de este TRATADO DE LOS PUEBLOS PARA EL CONTROL DE LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES.

El objetivo central de esta iniciativa es someter la arquitectura jurídico-política que sustenta el poder de las empresas transnacionales, a normas y reglas de protección de los derechos humanos.

Es un tratado diseñado fuera de la lógica jurídica clásica del Derecho Internacional. Son numerosas las fuentes institucionales, sociales, sindicales, de tribunales de opinión y de las propias comunidades afectadas, que han constatado la persistencia de las sistemáticas violaciones de los derechos humanos en un régimen de permisividad, ilegalidad e impunidad generalizada en los comportamientos de las empresas transnacionales.

El Tratado pretende recoger la experiencia acumulada de las diferentes luchas contra las empresas transnacionales, contra los Estados e instituciones financieras cómplices. Es un trabajo colectivo.

Las propuestas de los movimientos sociales y de las comunidades deben tener preeminencia en los debates jurídicos y poder interpretar y proponer normas al Derecho Internacional de los Derechos Humanos “desde abajo”.

El debate entre lo técnico y lo político toma plena actualidad en la caracterización del control de las empresas transnacionales. El lenguaje de los conocimientos especializados de los abogados oculta el carácter político de su intervención y de la representación de los intereses hegemónicos y tiende a suplantar o tergiversar la participación de las organizaciones sociales, movimientos y comunidades.

La simplificación de la realidad basada en capacidades técnicas, competencias y procesos efectivos junto al control del conocimiento no puede marcar el devenir del Tratado. De ahí que las propuestas alternativas de control de las multinacionales no puedan ser asunto exclusivo de despachos de abogados, ni de expertos en cuestiones internacionales, sino que son, fundamentalmente, propuestas desde la base.

Avanzar hacia un Tratado de control de las transnacionales exige confrontación y una lógica normativa constituyente muy diferente, lógica que en el Tratado de los Pueblos se refleja en los apartados de contexto, antecedentes y en la justificación del mismo.

La dificultad de establecer obligaciones precisas y de armonizar en un Tratado las diferentes normas implicadas es evidente: el Derecho Laboral, los derechos humanos, el Derecho Humanitario, el Derecho referido al Medio Ambiente, los derechos de los consumidores, los derechos corporativos; el reconocimiento de la obligación de las empresas transnacionales de respetar las normas internacionales en materia de derechos humanos y de su responsabilidad civil y penal en el caso de incurrir en violaciones a los mismos; la responsabilidad civil y penal de sus dirigentes; la primacía de los derechos humanos y del interés público sobre el interés económico; la obligación de las empresas transnacionales de pagar a sus proveedores y subcontratistas precios razonables por sus productos y servicios; la aprobación de una Corte Internacional y la regulación de la extraterritorialidad… son temas muy diversos y responden a lógicas jurídicas diferentes.

No son dificultades insalvables desde el punto de vista técnico-jurídico, aunque sí requieren decisión política y una correlación de fuerzas en favor de los pueblos. La actual coyuntura internacional exige decidirse por una de las dos hojas de ruta o vías posibles: profundizar un marco radicalmente distinto, en el que los pueblos y las comunidades presionen hacia un marco obligatorio de control de las transnacionales, o mantener la vía de la voluntariedad condescendiente con las transnacionales y apostar por instrumentos como la Responsabilidad Social Corporativa, el Global Compact y el Marco Ruggie, entre otros.

Virginia Bolten: la voz de esta mujer

Virginia Bolten vivió en Rosario y en Montevideo. Fue militante anarquista, gran oradora, madre de seis hijos. Se decía había hablado en el primer acto por el Día de los Trabajadores que se hizo en la Argentina, más precisamente en Rosario, el 1º de mayo de 1890. Había mucho de mito en lo que se sabía de esta mujer “de ideas avanzadas” hasta que tres historiadores se pusieron a investigar en tres ciudades donde dejó huella. Agustina Prieto, en Rosario, Laura Fernández Cordero, en Buenos Aires, y Pascual Muñoz, en Montevideo, reconstruyeron la vida de Bolten, encontraron documentación desconocida y la publicaron en el número 14 de “Políticas de la Memoria. Anuario de investigación e información del Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas en la Argentina (CeDinci)”.

Ha muerto un Hombre

De pie compañeros, porque nos ha dejado un HOMBRE ejemplar, un combatiente que jamás claudicó ni vaciló frente a la injusticia ni al peligro. Su nombre se inscribe en la historia insurgente de América Latina: Luis Renato González Córdoba, “Eladio” en el fragor del combate de La Moneda junto al compañero Salvador Allende y el puñado de mujeres y hombres leales a un ideal revolucionario.

La cuestión nacional y el internacionalismo del Siglo XXI

Dentro de los estudios estratégicos y la geopolítica la llamada «batalla de ideas» juega un papel fundamental en tanto es el terreno en el que se ponen en juego desde definiciones conceptuales hasta formas de concebir el mundo y las relaciones de poder. El poder imperial tiene clara conciencia de la importancia de este terreno de lucha y ha logrado desplegar diferentes formas de dominación.

En primer lugar, los sistemas mediáticos que, controlados por los grandes poderes concentrados, no sólo brindan una visión intencionalmente distorsionada de la realidad sino que pueden llegar a generar opiniones y hasta movilizaciones populares en torno a hechos políticos concretos.

Del manicomio a la ciudadanía

Una organización de cooperativas de viviendas populares decidió incorporar a pacientes externados de los hospitales monovalentes Borda y Moyano, en un plano de igualdad con los demás cooperativistas y con la asistencia de un grupo de residentes en salud mental que, hoy, da cuenta de una experiencia de “recuperación del rol de ciudadano”.

Varias de las cooperativas y viviendas transitorias que conforman el Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI) se encuentran en los barrios de Barracas y San Telmo, y algunas de ellas lindantes con los grandes hospitales monovalentes Borda y Moyano.

Miradas sobre la cuestión social en la Argentina democrática (1983-2013)

Desde la restauración democrática argentina en 1983, la pobreza comienza a ocupar un lugar central en la política pública social. Contribuyeron a ello su incremento durante el gobierno militar y las décadas siguientes; la movilización social de pobres y desocupados; la acción de nuevos o remozados actores de la sociedad civil abogando por o asistiendo a los necesitados; el trabajo de expertos y el progresivo interés de los medios de comunicación y la constitución de un público preocupado por el tema.

Surgieron nuevas expertises con propiedad2 legítima sobre el estudio y gestión del problema, y se extendieron debates con participación de partidos, sindicatos, iglesias, fundaciones empresariales, organizaciones sociales, agencias multilaterales y centros de estudios. Dadas las sucesivas crisis fiscales y los recurrentes cambios políticos, el Estado no estuvo en condiciones, de ofrecer puestos permanentes a los nuevos profesionales, quienes combinaron la actividad estatal con la pertenencia a otras instituciones.

Las penas son de nosotras

El 47 por ciento de la población rural está constituido por mujeres y su tarea resulta un pilar para la economía familiar y nacional, no sólo porque trabajan la tierra y salen a parar la olla cuando es necesario, sino porque crían y educan a la futura fuerza de trabajo.

Ciudad para especuladores: hacinamiento y periferia para los pobres

7:00 hs. Aún no sale el sol y la estación de José C. Paz está abarrotada de trabajadores. Esperan en silencio, y con sus auriculares puestos, la salida del flamante ferrocarril San Martín. Sin embargo, más de la mitad arrancó de madrugada: es que para llegar a la estación, “hay que salir del barrio: caminar o tomar el remís, y luego un colectivo”.

Los usos públicos de la historia[1]

1. ¿Por qué elegir este tema para empezar a #hablardehistoria en un programa de radio que se llama #ruidodemedios?

Porque desde mi punto de vista, vivimos en una época en la que son escuchados, televisados y publicados numerosos y muy diversos usos de la historia: por parte del Estado nacional –“en boca de” funcionarios del gobierno nacional y/o de otros niveles de gobierno o como fundamentos de políticas públicas; y por parte, también, de dirigentes de fuerzas políticas no oficialistas; o por los medios masivos de comunicación.